Thread by @AXL__tw

Voy a contarles una experiencia reciente sobre el quehacer del Arquitecto, que espero sirva de algo a los arquitectos más jóvenes y/o estudiantes.

A penas hace como un mes, me rendí al intentar trabajar en colaboración con otro joven arquitecto, de unos 35 años de edad.

Este joven, al que llamaré Jesús, fue en realidad un intento de su padre (Don José) por darle proyección y un empujoncito al muchacho que parecía no encontrar su lugar y se comenzaba a desilusionar de su profesión.

Don José necesitaba un espacio mixto en su Rancho...

Un lugar con área de almacén de granos e insumos para el cuidado de ganado, pero también con un área de estancia para la Señora, a la que llamaré, Doña María. Esta pequeña area de cabaña, tipo chalet, también pudiera fungir como casa de visitas...

Total que, Jesús, ya habría hecho, a solicitud de su padre, algunos croquis posibles de lo que sus padres requerían. Nos reunimos los 3 para platicar del proyecto, y me mostraron el avance de sus propuestas todavía muy preliminares, pero que me preocuparon mucho...

A los dos minutos de ver sus planos y croquis, le pregunté a Jesús en tono de broma (aunque mi intención era seria): "Tu estilo me recuerda mucho a NEUFERT". A lo que respondió orgulloso: "Sí claro, lo utilizo todavía mucho para mis proyectos, ya sabes, la biblia jaja"

Y entonces supe que estábamos en problemas.

El NEUFERT lo siguen utilizando mucho en las universidades sí, como la biblia. Y se le ha complementado mucho también con libros de arquitectura habitacional, como los de PLAZOLA

El problema, es que el NEUFERT, fue publicado en 1936, para el tipo de vida de entonces. En donde había "espacios arquitectónicos para mujeres, y otros para hombres". Una arquitectura extremadamente conservadora y obsoleta, que ni siquiera Doña María y Don José disfrutarían.

En aquellos días, por ejemplo, se diseñaba la cocina exclusivamente para la mujer, y con entrepaños, cajones y alacenas a alturas y dimensiones estándar. Con espacios para guardar utensilios y vajilla de aquel entonces, y con el cuarto de lavado de ropa relativamente retirado.

Oh sorpresa, aquí el que cocina por excelencia, es Don José. Y el Señor no necesita una cocinita para hacer pay de manzana, el caballero es fanático del BBQ y la comida ranchera, utiliza palas y tenedores de tamaño industrial y no le gusta hacerlo solo, quiere a sus nietos ahí.

Y mientras Doña María se sienta en la sala con sus hijas a tomar tequila, y platican por horas, a gritos y carcajadas.

Aquella zona de habitación entonces debía ser pequeña, porque no es su casa de todos los días, pero tampoco podría ser hermética o cerrada...

Porque evidentemente habrá momentos de mucha algarabia, humo, risas y gritos. Y para ese tipo de vida, para esta familia y estas personas del 2021, el NEUFERT serviría como para meterlo al horno de leña y cocinar una pierna de cerdo con el fuego de sus páginas.

Otro espacio donde noté la marca NEUFERT, fue el baño, pequeñito, lúgubre, simple, lo mínimo necesario y una sola ventanita para "iluminar y ventilar" aquello. ¿Quién carajos hace baños así hoy en día?

¿Quién carajos va a una casa de descanso, familiar, con un baño de 1936?

Hay que consentir a Doña María, hacerle un baño del 2021, amplio, perfectamente iluminado, con tina baja, barras de seguridad y luz con regulador de intensidad para ponerse cómoda por las noches con velas aromáticas y vista al rancho desde su baño en burbujas y sales.

Nuestra vida y nosotros mismos, ya no somos los que se muestran en esos libros, los espacios ahora y desde hace años, se diseñan a la medida, y para uso y gustos explícitos de nuestros clientes, no con estricto apego al manual. Al carajo los manuales, hablemos con el cliente.

Por tipos como José, hay personas que creen que arquitectura "se ha vuelto un problema", cuando en realidad el problema solo es el arquitecto que la diseña. La arquitectura no es un caja que se compra en Home Depot, es un traje a la medida en el que caben familias enteras.

Y me sorprende que en pleno 2021, sigan existiendo arquitectos (y peor aun, jóvenes), que su idea de "diseñar bien" siga siendo un manual de 1936, cuando hace por lo menos una década, nuestra labor dejó de ser un cliché de lo que una familia "debe ser".

Total que decidí hablar con ellos, proponerles algunas ideas y pedirle a José, que dejara de pensar en 1936, para sentarse detenidamente a ver a sus padres ser felices, cocinando y gritando todos juntos, para entonces, ser el arquitecto que ellos necesitan.

"Recomiéndame un libro, el mejor que hayas leído"

No te voy a recomendar nada, José. Platica con tus padres, miralos caminar, ve cómo se sienta tu mamá, dónde pone su vaso. Mira cómo se mueve tu padre en la cocina, qué usa, qué tanto desmadre hace en ella...

Piensa cuál es el platillo favorito de la familia cuando se reúnen, qué se necesita para prepararlo. Imagina a tu madre cansada y feliz al final del día, y preparale un baño que le cambie la vida.

Deja de leer, y ponte a diseñar. Yo ya no los puedo ayudar.

Mucha suerte.

PERDÓN:

Confundí varias veces los nombres de José y Jesús, pero espero haya quedado claro.

FIN.