Como les contaba ayer, aburrido de este largo confinamiento en la Campiña y espoleado por las noticias políticas, la cabecita loca de mi padre pergeñó una porra de desafío. Y para provocar el evento dejó un sobre perfumado a nombre de tío Willy en la mesa de la salita. Va hilo 👇
Mientras el señuelo maduraba entre las labores de croché de mi madre, mi padre organizaba una porra con los socios del club y los amigos de siempre. El whatsapp echaba humo Ya se sabe que tita Carmen y tío Willy son protagonistas habituales del casino virtual que regenta mi padre
-Estoy hecho un Rick, Nene, sólo me falta el esmoquin blanco
-Papá, ¿qué me cuentas?
-Vamos a tomarnos un gintonic, Nene. Noventa y un apostantes¿Te lo puedes creer? Ni en mis mejores tiempos. Lo del confinamiento nos tiene tan adormecidos que la gente se apunta a cualquier porra
-¿Cómo va la cosa?
-Divinamente. Mira, -saca la moleskine- 21 al «No» y luego, 45 a «Repudio Eterno», 24 a «Expulsión temporal» y dos a «Magnánimo perdón»
-¿Sólo dos?
-Es que tita Carmen se ha hecho un nombre, Nene. El «Magnánimo perdón» se paga a más de treinta a uno
-Grandioso
Se hizo un silencio reconfortante y me surgió la duda
-Por cierto, papá, ¿don Anselmo y quién?
-Tío Fernando.
-¿Tío Fernando?
-El mismo.
-Qué raro, ¿no?
-¿Por qué?
-Porque la conoce.
-La juventud que es muy arriesgada y alocada. Ya lo comprobarás cuando cumplas los setenta, Nene.
Como ya les conté una vez, las «porras de desafío» funcionan así. Una parte de la recaudación, esta vez un tercio, va para el que plantea el reto si lo consigue y el resto para los que aciertan la opción ganadora. Si no se consiguiera, los que apostaron al «No», se reparten todo.
Y en esas andábamos, tomándonos nuestro gintonic en el patio y haciendo cábalas, cuando vimos pasar a Conchita al trote y con el sobre perfumado en la mano, mientras musitaba con cara de carabinero contrariado: «otra vez, pobre doña Carmen, este farfollas no va a aprender…»
-Nene, rien ne va plus.
-¿Colará?
-En ello confío. Son mil quinientos treinta y tres euros y treinta y tres céntimos libres de impuestos, hijo. Y son para tu futuro. No lo olvides
En estos momentos, me gana Verlo ahí, en su jocosa ancianidad preocupado por mi porvenir me emociona
La seguimos en plan despistados, ojo avizor y con los oídos prestos, para seguir la evolución del asunto que mi padre ya había comunicado a todos y a don Jorge, que se quedó fuera porque se le presentó un inoportuno cólico nefrítico y acabó ingresado antes de poder apostar.
Estaban sentadas en el porche. Mi madre leyendo, tita Carmen vigilando la tabla de gimnasia sueca que le obliga a hacer a tío Willy y Amalia pegando nuevos recortes de prensa en el álbum de «su Leo», del que como saben, está locamente enamorada desde que lo vio en «Titanic».
-Doña Carmen, ha llegado esta carta para su marido ¿Dónde se la pongo?
-Pero si ya nadie escribe, Conchita
-Pues a su cuñado sí
Tita Carmen toca el silbato y se vuelve muy preocupada
-¡Ay, por Dios! No me asustes,no llevará balas, ni navajas, ¿verdad?
-No seas trágica, Carmencita
-¿Cuándo he sido yo trágica?
-¿Tú? Jamás.
-Otra cosa es que no me apetezca quedarme viuda ahora, Pilarín. Que como yo soy una mujer decente y como Dios manda, tendría que guardarle luto y a ver si luego no me da tiempo a casarme otra vez. Que la juventud pasa en una ventolera.
-¿Qué hago con la carta, doña Carmen?
-¿Estás segura de que no es peligrosa? Que mi Willy es un personaje internacional,Conchita
-No, sé. Pero está perfumada, huele una barbaridad y la remite Rosita, la pelagarta esa que es prima de la Viuda Postrera
-A ver, trae. Trae que la vea
La huele. Aspira el aire con fuerza y comenta:
-Es suya. Este olor de colonia falsa de lagartona es imposible de olvidar.
