Esta batalla se encuadra dentro de la Segunda Guerra Médica que enfrentó al Imperio Persa (junto con aliados y vasallos, entre los cuales había bastantes griegos) con una coalición de Polis griegas lideradas por Esparta y Atenas.
Jerjes I, rey persa, había concentrado un gran ejército en Asia Menor con el fin de atacar a las polis griegas. Para ello, cruzó por el Helesponto a Europa tras construir puentes sobre él, de ahí se dirigió a Macedonia, que en esos momentos había jurado lealtad al Rey de Reyes.
En el otro lado del Egeo, los griegos sabían gracias a sus espías en Sardes que Jerjes estaba preparando un ejército bastante numeroso para ir contra las polis griegas. Una vez supieron que iba a tomar la ruta terrestre decidieron planear cómo defenderse.
La primera decisión fue escoger los pasos montañosos cerca del Valle del Tempe, en Tesalia ya que algunos exiliados tesalios habían solicitado su ayuda viendo que los dirigentes tesalios estaban por la labor de cooperar con los persas.
Las dos principales potencias griegas, Atenas y Esparta, convinieron en enviar un contingente a dicho paso liderado por Temístocles (por parte ateniense) y por un tal Euaimeto (por Esparta), no hay duda de que Esparta no se tomó muy en serio esta intentona ya que
de otro modo hubiera enviado a algún miembro de una de sus dos familias reales (como Leónidas, Leotíquidas, el otro diarca o Cleómbroto, hermano de Leónidas), sin embargo, envió a Euaimeto, alguien sin sangre real, según Heródoto.
En cualquier caso, esta idea fue rápidamente descartada ya que existían multitud de pasos y cubrirlos todos era imposible, de ahí surgió la idea de buscar un lugar donde hubiera un solo paso estrecho. Este se encontró en las Termópilas, en el golfo de Malis.
En realidad, el paso de las Termópilas eran 3, dos de ellos muy estrechos e inservibles para un ejército de la magnitud del de Jerjes y el tercero, el camino central, menos estrecho.
Sin embargo, de nada serviría aguantar el Paso por tierra si la armada de Jerjes, no poco numerosa tampoco, podía desembarcar libremente en la retaguardia griega. Por ello, los griegos idearon una estrategia combinada: por tierra y mar. Un ejército estaría en las Termópilas
mientras que una flota se encontraría en Artemisio evitando la maniobra anfibia persa.
Jerjes llega a las inmediaciones de las Termópilas en verano, aprovechando la celebración de las Carneas y las Olimpiadas, fiestas que imposibilitaban que los griegos pudieran desplegar un gran ejército, ambas finalizaban el 18 de septiembre.
No hay duda de que no es una coincidencia que coincidiera su paso por las Termópilas en esas fechas pues se encontraba asesorado por un antiguo rey espartano llamado Demarato que había sido depuesto y exiliado a Persia.
Cuando los griegos conocen de las intenciones de Jerjes envían un ejército a las Termópilas al mando de Leónidas formado por (NO SÓLO) 300 espartíatas todos ellos con descendencia (junto con sus ilotas); 500 tegeatas, 500 mantineos, 120 de Orcómeno, 1000 arcadios, 400 corintios
200 de Flius, 80 de Micenas, 400 tebanos disidentes y 700 tespios (la totalidad de su ejército) a los cuales se unieron 1.000 focidios y otros tantos Locrios (aunque su número no se sabe con exactitud). Por lo que sumarían unos 6.200 soldados sin contar acompañantes.
Por otro lado, también enviaron una flota de unos 271 barcos (a los que se añadirían algunos más posteriormente) principalmente atenienses (127 de ellos) al mando nominal del espartano Euribíades que sabía tanto del mar como un pastor de ovejas pero bajo el mando efectivo de
Temístocles que tenía mucha más experiencia.
El ejército terrestre griego había llegado a las Termópilas un mes antes de la batalla y Jerjes tenía conocimiento de ello, por lo que, cuando llegó envió a un vigía que le contó a Jerjes que había visto a unos soldados ejercitándose
desnudos y peinarse y que no le habían hecho ni caso. Jerjes preguntó a Demarato sobre estas extrañas personas y le respondió que esos eran espartanos.
A pesar de que el mito cuenta que el Oráculo de Delfos había mencionado que para que Esparta se librara de los persas
un descendiente de Heracles debía morir (por eso fue Leónidas), lo más probable es que los griegos tuvieran verdaderas intenciones de no ser derrotados ya que para el momento de la batalla quedaban pocos días para que terminaran las festividades por ende esperaban ser auxiliados.
