Hoy vamos a hablar de un fenómeno muy particular, de una forma por la cual la gente se acerca al pasado, se apropia de él y lo usa. Y no cualquier pasado: la historia del Imperio Aqueménida. Hablamos de “persianismo” ⬇️
Persianismo es un término reciente. Lo acuñaron y popularizaron los historiadores M. J. Versluys y R. Strootman, especialistas en helenismo tardío e imperio romano y el periodo helenístico, respectivamente. Pero el concepto es poderoso, y excede a ese momento histórico.
Para ellos, el persianismo es un modo por el cual grupos, individuos, países, políticos y poetas han mirado a la historia del Imperio aqueménida y encontraron en ella algo de interés. No se trata necesariamente de miradas objetivas.
Más bien, esta mirada produce asociaciones, ideas puntuales sobre lo que fue el Imperio aqueménida, lo que era y es “ser persa” (como una identidad) y sobre cómo se ve y qué caracteriza a la cultura persa.
Y estas ideas y asociaciones no siempre concuerdan ni con el registro histórico ni con lo que los persas aqueménidas mismos pensaban de sí mismos. En cambio, buscan producir un efecto y una reacción en el presente de la gente que las formuló. Veamos un ejemplo.
La dinastía arsácida de Partia (247 a.e.c – 224 e.c) encontró en el ya hacía tiempo desaparecido imperio aqueménida un modelo a seguir: después de todo, había sido un imperio exitoso, el más grande en su época, y con una duración bastante considerable. ¡Cómo no querer imitarlos!
Así, la memoria del imperio sirvió a los primeros partos para legitimarse, y en las monedas acuñadas por algunos de sus reyes (imagen: Arsaces I) los vemos usando la “kyrbasia”, un tipo de gorro de los sátrapas persas que indicaba que estaban bajo la tutela imperial aqueménida
Esta imagen remitía a la idea de Persia. Pero Persia, para los arsácidas, significaba una cosa en particular: imperio, poder, protección. En cambio, para otros contemporáneos, por ejemplo, el pensamiento griego corriente, Persia podía relacionarse con barbarismo.
¿Cuál es la visión correcta? Ninguna. O ambas. En realidad, lo importante aquí es entender que ambas son producciones, y que tienen un fin específico. El persianismo (o, mejor dicho, los persianismos) hace referencia a eso: al uso de un asociación al imperio aqueménida.
Así como los partos se presentaron como herederos de ese imperio, habría muchos otros casos de persianismo a lo largo de la historia. Aquí mencionaremos algunos.
En el siglo III a.e.c., la región del Fārs era parte del Imperio Seléucida, pero gobernada en la práctica por unos líderes conocidos como frataraka. En un intento de reafirmar su propia legitimidad y trayectoria, sus acuñaciones imitaron la de los aqueménidas.
Antíoco I de Comagene, reino al sureste de Anatolia, construyó a fines del s. I a.e.c. el magnífico complejo religiosos del monte Nemrud, donde combinó conscientemente elementos pictóricos que remitían a la cultura griega, y otros a la persa.
Las vestiduras de las estatuas de las divinidades representadas con vestiduras de la realeza persa, y el mismo rey se proclama en una inscripción descendientes de los grandes reyes aqueménidas.
En el siglo V e.c, a un tal Gubazes, rey de un país al este del Mar Negro llamado Lázica, se le permite por fin visitar al emperador del Imperio Romano Oriental León I, y lo hace vestido con un traje persa, según el libro de “La vida de San Daniel el Estilita”.
Finalmente, en 1971, el último sha de Irán, Mohammed Reza Pahlavi, celebró el aniversario 2500 de la monarquía irania, y el desfile incluyó un despliegue enorme que rememoraba la grandeza del pasado aqueménida
Cada uno de estos casos muestra personajes preocupados por establecer una relación con el pasado aqueménida. Muchas veces, la cuestión del poder está de fondo. Pero al hacerlo, la Persia a la que se referían no fue necesariamente la Persia histórica, por decirlo de algún modo.
Eran ideas sobre lo que había sido Persia, ideas que se comprenden solo al procurar captar las intenciones con las que fueron utilizadas. Así, casos de persianismo.
El persianismo muestra la fuerza del recuerdo del imperio aqueménida, y cómo este sigue impresionando hasta la actualidad. Muestra cómo, en palabras del historiador Garth Fowden, se vive “a la sombra de Ciro”.
Bibliografía📷
-Versluys, M. J. (2017). Visual Style and Constructing Identity in the Hellenistic World: Nemrud Dağ and Commagene under Antiochos I.
-Strootman, R., & Versluys, M. J. (2017). Persianism in antiquity (Vol. 24).
Imágenes📚
-Tumba de Ciro durante el 2500 aniversario de la monarquía irania. Cyrus Kadivar
-Puerta de las naciones, Persépolis. Diego Delso
-Ilustración de Ciro el Grande y los hebreos. Jean Fouquet
-Dracma de Arsaces I. CNG
-Jarrón del Eurimedonte. Museum für Kunst und Gewerbe
-Dracma de Oborzos. John Nebel
-Monte Nemrud. Zhengan
-Cabezas del Monte Nemrud. Urszula Ka
-Imágenes del 2500 aniversario de la monarquía irania. Cyrus Kadivar
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La destrucción de Persépolis fue uno de los episodios más terribles de las campañas de Alejandro Magno. En mayo de 330 a.C., esta capital del Imperio aqueménida ardió.