-Pues siempre dice que usa Chanel.
-Chinel, más bien. De los chinos de abajo,hija
-¿Y tú cómo lo sabes?
-Porque lo sabe todo el barrio,Pilarín
-¿Estás segura?
-Si la hacen en un sótano,como cuando tío Ramón embotellaba champaña para los turistas y era mosto del que sobraba de aquellas viñas de Moriles que eran de media familia,mezclado con gas carbónico
-Esas las heredas tú, Nene,que lo tengo hecho
-¿Quién es el dueño?
-La prima Paqui
-No sé quién es.
-Prima hermana de tu abuela, Nene.
-Ni idea.
-La profesora de música, como le puso tu abuelo.
-Pues no caigo. No sabía que teníamos una familiar que trabajaba en el Conservatorio.
-No hombre, se lo puso porque decía que siempre que la veía solfeaba.
-¿Qué solfeo?
-Solfeaba. Solterona, fea y basta.
-Ya, el abuelo…
-Ese santo. Pues él lo arregló. Y las viñas, tuyas.
-Pero si no la conozco.
-Tampoco hay necesidad. Le compré la nuda propiedad a cambio de que ella te dejara el usufructo en herencia. Y luego, consolidas y al patrimonio, Nene.
El silencio de tita Carmen empezaba a escamarme. Poco a poco empezó a venirse arriba mientras tío Willy seguía con su tabla de gimnasia sueca. Abrió el sobre y vio el tarjetón con los labios de color carmín marcados sobre la dedicatoria «Para mi hombretón». Y ya no aguantó más.
-¡Willyyyyyy!
Tío Willy salió disparado -tan disparado como puede salir él- hacia el porche
-Dime, Pichoncito
-Dame una explicación
Y le lanzó el sobre a la cara. Tío Willy se sonrojó. Y el sonrojo encendió a tita Carmen
-¿Has hablado con ella?
-No… bueno, sí. Pero sin intención
-Nene, esto va de vuelta al ruedo. Dice que habló sin intención. Es el rey del eufemismo
-Querrá decir que sin intención lasciva, papá
-En su caso no es posible. ¿Tú lo viste ayer mirando el muslo de pollo en salsa?
-Y porque tita Carmen prohibió servirle pechuga
-Equilicuá, Nene
-¿Qué hablaste con ella?
-Nada importante.
-Y si no era nada importante, ¿por qué no lo hablaste delante de mí?
-Me interesé por por mi hija, pichoncito. Por su salud.
-¿Y usted por qué tiene que preguntarle por semejante pájara a la pelagarta esa?
-Gracias, Conchita. Eres un sol
-Les cuento, por si no lo saben, que tita Carmen decidió hace meses que no iba a manchar su boca nombrando a la hija de tío Willy, y mucho menos al yerno o al nieto delincuente y agresor. Y en estos casos, Conchita actúa, tal y como dice mi padre como portavoz «in loco domini».
-Es mi hija, Carmencita.
-Vete de mi vista, Willy. Ahora mismo no tengo ánimo para verte ni hablar este asunto. Tengo que meditar lo que voy a hacer contigo porque sólo me das disgustos y no quiero amargar mi juventud.
Tío Willy dio media vuelta y entro a saltitos en casa.
Mientras tío Willy cruzaba a saltitos el umbral de la puerta principal y su figura se difuminaba en el zaguán jugando con las sombras de los macetones, hasta desaparecer tras la añosa parra que plantó mi abuelo en una esquina del patio, oí como tita Carmen le decía a mi madre:
-Si es que, es normal que las enamore a todas, Pilarín. Tú, porque estás perdidita por el inglés, pero, fíjate y dime la verdad. ¿Cuándo has visto tú esos andares y esa figura, Pilarín? Si parece «Finito de Cordoba» haciendo el paseíllo en el Coso de los Califas. ¡Ay, mi Willy!
-Ni el Bombero Torero, Nene. Ponle un pasodoble al figurín.
-Papá, calla que está esto más que interesante pero cualquier cosa puede torcer el ánimo de tita Carmen que es muy suya.
-A mí me da igual, yo he ganado mi parte. Voy a comunicarlo a los socios que estarán impacientes.
