4 años después, en marzo de 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador solicitó a Felipe VI que el Estado español reconociera su responsabilidad histórica...
... por los agravios cometidos en la Conquista y de la Colonia en contra de los pueblos del actual territorio mexicano.
l mandatario aclaró que México no pretendía “un resarcimiento del daño en pecuniario por los agravios ni el propósito de proceder de manera legal” e invitó a Felipe VI a participar en un acto de reconciliación histórica.
A su vez, el Estado mexicano, a su vez, pediría perdón “a los pueblos originarios por haber porfiado, una vez consumada la Independencia, en la agresión, la discriminación y el expolio a las comunidades indígenas que caracterizaron el periodo colonial”.
La iniciativa buscaba una manera de “superar en forma definitiva los desencuentros, los rencores, las culpas y los reproches que la Historia ha colocado entre los pueblos de España y México, sin ignorar ni omitir las ilegalidades y los crímenes que los provocaron”.
En este espíritu, AMLO propuso al monarca trabajar de manera bilateral en una hoja de ruta para “realizar en 2021 una ceremonia conjunta al más alto nivel;
que el Reino de España exprese de manera públic y oficial el reconocimento de los agravios causados y que ambos países acuerden y redacten un relato compartido, público y socializado de su historia común”, a fin de...
... iniciar "una nueva etapa plenamente apegada a los principios que orientan en la actualidad a nuestros respectivos Estados y brindar a las próximas generaciones de ambas orillas del Atlántico los cauces para una convivencia más estrecha, más fluida y más fraternal”.
La idea de AMLO no era inédita ni siquiera para el Estado español, el cual había buscado, cuatro años antes, la reconciliación con los judíos sefardíes y la superación de la atroz y traumática expulsión perpetrada incluso antes de la invasión española de Mesoamérica.
Pero Felipe VI no respondió ni entonces ni después. Madrid dejó pasar unas semanas y cuando el contenido dela carta fue filtrado, el gobierno español emitió un comunicado en estos términos:
“El gobierno de España lamenta profundamente que se haya hecho pública la carta que el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos dirigió a su majestad el Rey el pasado 1 de marzo, cuyo contenido rechazamos con toda firmeza”.
El documento adujo que la invasión española de Mesoamérica “no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas", como si cuatro años antes no hubiese intentado superar agravios incluso anteriores a esa invasión.
De inmediato se alzó en España un coro de insultos y descalificaciones en contra del mandatario mexicano, e incluso denuestos racistas dirigidos a la generalidad de los mexicanos. Un coro que todavía perdura, nutrido por voces como la de Santiago Abascal y José María Aznar.
Como puede verse, Felipe VI es un monarca de doble moral: reconocimiento y desagravio a los judíos perseguidos y desterrados, y desprecio y arrogancia para los pueblos indígenas agredidos. Y esta doble moral es compartida por el conjunto de la institucionalidad española.
F I N
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de que los invasores españoles "liberaron" a los pueblos de Mesoamérica del "imperialismo antropófago" de los aztecas:
el señor no sabe de lo que habla.
Veamos:
1. La invasión empezó con la ilegítima toma de posesión del Cabo Catoche por el expedicionario Hernández de Córdoba y la reducción a la esclavitud de dos naturales: Julianillo y Melchorejo;
2. siguió con la batalla de Chakán Putum, o Champotón, impuesta a los naturales por los extranjeros comandados por Juan de Grijalva;
Con el pretexto de que los judíos conversos habían vuelto en secreto a su antigua religión, y bajo la presión del inquisidor Tomás de Torquemada, el 31 de marzo de 1492 los Reyes Católicos firmaron el Edicto de Granada.
En él pusieron a los hebreos ante la disyuntiva final de optar por el bautismo o el exilio.
Por “pérfidos”, “leprosos” y “abominables circuncisos”, se ordenó la expulsión de “todos los judíos y judías de nuestros reinos y que jamás tornen ni vuelvan a ellos ni alguno de ellos”
La orden no hizo excepción alguna en razón de edad, residencia o lugar de nacimiento. Simplemente daba a los hebreos un plazo de 4 meses para que vendan sus posesiones y se vayan, con la salvedad de que tienen prohibido llevar consigo oro, armas o caballos.
𝗗𝗲 𝗰ó𝗺𝗼 𝗺𝗲 𝗵𝗶𝗰𝗲 𝗮𝘁𝗲𝗼 𝗽𝗿𝗲𝗰𝗼𝘇
La experiencia de acompañar a mi abuela a la iglesia era encantadora. Sus pláticas con Dios eran mucho más largas que las mías, que se reducían a un Padrenuestro. Para ahorrarme la aburrición, me permitía llevar unas historietas.
La verdad es que no me aburría para nada. Podía pasar horas fascinado frente a las escenas de las ánimas achicharradas en el Infierno, San Andrés en su cruz en forma de equis, San Pedro, crucificado patas arriba…
… o Dionisio de París (nada que ver con Dionisio Aeropagita), a quien se le representa sosteniendo su propia cabeza entre las manos mientras unos chorritos de sangre muy roja se proyectan al cielo desde su cuello seccionado.
• En Francia, Venezuela, Italia, Cuba, Estados Unidos y muchos otros países las autoridades encarcelan a quienes realizan manifestaciones violentas.
• Los gobiernos de Colombia, Chile y Nicaragua encarcelan y balacean a quienes llevan a cabo protestas pacíficas.
• En España 14 políticos catalanes fueron detenidos en 2017 por organizar un referéndum democrático. Nueve de ellos estuvieron tres años y medio en prisión. Otros debieron partir al exilio.
En democracias representativas como Gran Bretaña y España, el jefe de Estado no es electo por el pueblo: el cargo es hereditario.
Al igual que en esos países, en Alemania y otras repúblicas parlamentarias el jefe de gobierno sí es electo, pero no de manera directa: los electores votan por representantes y son éstos los que eligen al jefe de gobierno.
Lo mismo pasa en Cuba: los ciudadanos eligen cada 5 años a los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de 605 diputados. La constitución señala que es “el órgano supremo del poder del Estado” y representa “a todo el pueblo y expresa su voluntad soberana”.
Aunque la historia oficial se haya quedado sólo con los nombres de Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario, en la revolución de Independencia participaron incontables mujeres en las más diversas tareas:
como correos de los insurgentes, recaudadoras de fondos para la adquisición de armas y vituallas, agitadoras, propagandistas y periodistas, fabricantes de armamento, espías infiltradas, enfermeras, conspiradoras y también, desde luego, como combatientes activas.
Combatientes fueron, entre muchas otras, María Ubalda Sánchez, Manuela Medina, “La Capitana”, Altagracia Mercado, María Josefa Martínez y las hermanas Trinidad y Ana María Ortega. Desde luego, es seguro que hubo bajas femeninas entre las filas insurgentes.