Esparta era una polis bastante distinta de todas las demás y contaba con un sistema de clases sociales muy peculiar.
Comencemos:
La estructura básica de Esparta estaba compuesta por tres grupos principales:
Ilotas: Siervos de la tierra sin derechos ni libertades.
Periecos: Habitantes de la periferia libres pero sin derechos civiles.
Espartíatas: Los ciudadanos espartanos por excelencia con derechos.
Comenzando con los espartíatas, estos conformaban la élite de Esparta y, como tal, constituían una minoría a pesar de copar todo políticamente. También recibían el sobrenombre de homoioi (iguales, pares) pues se suponía que eran iguales en derechos y libertades, pero no era así.
Para ser un espartíata era necesario cumplir tres requisitos clave: ser hijo de un espartíata y de una espartana; superar el agogé (educación espartana) y tener poder adquisitivo suficiente como para contribuir a las comidas comunales, llamadas sisitías.
La agogé era el sistema de educación espartano tan famoso hoy en día. Se iniciaba con 6 años y se finalizaba con 20. Se hacía hincapié en la forma física habiendo recurrentemente pruebas atléticas y militares, sin embargo, no se descuidaba la mente al inculcar valores como el
coraje, la obediencia y el aguante. Además de eso, se les proporcionaba lo mínimo a los jóvenes para fomentar su austeridad y capacidad de "buscarse la vida". La finalidad de esto era primordialmente que se convirtieran en unos guerreros eficaces pero también que fueran
obedientes a las instituciones, a los ideales de la Polis y austeros.
En cuanto a las sisitías, estas eran comidas comunales a las que asistían todos los homoioi, si no podías afrontar su coste eras apartado.
A pesar de la cacareada igualdad que impregnaba todo lo relacionado con los espartíatas la verdad es que no eran iguales, al menos en dos asuntos: poder económico y derechos civiles.
A pesar de que todo espartíata tenía derecho a participar en la asamblea y votar en ella,
así como ser elegido éforo. Sin embargo, para entrar en la Gerusía (consejo de sabios) se requería además de contar con más de 60 años, el provenir de algunas de las familias aristocráticas. Además de eso, los reyes (2, pues era una diarquía) se encontraban por encima de los
espartíatas aunque sujetos a los éforos (aunque un rey fuerte siempre podía influir en la elección de estos e influirles).
Un aspecto esencial de los espartíatas es que tenían prohibido el ejercicio de cualquier profesión manual: desde la agricultura hasta el comercio.
Similares a los espartíatas eran los llamados Motaces que se trataba de hijos de un espartíata (padre) y de una ilota (madre). No tenían la condición de ciudadano pero podían tener puestos de responsabilidad como Lisandro (comandante naval en la Guerra del Peloponeso) o Gilipo
(general espartano al mando de la expedición a Sicilia que tanto daño hizo a los atenienses durante la misma Guerra).
En cuanto a los periecos estos eran habitantes de la periferia de Esparta y étnicamente dorios (como los propios espartanos). Contaban con autonomía y vivían en sociedades basadas en sus propias reglas aunque siempre con observancia de las espartanas.
De cualquier modo, cumplían una función esencial: el ejercicio de la artesanía y el comercio pues los espartíatas no podían llevarlo a cabo y los ilotas se dedicaban a la tierra. No se considera que vivieran mal, sin embargo, sí que estaban muy poco satisfechos con su situación
esto se puede ver en que con la liberación de Mesenia por Epaminondas en la década de 360 a. C. hubo muchas defecciones de estos. Estaban obligados a cumplir con la ley espartana y a cumplir con las obligaciones militares que se les imponían, pero estaban protegidos por ley.
Los ilotas, por otro lado, constituían la clase social más amplia y su condición la verdad es que era bastante complicada pues carecían de todo derecho (incluido el de la vida) y estaban sujetos a la labranza de la tierra de los espartíatas en Laconia o Mesenia.
Había dos clases (aunque en el fondo con el mismo estatus) de ilotas: los de Laconia y los de Mesenia. El origen de los segundos fue la subyugación de estos pueblos por Esparta durante las guerras de los Siglos VIII y VII a. C. mientras que los de Laconia habían sido
sometidos antes, por lo que se especula que podrían ser la población anterior que habitaba ahí a la llegada de los dorios. Anecdóticamente, contaban con un único derecho: el de asilo en el templo de Poseidón de Taenarum.