La tarde transcurrió plácida con tita Carmen meditando en el porche y rezando a la Virgen de Montserrat para que la iluminara, acompañada por mi madre, Conchita y Amalia, bajo la dirección espiritual de don Ramiro que se perdió la partida de póker. Y bien que lo lamentó el pobre.
-Nena, lo de rezarle a la Virgen de Montserrat ¿es por algo especial?
-Pues la verdad es que no, Pilarín. Pero como hoy es su fiesta y los catalanes están medio locos con sus pegoletes y sus lacitos amarillos igual ni se han acordado y no le ha rezado nadie. Y no me parece bien.
Y llegó la cena. El momento de la decisión se acercaba. El whatsapp echaba humo. Los socios cruzaban opiniones, profecías, pálpitos y hasta improperios esperando si habría «Repudio Eterno», «Expulsión temporal» o, algo que no esperaba más que tío Fernando, «Magnánimo perdón».
Debo decir que don Anselmo flaqueó. Debe ser la edad o la vacuna según mi padre. En un momento escribió: «tanta calma en doña Carmen no presagia nada bueno. Sé que aposté siguiendo mi habitual olfato temerario pero creo que lo del «magnánimo perdón» es, sencillamente, imposible.
Acabamos de cenar -todos menos tío Willy al que habían servido un sándwich mixto y un vaso de agua en el patio- y tita Carmen pidió a Conchita que llamara al «Lascivo Landrú» a su presencia.
-Eso debe ser una variante de la Lulú de tía Adelita, Nene. Cada día se le parece más.
-Willy, mañana tras el almuerzo enunciaré mi veredicto.
Así que durmió en una habitación de invitados y ha estado toda la mañana haciendo solitarios con la misma cara que un condenado a muerte la noche antes de la ejecución
Y era comprensible dados los antecedentes de tita Carmen
Lo ha vuelto a dejar almorzando solo y conforme se acercaba la hora, yo creo que iba encogiendo
-Es el miedo escénico, Nene. Que tita Carmen es mucho Tribunal Supremo. Y sin toga ni peluca, nada
-¿Me lo estás contando?
-No, solo lo comentaba. Pero si te molesta, me callo y en paz
-Willy,le dijo en la sobremesa, acércate y pon la mano sobre la Biblia¿Me juras que no hay en ti la menor lascivia hacia Rosita?
-Nene, y ahora parece el Cid. Está que se sale tu tía
-Papá, cállate, que no me dejas seguir el asunto
-No te preocupes, lo estoy grabando con el móvil
-¿Qué?
- Es para el grupo de whatsapp, Nene.
-Lo tuyo con las nuevas tecnologías no es normal
-Es tú que eres un boomer analógico.
-¿Qué dices?
-Lo vi en un documental de Discovery. La tele por cable es una ventana abierta al mundo
-¿Y eso?
-De otro canal, pero no me acuerdo cual
Imbuido en la conversación con mi padre no escuché la respuesta de tío Willy ni lo que dijo tita Carmen, pero los aplausos de la concurrencia y la mano extendida que tío Willy besó nos dejaron patidifusos
-¿Lo ha perdonado, papá?
-Espera, voy a rebobinar el video y lo comprobamos
Y allí la vimos decir solemnemente: «Willy, te perdono. Sé que eres un acicate para todas las mujeres pero yo te elegí y a mí te debes. Estás perdonado».
Cuando nos llamó tío Fernando lloraba como una magdalena. Nunca había ganado una porra en su vida. Y claro, está felicísimo.
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Hablando con mi padre hemos recordado uno de los lugares más hermosos de nuestro amado Portugal, que para eso es hoy #25de Abril.
Así que les voy a contar, en unas pinceladas, la historia del bellísimo Castillo de Almourol.
Va hilillo 👇
El Castillo está erigido en una isla en mitad del Tajo en Vila Nova da Barquinha, y corona un promontorio rocoso al que sólo puede accederse en barca desde ambas orillas del río.
Cuando don Alfonso Henriques, primer rey de Portugal, conquistó esta zona a los musulmanes en 1129, ya existían las ruinas de una construcción romana conocida como Almorolan
Mi infancia fue feliz. En casa y en el colegio. En mi Córdoba del alma y en el Portugal de mi corazón que siempre ha sido como mi segunda patria. Pero nada es perfecto. Hay una mancha terrible que oscureció aquellos años. Llamémosle don Antonio y obviemos sus apellidos. Va hilo👇
Debo comunicarles que el deporte sólo crea tullidos. Igual creen que a ustedes no les va a pasar, pero si un día, por echar unas risas o porque les pilla con la mañana tonta, se enfundan una camiseta de sudar o unas zapatillitas de correr acabarán mal. Muy mal. Ni la droga.
