Sra, BASTA de oportunismo politiquero. En tiranía, no sólo postularse como candidatos es inmoral, también lo es postularse como líderes. Los líderes no salen de un certamen: se imponen por su acción. ¿Ud pretende fabricarlos como se fabrica a las
reinas de belleza? Se equivoca de oficio…
Y no, crear un certamen para elegir a un líder no es acción propia de líderes.
Ud de hecho confiesa, al proponer semejante chiste, haber fracasado como líder. Lástima, pues como se lo hice saber a finales de 2018, Ud hubiera podido hacer
historia, en vez de mantenerse, como ya es costumbre suya, a salvo entre los pliegues de la actualidad, alternando entre el rol de víctima y el de amuleto de masas.
Pero qué bueno para la tiranía contar con una oposición y una oposición de la oposición, ambas inofensivas… Una
que lava su imagen y otra que mantiene esperanzados a los desencantados. No digo que sea su intención, pero es el servicio que al régimen en fin de cuentas le presta. (Consecuencia inevitable de no asumir los verdaderos desafíos que el destino le pone por delante.)
Pero veamos
un segundo aspecto de su actual propuesta, en torno a la elección del liderazgo opositor. ¿Qué esconde la evocación misma del término «liderazgo» —en momentos en que no hay ninguno— sino la falacia de que hay varios y de que los liderazgos son indispensables? Vaya brillante idea:
hagamos creer que debemos escoger a uno entre tantos existentes, mientras que en realidad no hay ninguno, y lo estaremos creando artificialmente, como a una reina de belleza.
Éste sería el líder oficial de la oposición, una especie de Guaidó actualizado…
¡Y por ende su remplazo!
Una manera de sacarle la silla, de deslegitimarlo. Y de ser aquel con prioridad ante toda eventualidad.
¿Toda eventualidad?
¿Por ejemplo una como la liberación de Vzla?
¿La cual saldrá también de otro certamen?
Porque que sepamos, a falta de una intervención militar, sólo
elecciones y más elecciones con el régimen es la única luz que habrá al final del túnel: ¡la de un tren que se nos viene encima!
Entonces, ¿qué hay detrás de la elección de un «líder opositor oficial»? ¿Otras elecciones con el régimen, un llamado a la abstención, otras mesas
de diálogo? ¿Y así hasta que caduque el liderazgo opositor oficial y organicen un nuevo Miss Líderzuela?
Pareciera que los venezolanos estamos hechos para andarnos por las ramas, dando rodeos, nunca enfrentar la presa, inventarnos etapas, falsas propuestas y sobre todo mitos.
El mayor de estos mitos es que sin liderazgo no vamos a ninguna parte. Un mito que es fabricado por (¡bingo!) los aspirantes, los líderes y los ex-líderes (que devienen fabricantes de certámenes). Únicos interesados.
Lo cierto es que si no hay líderes es mejor no fabricarlos: un
problema menos y no tenemos ninguna razón de darlo todo por perdido.
¿En serio?
Sí, porque son perfectamente reemplazables, aunque no por algún individuo. Sólo por todos los individuos.
Los liderazgos (especialmente en un caso como el nuestro) empero son un mito: sólo las ideas
(no los líderes) lideran. De éstos podemos pasarnos mucho más bellamente de lo que imaginamos y obtener mejores resultados. Sólo tenemos que salir del paradigma del personaje, de la tiranía del carisma, de la proyección de complejos, de la búsqueda de padres y madres secundarios.
Se llama devenir adultos, ciudadanos.
Un líder es útil pero lo único indispensable es la idea.
¿Y acaso no la tenemos?
¿No sabemos lo que necesitamos, lo que queremos?
Carecer de ella es una tiranía PEOR, porque es interna. Pero no carecemos de ella, aquí sí hay caballeros, lo
no hay es puestos: la idea llenó el autobús hace tiempo y si a algún «líder» no le bastaron dos décadas para entenderlo, que viaje a pie…
Venezuela conoce perfectamente su situación, hacia dónde quiere ir y lo que necesita: necesita una intervención militar extranjera (esto es
un axioma, no se discute), y no quiere entregarle su futuro a los mismos, incluyendo a los «líderes» opositores que han envejecido y hecho de sus roles una profesión (al parecer no muy mal pagada…), y bueno, listo, Venezuela no necesita de ellos para exponer su idea. Existe el
papel, o ahora el soporte digital donde dejar registro de ella. Existe la palabra escrita, el texto. A Vzla le basta y sobra la idea para unirse, no un individuo que la una.
A éste lo remplaza con creces un MANIFIESTO, un mensaje que comporta la idea, y cuyo destinatario de todas
maneras está afuera, en el extranjero, donde reside la solución. Y mucho mejor, porque un Manifiesto no está obligado a andarse con eufemismos, no necesita hablar de «fuerza de paz», de «intervención humanitaria», habla de intervención militar, directo al mundo y «a la cara».
La sociedad civil independiente NO ORGANIZADA, sin líderes, sin rostros, sin partidos, sin amuletos andantes ni esperanzas apedilladas hace su propio lobby ante el mundo mejor que nadie: si millones de ciudadanos respaldan tal Manifiesto en una simple y vulgar plataforma de
de peticiones en línea, el mensaje estará allí, listo, a disposición para ser tomado (o no) por la comunidad internacional. A ella entonces de reaccionar a partir de nuestra oferta. Idealmente se produciría una reacción de intervención unilateral por parte de EEUU (o no), pero
los ciudadanos habremos entonces hecho lo nuestro, manifestado nuestra voluntad (sin los filtros políticos que nos mal representan y cuyos escándalos y opacidad hasta ahora sólo han ahuyentado a la comunidad internacional). Los ciudadanos tenemos nuestro mejor instrumento de
PERSUASIÓN internacional en #ElManifiesto, pero Uds, nuestros supuestos «líderes», no encuentran nada mejor que hacer, los unos, que meterse en la cama con el régimen y, los otros, que ocuparse de sus liderazgos montando ahora elecciones de «líderes», porque entre narcisonivitis
y eleccionivitis no queda al parecer nada más en sus vacías estampas de exangües actores, aparte de un instinto pueril para reciclarse con cada disparo de la tiranía como nuestros presuntos representantes.
