1⃣ Hay una diferencia psicológica crucial entre decir «Apoyo los derechos de los hombres y los niños» en lugar de decir «Soy masculinista».
2⃣ En el primer caso («Apoyo los derechos de los hombres y los niños») se señala lo que uno apoya. Y lo que uno apoya es algo diferente de uno mismo.
3⃣ En este punto, alguien podría decirme «¿Por qué apoyas los derechos de los hombres y los niños?», y yo tendría que tener una mejor o peor explicación.
4⃣ Así, si digo que apoyo los derechos de los hombres y los niños porque creo que eso es bueno para la sociedad, está implícito que puedo retirar mi apoyo si paso a pensar que tales derechos no benefician a la sociedad.
5⃣ Sin embargo, si digo «Soy masculinista» retiro mucha distancia entre lo que yo apoyo y lo que yo soy. Aquí hay cierto peligro.
6⃣ En este punto, alguien podría decirme «¿Por qué eres masculinista?», y yo estaría más tentado por sentirme cuestionado en mi identidad.
7⃣ Así, si digo que soy masculinista porque soy de determinada manera, y me ha pasado esto y lo otro; está implícito que voy a defender mi etiqueta de masculinista con uñas y dientes porque se ha fundido con la imagen que tengo de mí mismo.
8⃣ Esta identificación me hará más sesgado, hará que me resulte más difícil analizar críticamente lo que defiendo, sobre todo, me hará más difícil hacer frente a las críticas sin sentirme atacado personalmente.
9⃣ Pero si quieres llamarte «masculinista» no hay problema. Puede tener sus ventajas. Lo importante es NO fundirse con la etiqueta. No hacerlo algo personal.
https://twitter.com/Carnaina/status/1491835587636211714
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