Pero ¿por qué? ¿De qué le valió esto al conquistador?
Hilo⬇️
Mientras Alejandro de Macedonia avanzaba por el Imperio aqueménida, las principales urbes cayeron ante él y algunas incluso fueron saqueadas. Ese fue el destino de una de las capitales del Imperio, Susa. Pero el comportamiento de Alejandro respecto a Persépolis sería diferente.
Alejandro entró a la ciudad poco después de enfrentarse al sátrapa de Persis Ariobarzanes en la Batalla de la Puerta Persa. Quizás como venganza ante este atrevimiento, el macedónico desató el infierno al llegar a Persépolis.
Esta inscripción es el testamento de Ptolomeo VIII Fiscón (184-116 a.C.) y es excepcional, porque se trata de la primera evidencia que tenemos de un rey helenístico nombrando como heredera de su reino a nada más y nada menos que a la mismísima República romana.
Hilo⬇️
Fiscón no tuvo un reinado fácil: durante la mayor parte tuvo que luchar contra su hermano, Ptolomeo VI Filometor, de quien había sido corregente. Durante un tiempo, debió contentarse con gobernar solo la Cirenaica, al norte de África. Fue un momento de mucha tensión...
...política, y, de hecho, en 156 a.C. Fiscón sufrió un intento de asesinato. Al año siguiente, escribió este testamento, en el cual establecía que, hasta que concibiese un hijo, Roma sería formalmente la heredera de la Cirenaica.
Es una de las inscripciones más famosas de la Antigüedad y su nombre se reconoce con facilidad. Fue decisiva para el desciframiento del los sistemas de escritura del Antiguo Egipto. Pero ¿qué dice? ¿de qué trata? Hoy hablamos un poco de la Piedra de Rosetta.
¿Quién no ha oído hablar de Champollion, el hombre que, con la ayuda de una larga tradición de estudiosos de idiomas antiguos por detrás, dio con la clave para descifrar la escritura de una lengua que hacía siglos había dejado de hablarse y de escribirse?
En esta historia la Piedra de Rosetta fue el elemento clave que ayudó a completar las lagunas de conocimiento sobre el egipcio antiguo que impedían que este fuera realmente comprendido una vez más. Pero esta no es la historia que nos compete aquí. Debemos ir más atrás.
Hoy me voy un poco de los temas que tratamos usualmente aquí, pero es que quiero mostrarles esto que es maravilloso y descubrí ayer: las pinturas murales sogdianas de Afrāsyāb, al norte de Samarcanda, actual Uzbekistán.
Datan de mediados del siglo VII, época del dominio del Kaganato de los Turcos Occidentales. Fueron descubiertas casi por casualidad en 1965. Unos años más tarde un estudio llamaría a la sala de donde la mayor parte de las pinturas fueron recuperadas "El Salón de los embajadores".
La razón es que las figuras representarían a varios embajadores de estados asiáticos en estrecho contacto con Sogdiana por entonces, todos en procesión hacia una figura central que lamentablemente no se preservó (posiblemente un soberano o una divinidad).
¡Hoy continuamos con el segundo hilo sobre la invasión celta a Grecia y Asia menor!
Veremos qué ocurrió con los que se atrevieron a cruzar desde Europa a Asia, quienes serían conocidos eventualmente como gálatas. ¡Vamos!⬇️
¿Por qué importan los celtas de Asia Menor? Ellos, que se llamarían con el tiempo gálatas, hicieron algo que sus pares invasores de Grecia o Italia no lograron: se establecieron permanentemente en territorio conquistado y mantuvieron su identidad étnica y cultural.
Retomemos, pues su historia. Estamos en el año 278 a.C. La derrota de los celtas en Grecia continental marcó el inicio de un nuevo capítulo en la historia de estos pueblos. La gran parte fue empujada nuevamente hacia el norte, hacia Tracia, pero...
Hoy vamos a hablar de un caso, hasta donde sabe, único. Para ello, viajaremos hasta la antigua y lejana Kandahar, ciudad en lo que hoy es Afganistán, y nos encontraremos con un testimonio maravilloso sobre cómo la cultura griega penetró con fuerza hasta las fronteras de la India.
Aracosia, en algún momento del siglo II a.C. La región ya ha venido cambiando de manos durante siglos. Diversos imperios la dominaron: persas, seléucidas, mauryas, y ahora greco-bactrianos. Variadas culturas se encuentran allí, y el resultado es asombroso.
Un ejemplo de ello es cierta inscripción, que llamamos la estela de Sophytos. En realidad, es un epigrama, un poema fúnebre que debió de haber sido colocado en el último lugar de reposo de este tal Sophytos, para que los pasantes se detuvieran y supieran quién descansaba allí.