Sra, es la idea, se acabaron los puestos.
Súbase o bájese.
X. P.
Pd:👇
Hilo del Manifiesto (seguido de tuits complementarios y de un hilo explicativo de obligada lectura):👇
Los saltimbanquis del oportunismo electorero deben prepararse el 21N para ver sus calles desiertas. Pero tampoco tendrán gente desde ahora quienes monten plataformas y «propuestas». Así tengan buenas intenciones. La gente está harta y no quiere saber más de «líderes» ni promesas.
¿Qué está pasando? Que la ciudadanía se cansó y bajó la santamaría, no lograrán convocarla más, ni malos ni buenos. ¿Podemos culparla? Después de 2 décadas de colaboracionismo, 6 millones de migrantes y 60 países de apoyo para puro alarde y chantaje del interino, no, no lo creo…
Habrá que acostumbrarse, la ciudadanía no escuchará a más nadie. Su rechazo, su incredulidad, su indiferencia serán totales. Ya nada la movilizará que no venga de ella, que no emprenda por sí misma. ¿Es malo como actitud, o tiene un lado bueno escondido? Yo veo allí un chance.
El ciudadano YA no cree en más nadie. Ninguna figura pública lo embaucará de nuevo. Olvídense de plataformas y de «líderes». Sólo emprenderá iniciativas propias, como la de firmar un documento histórico contra ambos régimen y «oposición» por una intervención MILITAR y POLÍTICA:👇
Los saltimbanquis del oportunismo deben prepararse el 21N a ver las calles desiertas. Pero también de ahora en adelante los montadores de plataformas y «propuestas» —por muy honorables que sean— fracasarán. ¿No lo han entendido? Nadie quiere saber más de «líderes» ni promesas.
Vzla lo vio todo, abusó de los límites. Sus ciudadanos ya no son comprables ni por «los buenos». ¿Qué debe entonces hacer la ciudadanía? Emprender la única acción que necesita y que nadie hará por ella: desconocer FORMALMENTE a sus falsos representantes, cómplices de la tiranía.
Presumen ser «la Vzla decente» pero son el VERDADERO LUMPEN del país, porque no habiéndolos educado el régimen (como a los de aquí👇abajo) tienen el descaro de votar en tiranía y de dar una imagen inmoralmente falsa de un país que obviamente les resbala más allá de sus narices.
¿Qué les hace suponer a estos actores, artistas y periodistas que no son LUMPEN, es decir lo más bajo y descompuesto de una sociedad? ¿Será la ropa, los apellidos, las pertenencias? EL HÁBITO NO HACE AL MONJE. Tampoco las tarimas ni las cámaras hacen a la cultura. Menos al gusto.
Crecí en el Súperbloque El Paraíso, cerca de la Plaza Madariaga. Ese mastodonte era un universo aparte y autosuficiente. Fantástico para los niños, teníamos aquel inmenso espacio con varios lugares de encuentro y de juego: una enorme planta baja, donde jugábamos pelotica de goma,
futbolito, chapita, básquet y hacíamos verdaderos torneos; allí mismo había panadería, abasto, carnicería, quincalla, guardería, tintorería y local cultural; detrás teníamos el estacionamiento, donde arrancaba el conteo para el escondite, que jugábamos en manada de 15 a 20
carajitos, escondiéndonos en cualquier parte de esa infinita mole de 182 apartamentos dúplex, hasta el piso catorce y en los lugares más inauditos; teníamos también cerro con monte y selva, que bordeaba el edificio por detrás y que explorábamos sobre todo en los fines de semana;
«La generosidad de Bolívar: muy fácil es ser pródigo de lo ajeno. Bolívar dispone del tesoro público con escándalo y sin responsabilidad. Sus coquetas, sus favoritos, sus aduladores están sostenidos de las arcas nacionales, y sin embargo, no tiene que dar cuentas, ni hay quien
diga que estos son robos. Cuando vino al Perú no trajo ningún equipaje, y cuando salió de él, llevó multitud de carros llenos de equipaje, valiosas alhajas, vajillas de oro y plata, y multitud de cajones con oro amonedado. Esto es notorio.
«Hallándose Bolívar en el Perú, trataba un día en su mesa a tiempo de la comida, acerca de cierta señora casada con un general, expresándose sobre las cualidades de ésta, y diciendo en alta voz que en la noche anterior la había tenido de visita. A tiempo de la algazara que
«Qué hizo [Bolívar] en el Perú? Destruyó la libertad y la independencia allí, tal como en Colombia. [Nota al pie de página: Las dos batallas peleadas en el Perú, fueron ganadas en su ausencia. En una estaba a cien millas del campo de acción, en la otra estaba enfermo en Ayacucho.
El general Sucre ganó ambas, y Bolívar se llevó el crédito y honor]. Su protectorado ahí responde exactamente a su dictadura en Colombia y sacó a los mejores habitantes de ambos países. El general Bolívar nunca ha comandado un regimiento en persona y ni siquiera a cuatro
soldados. Nunca ha participado en un ataque de caballería ni en uno con bayoneta. Por el contrario, siempre ha sido bien cuidadoso de mantenerse fuera del peligro. Siempre ha tenido la precaución de proveerse de caballos excelentes y de buenos guías.