Ayer tuve que llevar a Lautito a hacerse unos estudios. De pronto entre "vayan allá, vengan acá" veo que el vacunatorio está vacío. Los dos tenemos obligación de darnos la vacuna antigripal por motivos diferentes. Pienso "aprovecho y mato dos pájaros de un tiro"
Le pregunto a la recepcionista. Tengo las órdenes médicas online. Me dice que si. Golazo. Sale la enfermera a buscar las ordenes para que entremos. "Mami, dame la libreta de vacunación del nene".
"Mirá, no la traje, aproveché esto porque estoy acá y no puedo creer que nos podemos sacar el tema de la vacunación de encima. Así que no tengo la libreta. Veníamos a otra cosa".
LA CARA DE ORTO DE LA ENFERMERA. "Bueno, venga que lo vacuno igual"
PERO LA CONCHA DE TU MADRE CON LA EXIGENCIA, AMIGA. Alguien que la abrace fuerte, porque esa señora horrible no recibió atención en su vida. No soporto más la mala leche hacia las madres. Basta. Nada. Cortísima.
Y MAMI un carajo, que yo no soy tu mami.
Listo, ya está. Terminé.
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Señor Presidente @alferdez
Subo aquí el recorte del audio en donde se refiere a la presencialidad escolar tanto de niños neurotípicos como de "chicos con capacidades diferentes" (que deben ser los chicos que pueden volar o algo así)
Le recuerdo que los chicos que vuelan no tuvieron clases presenciales el año pasado. Sólo las dos primeras semanas de marzo. Las escuelas y los CETs donde asisten muchos de estos chicos, estuvieron cerrados y comenzaron a abrir sus puertas algunos recién el mes pasado.
Trabajar con chicos que vuelan es más complejo en ciertos aspectos porque por ejemplo si estamos hablando de discapacidad mental tal vez no puedan entender ciertos conceptos como "pandemia" "riesgo país" "la teoría de la relatividad".
Mi libro está dedicado: A Lautaro, a los que marcan la diferencia y a Juan. Juan era uno de mis vecinos en el barrio en donde nací. Tenía #autismo severo. Nos criamos todos juntos, como en cualquier otro barrio, aunque tenía dificultades asociadas y le costaba salir a jugar
Tenemos la misma edad. Siempre tengo noticias de él, todavía. Nunca perdí el contacto con las personas con las que me crié. Cuando Lautaro tuvo el diagnóstico, pensé en Juan antes que en nadie.
En cómo habría sido para su familia un diagnóstico difícil en aquel tiempo. Hace 45 años atrás. En otra realidad, casi otro país.
"Él no tiene herramientas para comunicarse. Tienen que poner pictogramas en la casa donde están las cosas que habitualmente usa para que las relacione con el objeto"
"A los pictogramas hay que ponerles la palabra debajo. Lo que es. Una sola palabra. Aunque no la pueda leer aún va a ayudar más adelante. Siempre hay que tener en cuenta la ventaja de que son muy visuales"
"Cuándo él te traiga la mamadera vos decí "Mamadera" o "Ah... querés mamadera". Y se la hacés y se la das. Así solo. Casi nada de palabras. El título nomás. No lo llenes de palabras"
Entiendo que a mucha gente las comparaciones les parecen odiosas. En cierto punto lo son. Pero a mí siempre me sirvieron de guía. Por ejemplo, gracias a las comparaciones me dí cuenta de que Lautaro tenía autismo.
Como hoy me levanté pensando que sería injusto comparar a Lautaro con un niño de sus edad, decidí hacer otro tipo de comparación: las diferencias o coincidencias entre Lautaro y yo. Lautaro tiene 6 años. Yo 44. Voy a usar su actualidad y la mía, pero a veces también mi niñez.
Lautaro: maneja un monopatín con un poco de torpeza pero bastante dignamente para sus característas de manejo corporal.
Cintia: nunca aprendió a patinar, ni a andar en patineta ni en monopatín, ni a andar en bicicleta ni en rollers. No sabe manejar autos ni motos.
Vos me hiciste así. Arrogante. Porque aunque tenga el paso, el semáforo a mi favor y voy caminando con mi hijo que no tiene mucho equilibrio ni mucha velocidad, me querés tirar el auto encima para que nos apuremos. Ahora paro autos con la mirada.
Vos me hiciste así. Cuando salimos de ese negocio y Lautaro tenía una crisis sensorial tremenda y estaba descontrolado y le dijiste a tu marido que ese nene era un malcriado. Y casi te como cruda. Y cuando un desconocido opina sobre mi hijo ando comiendo gente cruda por la calle.
Vos me hiciste así. Cuando juraste que en tu vida ibas a permitir que mi hijo hiciera por segunda vez un año de jardín. Aunque lo necesitara. Entonces tuve que cargarme a los especialistas, al Distrito Escolar, a los que no lo habían conocido siquiera y llegar al Ministerio.
Quisiera hablar un poco sobre #inclusión escolar. En principio hay una idea de que todos los niños deben asistir a una escuela común, pues tienen ese derecho. Y es verdad, lo tienen.
Lo que los padres o familiares del chico debemos evaluar (si es posible junto al equipo terapéutico) es si lo más conveniente para ese chico es ir a una escuela común con integración, a una escuela especial, a un CET, etc.
La idea de inclusión está cada vez más instalada en nuestra sociedad y a veces se insiste con esa idea dejando de lado las necesidades del chico y anteponiendo las de la familia.