Thread by @pitiklinov

Se está produciendo un cambio en la forma en que algunos investigadores ven el trastorno de estrés postraumático (TEPT):
1- no seria en realidad algo patológico sino una respuesta adaptativa tras experiencias traumáticas
2- No sería exclusivo de humanos.

psypost.org/2021/10/do-wil…

Los estudios sobre la ecología del miedo comenzaron en la década de 1990. Antes de eso, los científicos suponían que el impacto de un depredador sobre un animal presa era o mortal o fugaz.
Si una liebre sobrevivía al ataque de un coyote, seguía adelante y vivía su vida como antes

Pero la investigación demuestra que el miedo puede alterar el comportamiento y la fisiología a largo plazo de los animales salvajes, desde los peces hasta los elefantes.

Por ejemplo, se ha observado que la población de ciertas liebres de nieve disminuye mucho cuando aumentan los depredadores y no es sólo porque éstos las coman. El estrés crónico de vivir rodeado de depredadores hace que las liebres madre coman menos y tengan menos crías.

El trauma de vivir repetidas persecuciones de depredadores desencadena cambios duraderos en la química del cerebro, paralelos a los observados en los cerebros de las personas traumatizadas, que impiden que las liebres se reproduzcan a niveles normales.

Se ha descubierto que los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en las liebres madre fluctuaban en función de la densidad de depredadores, alcanzando su máximo cuando éstos eran más numerosos y las madres muy estresadas daban a luz a menos crías y más pequeñas.

Los niveles elevados de cortisol también se transmitían de madres a hijas, lo que ralentizaba el ritmo de reproducción de las liebres incluso después de que los depredadores hubieran desaparecido y hubiera abundante vegetación disponible para que las liebres se alimentaran.

Esto explica por qué la población de liebres sigue siendo baja entre tres y cinco años después de que los depredadores hayan desaparecido prácticamente del lugar de estudio.

El caso es que algunos investigadores no están de acuerdo con la visión actual del TEPT centrada en el ser humano. Hay muchas cosas que comparten los humanos y otros mamíferos, como el aprendizaje y la respuesta al peligro, y la evitación de situaciones de riesgo para la vida.

Estos autores creen que el TEPT tiene profundas raíces evolutivas y que algunos de sus síntomas surgen de adaptaciones -como un mayor estado de alerta- que permiten a los individuos de muchas especies, incluida la nuestra, gestionar el peligro.

"Los psiquiatras y psicólogos hablaban del TEPT como algo patológico. "Nosotros defendemos que se trata de un comportamiento adaptativo, de mostrar estas reacciones extremas en este contexto concreto, porque eso aumenta tu supervivencia”.

Dice un investigador “ El cerebro de alguien con TEPT no es un cerebro dañado o disfuncional, sino un cerebro sobreprotector. Se trata de alguien que ha sobrevivido a un ataque contra su vida”.

Así que la hipervigilancia, la incapacidad para dormir, las pesadillas persistentes que hacen que la persona reviva el trauma, son parte de una respuesta adaptativa que ha descarrilado”.

Resumen: las experiencias de miedo pueden tener efectos duraderos (en humanos y otros animales) y sugieren que el trastorno de estrés postraumático, con sus recuerdos intrusivos, su hipervigilancia y su ansiedad, forma parte de una respuesta antigua y evolucionada al peligro.