Debido a que los ilotas eran inmensamente superiores en número y no tenían nada que perder constituían una amenaza clara contra el sistema espartano, por lo que los éforos les declaraban la guerra todos los años y que, así, fuera lícito religiosamente matarlos.
Los espartanos tomaban varias medidas para evitar que los ilotas se levantaran, entre ellas cabe mencionar la Krypteia. Esta era una suerte de policía secreta formada por jóvenes espartíatas que evaluaban qué ilotas consistían una amenaza mayor para liquidarlos.
A pesar de estas medidas hubo revueltas de ilotas, como la del año 464 aprovechando que un terremoto había sacudido la ciudad de Esparta.
Similares a los ilotas eran los neodamoides, que literalmente, significaba nuevos ciudadanos. Estos eran antiguos ilotas que, por haber
servido en el ejército espartano (especialmente en la Guerra del Peloponeso y en el reinado de Agesilao II se echaron mano mucho de estos) habían sido liberados de su condición de siervos de labranza. Aun así su situación no era equivalente a la de un esclavo romano liberado
pues no contaban con derechos políticos ni mucha libertad. Su situación parecía acercarse a la de los periecos aunque peor.
FIN.
Fuente: "Agesilaus and the Failure of Spartan Hegemony" de Charles D. Hamilton
La historia de esta batalla no se puede entender sin conocer el desarrollo paralelo de Tebas y de Esparta tras la Guerra del Peloponeso.
Tebas y Esparta habían sido aliados desde el comienzo de la sangrienta guerra que enfrentó a Esparta y Atenas, con la victoria de los primeros. Esparta llevaba siglos enteros queriendo esta hegemonía que, por fin, había alcanzado.
Alejandro llegó al trono en el año 336 a. C. tras la muerte de su padre, Filipo II y, tras dos años de intensas luchas contra los que habían sido sus vasallos para doblegarlos, se dispuso a llevar a cabo el plan que su padre había empezado: la conquista de Persia.
Cruzó a Asia Menor en 334 a. C. donde al poco debió luchar una batalla contra las tropas de varios gobernadores regionales persas (también llamados sátrapas) en Gránico, en la que, a pesar de encontrarse cerca de la muerte y ser salvado, irónicamente por alguien a quien Alejandro
Esta batalla se encuadra dentro de la Segunda Guerra Médica que enfrentó al Imperio Persa (junto con aliados y vasallos, entre los cuales había bastantes griegos) con una coalición de Polis griegas lideradas por Esparta y Atenas.
Jerjes I, rey persa, había concentrado un gran ejército en Asia Menor con el fin de atacar a las polis griegas. Para ello, cruzó por el Helesponto a Europa tras construir puentes sobre él, de ahí se dirigió a Macedonia, que en esos momentos había jurado lealtad al Rey de Reyes.
[HILO] Infancia y vida de Alejandro Magno antes de llegar al trono.
La parte menos conocida de la vida de Alejandro.
Alejandro nació el 20 ó 21 de julio del año 356 a. C. en Pella, la nueva capital del Reino de Macedonia hijo de Filipo II del cual ya hablamos ayer, de la dinastía reinante de Macedonia, los Argéadas y de Olimpia de Épiro, de la dinastía real de Épiro (hija de Neoptólemo I y
hermana de Alejandro I, ambos reyes de Épiro).
Filipo heredó un reino maltrecho después de varias derrotas de sus sucesores, siendo la más sonada la de su hermano, Pérdicas III, que murió junto con su ejército frente al caudillo ilirio Bardilis. Sin embargo, Filipo se repuso.
Cómo se moldeó el ejército que conquistó media Asia para Alejandro Magno
Antes de entrar en los detalles de cómo se modificó el ejército macedonio hay que entender cómo estaban formados los ejércitos griegos clásicos.
Básicamente estos estaban compuestos por hoplitas (infantería pesada), escaramuzadores (peltastas y arqueros) y, a veces, caballería.
Se trataba de una disposición bastante rígida y que hacían depender el resultado de la batalla del empuje de los hoplitas en el centro. El papel de la caballería y de los escaramuzadores era más bien menor, con honrosas excepciones, por supuesto.