Mi vida escolar era plácida. El deporte, en aquello que era la 1ª Etapa de EGB, se limitaba a hacer gimnasia sueca en el patio y poco más. Ya saben: «un, dos, tres, bracitos arriba, piernas abiertas; un, dos tres, bracitos abajo, piernas cerradas, pum, catapúm, chimpúm y a volar»
Hablaba con mi querido @MurgaUSA sobre las colonias de Su Graciosa Majestad que se empecinaron en independizarse por puro capricho, perdiendo así la posibilidad de civilizarse y poder organizar una caza del zorro medio decente. Porque lo de los bisontes resulta tosco. Va hilo👇
Y en esas andábamos cuando don @AlvaroJuer –él sabrá qué oscuro interés le empujó a ello- salió con el chiste de las colonoscopias, Y que si esto que si lo otro me vino a la mente la historia de Angelito, el encargado del almacén de abonos, tan enamorado de la práctica quirúrgica
Angelito era tonto. No olvidemos la evidencia empírica. Pero tonto con bandera y banda. Se le conocía por «El Redoble» porque se apellidaba Girón y cuando en el colegio le llamaban sólo por su primer apellido, gritaba «Girón Girón, por mis abuelos Simón y Ramón» Y porrompompón.
Hoy ha sido un día muy triste para este TL.
Las Renter Sister (@trentero, @sardes72 y @ElenaIrentero) actuando de modo coordinado, brutal y perverso, han amargado mi domingo que se había encauzado, tras el despertar ruizalmodovariano de la votación de las misas televisivas. 👇
La música del divino Mozart había aplacado mis nervios y el aroma del Pedro Ximenez, acompañado de los aromas, luces y colores de la campiña habían dado un nuevo sentido a mi vida. Más lúdico, más alegre, más fitzedwardsiano que nunca. La compañía de mi padre coronó mi felicidad.
De pronto, en un acto alevoso sin justificación pero ya con innumerables precedente, la señorita @trentero con el único interés de encocorarme, contestó a uno de mis tuits con la imagen de un niño -supongo que yanqui- en aparente pleno trance místico. Una americanada inadmisible.
Volvimos. Hubo momentos en los que no supe ni cómo lo haríamos. Pero volvimos del paseo ruso por la campiña. Como les conté ayer, mi padre, para satisfacer los deseos de su Pilarín armó un trineo con un palet y un viejo tresillo del desván que amarró al tractorcillo. Va hilo 👇
La verdad es que aquel artefacto resultaba aparente. El diseño de mi padre, que les adjunto, y que sirvió de guía de IKEA para el montaje tenía cierto encanto eslavo. El tresillo, un chester antiguo tapizado en cuero blanco, se afianzó en el palet con unos tornillos larguísimos.
Como les comenté, la última idea genial de mi padre fue atornillarle cuatro quinqués en los extremos del sofá de dos plazas y en los brazos de los sillones. Mandó a don Ramiro a la capilla a por cuatro cirios rojos y voilá!: el trineo ruizalmodovariano quedó listo para el paseo.
Les cuento con esto de la nevada en Madrid a tita Carmen le ha dado por fantasear con Doctor Zhivago mientras paseaban esta mañana. Y aunque, en un inicio, mi madre le dijo que lo que había en el suelo era escarcha, al final han acordado que es nieve. ¡Y punto en boca! Va hilo👇
Así que nada más llegar han subido a mi habitación -ya se habían encargado de desvelarme al salir- a comunicarme que esta tarde les apetecía dar un paseo por la campiña nevada. No les negaré que, sin hacerles mucho caso, mis respuestas fueron del tipo: «¡Ajá», «Bueno» y «Vale».
Cuando bajé a desayunar, tita Carmen se paseaba por el patio, como una gran duquesa por Moscú, con su abrigo de zorro y su gorro de piel a juego. En el picú sonaba «Katiuska» del maestro Sorozábal. Alfredo Kraus -creo que era él- entonaba la romanza titulada «Es delicada flor».