¿Qué se entiende por un cambio en el modelo económico? He defendido que Perú tiene un modelo, si se quiere llamar así, llamado economía de contactos, en el que aquelos allegados a ciertos niveles de gobierno logran cosas, al margen de los méritos de cada uno.
El Perú tiene una estrategia económica, a la cual le llaman “modelo económico”, basada en dos pilares: la adherencia al libre mercado y la apertura hacia el exterior; el Estado actúa como regulador e igualador de oportunidades. Está en las constituciones de 79 y 93.
Todos sabemos que el Estado no funciona, lo que se refleja en la creciente inseguridad, los bajos niveles de educación y salud públicas, el exceso de tramitología y la baja credibilidad en las instituciones como el Poder Judicial, Jurado Nacional de Elecciones, Congreso, etc.
Cuando se alude al cambio de modelo, lo que se está pidiendo es que el Estado funcione y enfrente los problemas que son su chamba y que nos afectan en nuestra vida diaria. Los candidatos, desde luego, difieren en cómo hacerlo, pero no en el hecho de que haya que hacerlo.
Hacer que el Estado funcione no es de izquierda ni de derecha, como tampoco lo es la lucha contra la corrupción; no hay opción que funcione sin un Estado que actúe de acuerdo con sus obligaciones. Si entendemos que lo anterior es el modelo, sin duda alguna requiere de un cambio.
Sin embargo, cualquier estrategia alternativa a la que se ha descrito no puede ir en contra del crecimiento económico ni de la apertura hacia el exterior. Esta afirmación se sostiene en la evidencia empírica.
Mi posición personal, y respetando todas las opiniones en contrario, es que la estrategia requiere ser completada con una reforma institucional, donde la del Estado sea la pieza clave.
El nuevo gobierno deberá trabajar en la construcción de un Estado al servicio de los ciudadanos, que otorgue seguridad, respeto a los derechos de propiedad, acceso a servicios básicos de calidad en igualdad de condiciones, etc.
La discusión es cómo hacer que el estado funcione para todos. Con todo respeto, lo demás es no basarse en la evidencia empírica. Detener los insultos y proponer es la salida. La democracia dará su veredicto en junio y lo tenemos que respetar.
Sobre el tema mi artículo de hoy en Peru21: peru21.pe/opinion/opinio…
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