Thread by @LDavelouis

Un fanático no admite ni entiende razones. No porque no pueda, sino porque no tiene ningún interés en entender ni contrastar ni sopesar ninguna información que refute o cuestione lo que ha decidido creer. O lo que le conviene creer.

Upton Sinclair dijo: “Es difícil hacer que un hombre entienda algo, cuando su salario depende de que no lo entienda.” Podemos cambiar 'salario' por 'beneficio' y estamos aquí: Lima, abril 2021.
¿Es eso criticable? Solo si luego te quejas de las consecuencias de haber actuado así.

Y sí, se quejan. Mucho.
Candidatos -o sus más cercanos hinchas y colaboradores- que no dejaron rival o adversario sin insultar ni mentira sin decir, pretenden manchar el proceso con más mentiras. Evidentes, además.

Las personas dispuestas a votar por ellos, ¿Les creen? Seguramente algunos sí, pero hay muchos que no, e igual votarán por ellos. ¿Por qué? ¿Fanatismo/dogma? ¿Miedo? ¿Deseo/voluntad de pulverizar a los que piensan diferente y regodearse en ello? Sí, sí y sí.

Ver gente que considero (¿o consideraba?) muy inteligente, defendiendo estupideces y mentiras con tanta convicción o simplemente ignorándolas me interpela: ¿Qué pasa por sus cabezas? ¿Cómo se justifican? ¿Cómo pasan por alto una mentira detectable a 200Km y que además ya conocen?

Todos nos equivocamos. Todos creemos algo o nos tinka algo y luego ese algo que pensábamos bueno, era veneno en papel celofán.

Algunos no tienen idea de si algo es o no verdad. Eligen creer que lo es. No tengo problemas con eso, pues es responsabilidad de nuestro sistema educativo. ¿Pero los otros? ¿Cómo se puede estar tan seguro de lo que sea? ¿Existen los absolutos para ellos? No lo sé, pienso que no.

Alineados detrás de esa convicción toman por asalto todos los espacios en los que están: falsean fotos, cifras, inventan audios, denuncian reuniones secretas que nunca ocurrieron... y a sabiendas de que es información falsa, muchos otros, la difunden.

Nadie tiene la obligación de saber qué cosa es verdad o mentira a priori, pero muchos de los que difunden basura lo saben desde el principio. En todos los campos sucede esto: ganar es más importante que cómo se gana. El fin justifica los medios.

No podría hablar de "el fin justifica los medios" si fuera aceptado por quienes lo practican con entusiasmo y sin vergüenza mientras critican a cualquier otro con un enfoque igual de utilitarista. La altura moral, hoy, es un objetivo incumplible, un lastre y un talón de Aquiles.

Y lo saben. E insisten. Los extremos se tocan: todos estos creen que la gente es idiota.

Años de sacarle el agua hasta a las piedras, de mirarse el ombligo, de comprar casa en Paracas con lo ahorrado en las chacras del medio sueldo, años de mover congresistas y ministros para salirse con la suya y solo con la suya. Ahora piden votos para que no muera ese "modelo".

Y encima mandan callar a los que dicen que el modelo necesita ajustes o los ignoran de plano: hablamos de la brecha salarial, ok, es funcional, es cool y empoderador, pero nica hablamos de exoneraciones, competencia, actualizar catastro ni de herencia para que pague impuestos.

Años insultando, pateando, difamando, empujando, recurriendo a triquiñuelas desleales y discursos llenos de dobles raseros y falacias de colegio. Años de griterío sordo, injurias y calumnias. Ahora piden voto "de consciencia", para salvar lo avanzado, para no caer en el "abismo".

La distancia entre lo que se dice y lo que se hace es cada vez más grande. Es una brecha visible. Y la gente no es idiota ni todos esperan, quieren ni necesitan las mismas cosas. Alinear como si algo, lo que sea, fuera una panacea, es tonto precisamente porque la gente no lo es.

Es penoso. Todos nos hemos puesto, de un modo u otro, aquí. Sacar la patita del agua caliente no funciona porque estamos en la olla de agua hirviendo hasta el cuello.
El Congreso es una incógnita mucho más importante y de eso ni siquiera hemos empezado a hablar.
Buen domingo.