Además de eso, en la zona más estrecha habían reconstruido el muro que los focidios habían levantado en el pasado para hacer frente a las invasiones tesalias.
De todos modos, Leónidas, desde el mismo momento en el que llegó era perfectamente consciente de que existía un paso
por el que se podía flanquear pues había sido alertado por los oriundos, el llamado paso de Anopea. Por ello, Leónidas envió a 1.000 focidios a guardar ese lugar, cifra que bastaría ya que luchaban en falange. Sin embargo, no bastó.
Por el lado persa, su ejército terrestre era enorme, las cifras no se conocen, sin embargo, era indudablemente mayor que el de los griegos. A su paso por Macedonia y Tesalia habían sido bien alimentados y provistos por los oriundos pues eran tierras fértiles y amigables.
Sin embargo, una vez llegan a las inmediaciones de las Termópilas, la situación era muy distinta: en verano no abundaba el agua. Lo cual supuso que mucho no podían esperan (unido a que las festividades estaban en sus momentos finales).
En el mar, por otro lado, la armada persa, numerosa había sufrido un gran varapalo por una tormenta que había destruido cientos de sus barcos. Sin embargo, aun tenían una flota mayor que la griega. Por ello, enviaron a doscientas naves desde el norte de Eubea a circunnavegarla
Sin embargo, una segunda tormenta junto con un feroz vendaval hizo que estas doscientas naves se perdieran.
Cuando Jerjes llega a las Termópilas se ve incapacitado de realizar un ataque terrestre debido al mal tiempo durante cuatro días. Por ello, en primer lugar, envía un heraldo a los griegos solicitando rendición ante lo cual Leónidas responde Molón Labé (ven y tómalas)
Así lo narra Plutarco, sin embargo, es bastante probable, tal y como defienden académicos actuales, que esto no se dijera nunca (a Plutarco tampoco hay que creerlo a pies juntillas nunca).
En cualquier caso, los ataques comenzarían sobre el 16 de septiembre. En un primer momento, los persas enviaron a contingentes de Media y Susiana así como hermanos e hijos de los fallecidos en Maratón para enfrentarse a los griegos con la finalidad de atraparlos vivos.
También comenta Heródoto que al verse que estos fallaron, Jerjes envió a la flor y nata del ejército persa: los Inmortales, pero tampoco tuvieron especial éxito. El historiador de Halicarnaso atribuye esto a que las lanzas griegas eran más largas además de su mayor disciplina.
Sobre las tácticas utilizadas no se sabe mucho. Se menciona la anécdota de que un oriundo debió de advertir a los griegos del tamaño del ejército persa mencionando que sus flechas cubrirían el sol a lo que un espartano llamado Diéneces le respondería que entonces lucharían a a la
sombra. Sin embargo, lo más seguro es que más allá de anécdotas, el uso masivo de proyectiles no se diera lugar ya que no habría ángulo para disparar todas las flechas hacia un sitio tan estrecho.
Sí que se comenta que los griegos aplicaron en diversas ocasiones una táctica de
fingir la huida para provocar el desbaratamiento de la línea persa y después cargar de nuevo.
Así estuvieron dos días.
El momento crítico de la batalla llega en la noche entre el segundo y tercer día cuando un tal Efialtes de Anticyra de Malis comenta a Jerjes de la existencia del paso a Anopea.
📸Mapa 17 de "The Grand Strategy of Classical Sparta: The Persian Challenge" de Paul A. Rahe.
Esa misma noche Jerjes envía a los 10.000 inmortales a través de ese camino y, en un momento dado, estos se encuentran con el destacamento focidio. Las versiones cambian dependiendo del autor pero Paul Rahe menciona que Heródoto aquí es la mejor fuente por lo que lo seguiré.
Los inmortales cuando llegan a donde están los focidios estos no sabían nada y apenas les da tiempo a armarse, los bombardean con flechas y huyen a un lugar elevado, Hidarnes, comandante de los inmortales, en vez de perseguirles sigue su curso hacia las Termópilas.
Cómo y cuándo Leónidas se entera de estos acontecimientos nos es desconocido y hay múltiples versiones. Sin embargo, lo que sí se sabe es que una parte de los griegos se va mientras que otra, formada por los espartíatas de Leónidas, los 400 tebanos, los tespios y los de Micenas
se queda.
