Cuando usted lea alguno que otro damnificado intelectual opinar desde su profundo y más radical fanatismo acerca de Pegasus, recomiendo, compartale algunos enlaces
Este, Loret fue de los primeros objetivos de Pegasus, igual que Aristegui:
Las redes sociales son un poderoso satisfactor de varias necesidades humanas, principalmente el reconocimiento, la aceptación y la pertenencia.
¿Y entonces los trendings? Hoy son convocatorias realizadas precisamente dentro de los grupos que a la vez satisfacen esas necesidades.
Las redes sociales pueden ofrecer estos satisfactores de muchas maneras. Precisamente esa es la función de los refuerzos positivos como los likes, los retuits, los shares, los favs, además de las respuestas y comentarios favorables recibidos por otros usuarios.
México tiene una peculiar costumbre a hacer trendings de todo. Esa rara idea que hacer trendings tuviera algún sentido, solo por hacerlos.
Sí, mire, señor, señora, vaya a su cocina, tome un montón de sarténes y déjelos caer al suelo.
El estruendo que eso hace, sirve igualito que los trendings de porras o denuestos. Esta arrobita del señor le avisó hace mucho. Hoy Twitter lo confirma.
Porfita, sugerencia muy encarecida, pásele y leale
Acorde a las observaciones de Twitter "12% de las personas votan siempre por el mismo partido político, mientras el 88% restante asegura que vota dependiendo del candidato, candidata o las propuestas." "37% aseguró que su voto todavía no se había definido."
El fanatismo exacerba lo peor de quienes lo padecen, entre otros una forma de ceguera cognitiva donde selectivamente ven las cosas desde el sesgo según la afinidad del motivo de su fanatismo.
Por ejemplo esta perla. Uno de los autores de la llevada y traída moralidad del régimen
Es tan revelador de uno de los elementos del mito fundacional de este mal remedo de gobierno. Durante muchos, en serio muchos años, se la pasaron mañana, tarde y noche reclamando que los medios recibían "chayote". Ahí, les convenía esa acepción original del término popular.
Pero hoy, siguen duro y dale, cuando justo la acepción original, podíamos considerar 'correcta' del término, ya no aplica como ellos lo intentan manejar. Pero, como sucede con los mitos, se tienen que aferrar a él aunque no sea del todo real o preciso.