Días atrás, preguntaba si alguien conocía algún país desarrollado, con niveles reducidos de pobreza, con un PBI per cápita inferior a 25000 dólares. Nadie ofreció un ejemplo.
¿El cálculo consiste en dividir el PBI por la población y repartirlo en partes iguales? Es decir, un sistema sin ganancias, rentas por propiedades, intereses, etc... ¿la idea es hacer una revolución (en un sólo país periférico) que acabe con el sistema capitalista?
¿El PBI se mantendrá constante? ¿Acaso no sería imaginable un escenario político... como decirlo... violento? ¿En un país donde gente que conduce un Fiat Duna se moviliza por Vicentín y diputados troskistas no votan a favor de un impuesto a la riqueza.
Quizás no fue éste el sentido que le quiso dar Fernanda a la frase. Lo cierto es que inmediatamente se toman estas expresiones para defender la insólita idea de que el crecimiento no es necesario.
Días atrás discutíamos sobre condiciones necesarias y suficientes en materia de crecimiento y desarrollo. Si Argentina, como mínimo, no dobla su PBI per cápita, tendremos que conformarnos con una pobreza ‘digna’.
Ningún país terminó con la pobreza únicamente en base a políticas sociales y distributivas. Al juego político que llamamos ‘grieta’ lo juegan de dos grandes coaliciones distributivas que suelen pensar muy parecido.
Los neoliberales, por un lado, argumentan que con reducción de impuestos, reforma laboral y una buena dieta en materia en la seguridad social, es decir, distribución de ingresos hacia arriba, lloverán inversiones y el país tenderá a desarrollarse.
Algunos sectores aglutinados en torno al peronismo, por otro lado, imaginan exactamente lo contrario. Con distribuir e implementar políticas sociales se termina la pobreza y mejoran los niveles de vida. Algunos incluso cuestionan la necesidad de aumentar la productividad.
Son dos polos de una misma manera de pensar el país. La idea, en definitiva, de que la producción es lo de menos y que la clave es distribuir hacia un lado o el otro.
¿Es necesario aclarar que la productividad debe aumentar y que se necesita exportar más para estabilizar el sector externo? ¿No se debe ampliar la infraestructura y aprovechar las (pocas) oportunidades productivas que nos ofrece un mundo muy competitivo?
Como advierto mucha confusión entre quienes debaten la relación entre crecimiento y distribución, va hilo con una aclaración. (Me enfoco en la distribución funcional del ingreso. En otro hilo podemos discutir la personal).
Adelantemos la conclusión principal: distribución del ingreso no es sinónimo de salarios, empleo o nivel de vida.
Veamos algunas definiciones contables: en versión simplificada el nivel agregado de ingreso (Y) se reparte entre asalariados y capitalistas (resumimos en ‘capitalistas’ todas las categorías que reciben un ingreso por propiedad)
En cierta izquierda advierto una contradicción llamativa. Por un lado, colocan especial énfasis en la distribución. “No hace falta crecer para reducir la pobreza", dicen. Habría que redistribuir ingresos, incluso riqueza. Por otro, tienen fobia a cualquier tipo de represión.
Cuando un gobernador pone unos cuantos palos contra militantes de Espert y Patricia Bullrich, inmediatamente denuncian la “represión brutal” y piden su destitución.
Es tan grande la nube de pedos en la que viven que ni siquiera imaginan los niveles de represión a los que deberían apelar si se toman en serio sus planes utópicos.
Lugares comunes, parte 3. Discutiendo con ambientalistas es frecuente encontrarse con frases del tipo “no podemos seguir analizando estos asuntos con miradas economicistas… La obsesión por la productividad y el crecimiento nos lleva a la catástrofe” Va hilo.
Aunque todos los ambientalistas no piensan así, no tengo dudas de que la frase representa a unos cuantos. Lo que voy a decir es bastante obvio, pero vale la pena insistir.
Primero una definición de productividad. La productividad es la relación entre todo lo producido (neto de insumos) y el monto de recursos que se precisa para producir (Producto/Recursos).
Lugares Comunes, parte 2. Otro lugar común del progresismo se resume en la frase “crecimiento no es lo mismo que desarrollo”. Va hilo.
La frase contiene cierta cuota de verdad. Se pueden identificar países donde el PBI per cápita es comparativamente elevado y el indice de desarrollo humano no lo es tanto, o donde otros indicadores socialmente deseables no dan demasiado bien.
Otro elemento a tener en cuenta es que las economías poco complejas y diversificadas suelen perder posiciones con el paso del tiempo, aunque en determinado momento puedan exhibir elevadas tasas de crecimiento.
En el progresismo argentino suele ser un lugar común decir “el país es rico, pero la riqueza está mal distribuida”. Más recientemente, pos-modernismo ecolochanta mediante, a este lugar común comienzan a agregarle un adagio preocupante: “no hace falta crecer”. Va hilo.
Sorprende que no adviertan la contradicción en decir que somos ‘ricos’ y al mismo tiempo sostener que nuestra estructura productiva es ‘primaria’, ‘extractivista’, etc.
No somos ricos, ningún país de la región lo es. Con suerte estamos a mitad de tabla. Es comprensible que no se enteren teniendo en cuenta que el post-estructuralismo detesta los números y desconfía de la ciencia.