Batalla del cabo Trafalgar. La división de vanguardia, mandada por el contralmirante francés Dumanoir, se alejaba sin trabar combate mientras varios navíos británicos batían a los buques insignia Santísima Trinidad y Buceantaure. El Neptuno vira en redondo y se dirige al combate. 
Cuando el Neptuno de don Cayetano Valdés, estaba destinado en esta vanguardia, pasó por la banda del Formidable de Dumanoir, éste gritó al español:
-¡¿Adónde se dirige usted?!
~¡AL FUEGO! Contestó don Cayetano, alejándose de los navíos de su división.
-¡¿Adónde se dirige usted?!
~¡AL FUEGO! Contestó don Cayetano, alejándose de los navíos de su división.
“No estará en su puesto el capitán que no esté en el fuego”, habían sido las órdenes. Y así se lanzó Valdés contra los británicos, aunque no logró salvar al Santísima Trinidad ni al Bucentaure. Recibió una herida grave, negándose a abandonar su puesto y perdió el conocimiento.
Los oficiales que quedaron en el Neptuno vivos, con el navío ya maltrecho y sin valor combativo, l batalla perdida, decidieron arriar el pabellón. Don Cayetano Valdés sobrevivió y llegó a ser capitán general de la Real Armada y ministro de Guerra.
¡Feliz lunes!
#MemoriaHistórica
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