Thread by @SeleucoI

Roma ingresó al mundo helenístico con la fuerza de las armas. Pero ¿cómo asegurar su dominio? La propaganda y la ideología fueron centrales para estos fines. Incluso la esfera de lo divino se puso al servicio de la poderosa urbe.

Cuando Roma se convirtió en una diosa ⬇️

La personificación divinizada de Roma, Dea Roma, en latín, Thea Rhome, en griego, curiosamente no tuvo sus orígenes en el mundo romano, sino en el helénico. En época de Cicerón, “Roma” no podía ser considerada aún sinónimo de patria, ni del Estado romano, mucho menos una diosa.

La estructura política era la República, Roma era solo la ciudad. Con el advenimiento del Imperio, vemos los primeros usos romanos de la palabra Roma como un ente colectivo y, más importante para nosotros, como diosa.

Sin embargo, ya a principios del siglo IV a.C. vemos la figura de la diosa, con aspecto de una amazona, apareciendo en monedas, como en este tetradracma de Locros, actual Calabria. A su lado, Pistis, la Confianza, la corona. ¿Por qué?

La idea de Roma como una divinidad que representaba al Estado romano en su conjunto es, en realidad, griega. Fue a medida que las legiones avanzaron sobre el mundo helenístico del Mediterráneo Oriental que se forjó la imagen de Thea Rhome.

Pero no nos confundamos: no fueron los romanos quienes impusieron su culto. Fue una respuesta de las ciudades griegas mismas que intentaron adaptarse al nuevo equilibrio político tras la llegada de la República.

La Thea Rhome es uno entre otros muchos mecanismos que estas ciudades encontraron para relacionarse con y ganarse el favor de Roma. Honores para los generales victoriosos, declaraciones del pueblo romano como “benefactores” de Grecia... En fin, diplomacia en acción.

Prueba de ello es que la atestación más antigua del culto a Roma que tenemos proviene de Esmirna. Hacia el 195 a.C., se erige el templo de Roma en esta ciudad del Asia Menor. Eran tiempos difíciles para Esmirna: estaba atrapada en medio de Roma y el Imperio Seléucida.

Las tensiones entre ambos Estados iba en aumento. Cuando la guerra estalló y el rey seléucida Antíoco III fue derrotado en Magnesia en el 190 a.C., la conexión religiosa que los esmirnios habían inventado con Roma les valió para recibir un buen trato por parte de los vencedores.

Pocos años después de estos eventos, Delfos estableció el culto a Roma. Los siglos siguientes verían la proliferación de centros de adoración: Alabanda, Mileto, Delos... Varias ciudades se llenaron de estatuas de la diosa Roma, como esta de la imagen, en Delos.

Se instituyeron sacrificios en su honor y hasta festivales y juegos religiosos, las Rhomaia, como las que se celebraron en Éfeso y en algunas ciudades de la Liga Licia. Algunas ciudades incluso renombraron un mes de su calendario como Romaios.

La moda de acuñar moneda con la imagen de Roma también fue extendiéndose. Luego de que el reino de Macedonia cayera en manos de la República, ciertas series de monedas de bronce donde se puede ver la cabeza de la diosa con suma claridad.

Pero la estrategia podía fallar. Volviendo a la guerra entre seléucidas y romanos, a Esmirna el establecimiento del culto a Roma le había servido mucho. Pero la Liga Licia, un Estado federal al sur del Asia Menor, no tuvo tanto éxito.

Aliada claramente al bando de Antíoco III, cuando la derrota de este rey fue inminente, la Liga decidió erigir un templo a Roma. Pero es evidente que los romanos querían un compromiso más claro, y esto no les bastó: así, permitieron que Rodas anexase la Liga.

A medida que el Mediterráneo Oriental quedó definitivamente bajo el dominio romano, el culto a Roma se estableció con más firmeza. Incluso ocurrió que, ya en el periodo imperial, los emperadores romanos apoyaran y fomentaran el culto a la diosa.

Un buen ejemplo es el templo de Augusto y Roma construido en Atenas. Esto muestra la cercanía que el culto a Roma tuvo con el culto a los emperadores romanos y la fuerte identificación entre uno y otro.

Muestra también como una costumbre griega se fue instaurando y aceptando en la propia Roma. La Thea Rhome era una divinidad griega, pero al final los propios romanos terminaron acogiéndola en su panteón.

Bibliografía📚

-Mellor, R. (1975). Thea Rhōmē: the worship of the goddess Roma in the Greek world. Vandenhoeck & Ruprecht.
-Moreno Leoni, A. M. (2010). En torno al culto al gobernante ya Dea Roma en el Mundo Helenístico: Las póleis y la política de la reciprocidad.

Imágenes📷

-Giovanni Dall'Orto
-British Museum
-Raffaele (flickr)
-Wildwinds
-Caliniuc
-Giovanni Dall'Orto