Hoy ha sido mi sexto día trabajando en appspublicas.es y he avanzado un 🥚. Este proyecto va a ser dos cosas:
1⃣ Un análisis riguroso de las «apps» móviles que desarrollan las administraciones públicas.
2⃣ El antinforme, la némesis de los informes de la Administración.
He catalogado 817 «apps» públicas y he programado un 🤖robot que descarga los datos de todas ellas tanto de la «Play Store» (Google) como de la «App Store» (Apple). El robot también ha arramplado con cerca de 200.000 valoraciones (comentarios) de los usuarios de estas «apps».
Con ello estoy haciendo un análisis «big data» de la calidad de los desarrollos móviles de todo tipo de instituciones: ayuntamientos, gobiernos autonómicos, ministerios, empresas públicas…
¿Cómo valoran los ciudadanos estas «apps»?
¿Cómo se comparan con las del sector privado?
Este proyecto también es el «antinforme». Me explico.
A lo largo de los años he visto muchos informes elaborados por la administración. Son ficheros PDF de infinitas páginas llenos de gráficas y tablas kitsch 👴🔫.
Parece que los políticos se alimentan de eso, pero a mí esa dieta a base de PDF me provoca embolias.
Básicamente son grandes almacenes de datos en el peor soporte posible: páginas muertas. Parecen salidos de la Olivetti de Jessica Fletcher (1984)…
** PAUSA CULTURAL **
👉 ¿Conoces la historia de Adriano Olivetti? Un empresario humanista, precursor de derechos laborales como las bajas ampliadas por maternidad. Construía fábricas con biblioteca «porque tenemos que tener gente culta».
Olivetti era consciente de que muchos de los operarios de su compañía procedían del campo, y fue el primero en levantar fábricas de cristal «para que nuestra gente pueda seguir viendo el sol». Algo insólito en una planta industrial.
Decía que reniego de los informes «kitsch» que hacen los observatorios públicos repletos de mecanógrafos «amish», así que en appspublicas.es me he propuesto presentar los datos de mi estudio de una forma radicalmente diferente.
La administración hace informes periódicos. Muchos son anuales, otros trimestrales… es como el castigo de Sísifo: redactar informes ad infinitum.
Y es normal, pues tan pronto como pulsan el botón «Guardar» en su Microsoft®️ Word™️ 95, el informe queda instantáneamente obsoleto.
Los informes compendian los datos disponibles hasta su publicación. Cualquier cosa que suceda después del cierre del informe ha de esperar a la siguiente edición, generalmente al año siguiente.
Esto obliga a rehacer el informe cada año.
Qué sinvivir 😅.
Estoy experimentando con la idea de hacer un informe interactivo, que se genera dinámicamente y está conectado a un almacén de datos que se actualiza en tiempo real. Así el informe está permanente y automáticamente actualizado siempre.
Voy a poner un ejemplo 👇.
Imaginemos que en un párrafo quiero citar todas las «apps» públicas desarrolladas a raíz del COVID-19, y en el párrafo siguiente quiero decirle al lector de qué fecha son los datos del informe.
Se presenta al usuario así, donde cada «app» es por supuesto un enlace interactivo…
…Pero la redacción del informe la hago con campos dinámicos, pues en el momento de escribir yo no sé qué «apps» son las del COVID-19, ni de qué fecha son los datos.
Bueno, sí lo sé… pero no quiero «grabarlo en mármol»: quiero que el informe cambie cuando cambien los datos.
El informe está publicado, pero mi 🤖robotito está «apatrullando» las tiendas de apps en busca de datos frescos… 🤓
Si una noche 🤖robotito se encuentra una nueva «app» llamada «Súper COVID 2021 Edition», va y descarga sus datos y los guarda en el almacén de datos…
¡…Y el informe queda automáticamente actualizado! La nueva «app» ya aparece en la redacción del párrafo donde se enumeran las «apps» relacionadas con el COVID-19, así como la nueva fecha de actualización de los datos y cualquier otro campo dinámico.
Sin intervención de nadie.
Todo esto son ideas muy clásicas… Pero parece que no han calado en los observatorios públicos y sus granjas «amish» de mecanógrafos.
Estoy experimentando con más cosas… ¡está interesante el reto! 😃
¡Feliz domingo y gracias por leer hasta aquí!
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— Radio Televisión Española, @RTVE.
— Osakidetza, @osakidetzaEJGV
— La Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario, @AEMPSGOB
— AENA, @aena
A ver, por favor el realizador… que me ponga un plano con los cuatro nominados.
Así 👇. Gracias.
— «Vive Río: Heroínas, Juegos Olímpicos en VR», de @rtve.
Poco se sabe de esta superproducción móvil del ente público, pues la sinopsis tan solo dice «Descubre Río 2016 entrenando junto a las mejores atletas en realidad virtual». ¡Mucha suerte!
Podríamos hacer entre todos una lista de «observatorios» financiados con dinero público. Para observarlos. Y para cruzar su nómina de mecanógrafos con las listas electorales… no sea que estén llenos de afines a partidos políticos 😂.
¡Bravo por Mara! Que hoy lleva a la prensa nacional el drama de la administración pública española.
¡Qué importante es que, como ciudadanos, empleemos todos los canales para reclamar a nuestras instituciones servicios digitales excelentes! Hay que llamar la atención sobre ello.
La administración electrónica es compleja. Como civilización tenemos 10.000 años de experiencia construyendo puentes, pero apenas 25 construyendo interfaces entre administración y ciudadanía. ¡Y ninguna de las dos cosas es sencilla!
A la administración española, con toda su complejidad orgánica, sus rígidos marcos regulatorios, sus ritmos imposibles, sus pesadas inercias internas, sus liderazgos cambiantes… seguramente le llevará toda una generación dar con un modelo eficaz de desarrollo de estos servicios.
Muchas de las «apps» desarrolladas con recursos públicos son innecesarias.
La app de la Diputación de Huesca es un ejemplo de desarrollo móvil venido al mundo para no resolver ningún problema real. #aplimanía
👉 Sirve, oh, para que el político de turno saque una nota de prensa.
Y es que la «app» muestra el aforo de las piscinas públicas en el municipio de Sabiñánigo. Una información que está publicada en el sitio web del ayuntamiento.
Hubiera bastado proporcionar a los vecinos una URL sencilla y mnemotécnica.
1⃣ La expresión «tantos puntos sobre cinco» es inexacta porque la valoración mínima en estas tiendas de «apps» no es cero sino uno. Aquí la usaré, pero en mi «informe de auditoría» buscaré una expresión más rigurosa.
2⃣ La Academia recomienda escribir «app» (entre comillas) o aplis (sin ellas). Esto último suena raro, pero… ¡allá vamos! Lo siguiente quizá sea escribir «cederrón» o «bluyín» 😂.