¿Sabían que la primera circunnavegación del mundo de la expedición de Magallanes-Elcano fue un hito tan importante en la navegación que sin él no podría haber avanzado la tecnología naval? Desde el punto de vista naval supuso un antes y un después en la navegación. ¿Pero por qué? 
En el siglo XVI la navegación era eminentemente de litoral o costa, llamada de cabotaje, pues se seguía la costa como referencia para el rumbo. Esto era por varias razones: de posicionamiento y orientación; por logística, pues era posible aprovisionarse y realizar reparaciones;
Y por cuestión de seguridad, pues si asomaba marejada o tormenta era posible resguardarse en puerto o anclar en una bahía a la espera de mejoría del tiempo. Esto fue así hasta prácticamente mediados del siglo XIX, y sigue ocurriendo en la navegación a vela hoy en día.
Para posicionarse y seguir el rumbo correcto los pilotos tuvieron que usar instrumentos náuticos y de navegación, pues la pericia no era suficiente, ya que la finalidad del pilotaje es determinar el rumbo, la velocidad y la posición; especialmente complejo era esto último.
Entre los instrumentos utilizados estaba el cuadrante y el astrolabio, instrumentos astronómicos que permitían determinar la latitud (coordenadas del eje Norte-Sur) gracias a medir la altura del Sol del mediodía (regimiento del Sol) o la Estrella Polar (regimiento del Norte).
Esto se medía al calcular la altura de la estrella sobre la línea del horizonte usando como referencia un péndulo y un disco graduado o un arco de cuarto de círculo de 0º a 90º. También existían unas tablas cuadrineales con la declinación diaria del sol para ese año.
Otros instrumentos eran la sonda o escandallo, las ampolletas y la aguja de marear conocida como brújula náutica. Con ellos y los anteriores era posible determinar la latitud de forma más o menos precisa, sin olvidar la declinación, diferencia entre el norte magnético y verdadero
El problema venía para determinar la posición en el eje Este-Oeste, la longitud, y fue un común en las navegaciones anteriores a la primera circunnavegación como por ejemplo el Descubrimiento de América, por eso Colón pensó que había llegado a las Indias, no sabía su longitud.
Lo mismo pasaba con las imprecisiones de las teorías del diámetro terrestre, que tras Eratóstenes, Pitágoras y otros matemáticos griegos habían calculado en 12.440 km. Los datos que traía la nao Victoria ayudarían a corregir estos errores.
En primer lugar consiguió reestimar la circunferencia terrestre en 12.724 km; confirmó también de forma práctica la teoría aceptada de Eratóstenes y Aristóteles de que la tierra era esférica; y por último permitió calcular la longitud, aunque de forma no muy precisa.
El cosmógrafo portugués al servicio de Castilla, Rui Faleiro consiguió calcular la longitud a partir del lugar de observador con los datos recogidos en los 1084 días y 85.700 km que recorrió la expedición de Elcano. Un hito sin precedentes que permitiría desarrollar la navegación
Habría que esperar hasta el siglo XVIII para tener los datos precisos de longitud con la aparición de los relojes y cronómetros a bordo de los barcos, un cálculo de navegación astronómica complejo basado en la trigonometría matemática, en la que la Real Armada sería vanguardia.
Curiosamente, hace 500 años, justo por estas fechas, mes de abril, la expedición de Magallanes y Elcano estaba en las islas Filipinas.
Láminas de Carlos Parrilla y Augusto Ferrer-Dalmau.
Gracias por leer.
#MemoriaHistórica
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