Al día siguiente hay una encarnizada lucha en la que los griegos llegan a matar a dos hermanastros de Jerjes, Abrokomes e Hiparantes. En un momento dado Leónidas es muerto y surge una lucha por su cadaver. Finalmente el resto del ejército que se había quedado muere
salvo los tebanos que se rindieron. Asimismo, hubo 3 espartíatas que no murieron, dos de ellos que por problemas oculares estaban apartados (Aristodemo y Euritius) y otro por haber sido enviado como heraldo a Tesalia y perderse la batalla.
Euritius, a pesar de su enfermedad volvió a la lucha y murió junto con los demás espartanos mientras que Aristodemo y Pantites (el enviado a Tesalia) no hizo lo mismo y al volver a Esparta fueron muy mal vistos, tanto es así que Pantites se suicidaría y
Aristodemo se lanzaría a lo kamikaze en la batalla de Platea para "recuperar el honor" muriendo allí.
En el mar, las noticias fueron algo mejores pues las flotas griega y persa se enfrentaron en Artemisio dando lugar a una victoria pírrica griega pues se quedaron sin muchos barcos.
En el fondo, la estrategia demostró ser un fiasco pues no aguantaron el empuje persa.
FIN.
Fuente: "The Grand Strategy of Classical Sparta: The Persian Challenge" de Paul A. Rahe
Alejandro llegó al trono en el año 336 a. C. tras la muerte de su padre, Filipo II y, tras dos años de intensas luchas contra los que habían sido sus vasallos para doblegarlos, se dispuso a llevar a cabo el plan que su padre había empezado: la conquista de Persia.
Cruzó a Asia Menor en 334 a. C. donde al poco debió luchar una batalla contra las tropas de varios gobernadores regionales persas (también llamados sátrapas) en Gránico, en la que, a pesar de encontrarse cerca de la muerte y ser salvado, irónicamente por alguien a quien Alejandro
[HILO] Infancia y vida de Alejandro Magno antes de llegar al trono.
La parte menos conocida de la vida de Alejandro.
Alejandro nació el 20 ó 21 de julio del año 356 a. C. en Pella, la nueva capital del Reino de Macedonia hijo de Filipo II del cual ya hablamos ayer, de la dinastía reinante de Macedonia, los Argéadas y de Olimpia de Épiro, de la dinastía real de Épiro (hija de Neoptólemo I y
hermana de Alejandro I, ambos reyes de Épiro).
Filipo heredó un reino maltrecho después de varias derrotas de sus sucesores, siendo la más sonada la de su hermano, Pérdicas III, que murió junto con su ejército frente al caudillo ilirio Bardilis. Sin embargo, Filipo se repuso.
Cómo se moldeó el ejército que conquistó media Asia para Alejandro Magno
Antes de entrar en los detalles de cómo se modificó el ejército macedonio hay que entender cómo estaban formados los ejércitos griegos clásicos.
Básicamente estos estaban compuestos por hoplitas (infantería pesada), escaramuzadores (peltastas y arqueros) y, a veces, caballería.
Se trataba de una disposición bastante rígida y que hacían depender el resultado de la batalla del empuje de los hoplitas en el centro. El papel de la caballería y de los escaramuzadores era más bien menor, con honrosas excepciones, por supuesto.
Corre la primavera del año 425, la guerra entre Esparta y Atenas llevaba ya 6 años en los cuales la estrategia de ambos bandos había quedado claramente delineada: Esparta dominaba la tierra pero Atenas el mar, por lo que ninguna de los dos tenía una ventaja clara.
Sin embargo, hoy hablaremos del mayor revés espartano de esta contienda: la derrota de Esfacteria.
¿#Sabíasque hubo un conjunto de astrónomos en Babilonia que durante SIGLOS estuvieron recopilando datos astronómicos, del tiempo y los precios de los bienes en los mercados? Más aún, buena parte de ellos nos han llegado a hoy en día.
[HILO] Los Diarios Astronómicos de Babilonia
Sí, tal y como has leído. Hablemos primero de esta gente y después de su ciclópea obra.
Estos eran académicos profesionales, muy preparados y bien cuidados (como se verá cobraban bastante bien). Se cree que comenzaron durante el reinado de Nabonassar (c. 747-743 a. C.).
Aunque inicialmente solamente recogían datos del firmamento celeste y de las estrellas finalmente acabaron por recoger datos sobre la posición de los planetas, los signos zodiacales, los equinoccios y solsticios así como el tiempo (como en las noticias) y los precios del mercado.