Os voy a contar qué ha pasado en la empresa AÑAPSE S.L.
Añapse S.L., era una empresa privada formada por 470 trabajadores. Hasta 1978 tuvo un dueño ‘de armas tomar’. Nadie se atrevía a llevarle la contraria.
Añapse S.L., era una empresa privada formada por 470 trabajadores. Hasta 1978 tuvo un dueño ‘de armas tomar’. Nadie se atrevía a llevarle la contraria.
Cuando falleció, los trabajadores plantearon convertirla en una cooperativa, pues era la única manera de que siguiera a flote.
Y era, también, lo que se hacía ya en casi todo el mundo, pues una cooperativa tiene un corte mucho más democrático. Lo que pasó es que los anteriores jefes habían elegido un heredero y tenían un plan:
Les harían creer a todos los trabajadores que la convertirían en una cooperativa, pero en realidad seguirían mandando los mismos. Con esta idea, juntaron a 8 personas para redactar los nuevos textos de la empresa.
Las condiciones habían sido tan y tan duras hasta entonces que, en aquel contexto, los trabajadores aceptarían cualquier cosa; y los dueños lo sabían.
Algunos de los trabajadores, como los de los sectores P.V. y C.A.T., que habían sido anteriormente empresas libres asociadas, con sus propios convenios y legislaciones, aceptaron los nuevos textos con la condición de que fuera algo transitorio, para revisarlos posteriormente.
Y así se aprobaron los textos de la ‘nueva cooperativa’ y fueron pasando los años. Los trabajadores estaban contentos y parecía que sí, que iba a salir a flote, y en el 93 se unió a la CEU (Cooperative European Union).
Estabilizada la situación, los 22 trabajadores del sector P.V. quisieron reunirse para hacer una votación interna para decidir si querían seguir formando parte de la cooperativa o si querían salir al mercado como una nueva.
Y entonces llegaron las amenazas. Se les amenazó con tomar medidas supuestamente legales que podrían acabar con ellos en la cárcel. Esto no debería pasar en una cooperativa, pero, no sólo pasaba, si no que nadie se escandalizaba.
Y luego, 27 años después del 78, los 75 trabajadores del sector C.A.T., el sector más potente de la empresa, pidieron la revisión de las condiciones prometidas entonces. 27 años después! Eran muy pacientes.
Finalmente, Añapse accedió a negociar las nuevas condiciones. Los 75 trabajadores del sector C.A.T. no se ponían de acuerdo, pero, al final, encontraron la forma. Y Añapse les dijo que no; que tenían que aceptar unos recortes de las condiciones acordadas.
No eran unos buenos recortes, pero los aceptaron. Siguieron todos los pasos establecidos en los textos de la Cooperativa Añapse y aprobaron legalmente estas nuevas condiciones recortadas y aceptadas.
Hasta que, en 2010, con las firmas de 10 de los miembros de otros sectores de los 470 trabajadores de Añapse (10 de 470 y, además, de otros sectores!), anularon estas nuevas condiciones. Los trabajadores del sector C.A.T. se quedaron perplejos.
Aun así, antes de arrancarse la piel a tiras, propusieron un pacto fiscal, algo parecido al que tienen en el sector P.V. Pero les dijeron que nanái de la China, una frase muy usada entre los trabajadores de esta cooperativa.
La indignación fue tan grande, que empezaron a reunirse y a movilizarse para plantar cara a los que rompieron el pacto. Querían decidir, entre todos, si querían continuar en Añapse o si querían salir al mercado como una nueva cooperativa.
El número de trabajadores que deseaba tomar esta decisión democráticamente mediante una votación era de 61. Representaba el 82% de los trabajadores del sector. Esto no se podía obviar, por ampliamente mayoritario, y había que encontrar una solución.
Antes, sólo una mínima parte de los trabajadores del sector C.A.T. deseaba formar una nueva cooperativa (només la Mercè i en Jordi). Pero ahora, después de romper el pacto unilateralmente, se habían multiplicado exponencialmente y ya representaban una mayoría.
Pero Añapse no iba a permitir esto nunca. Los trabajadores pertenecerían a la cooperativa voluntariamente o no, y a cualquier precio. Y, aunq Añapse fue constantemente instado a negociar, lo único que hizo es acudir a los jueces para frenar todas las iniciativas del sector C.A.T.
Estas iniciativas fueron siempre planteadas desde el pacifismo y desde todas las perspectivas de negociación posibles. El conflicto seguía existiendo y no sólo no se podía ignorar, si no que no era democrático no solucionarlo!
Y entonces C.A.T. fue duramente reprimido. Fueron agredidos física y psicológicamente y tienen multitud de procesos y querellas criminales abiertos contra ellos. Tienen, incluso, 4 miembros en prisión, sin haberse demostrado que hayan cometido ningún delito.
Al mismo tiempo, indirectamente, también empezó a destaparse que la CEU no era tan democrática como cabía esperar, pues, ante violaciones de los derechos de los trabajadores, respondía con diferentes criterios, según la cooperativa en que se produjeran.
Así, las cooperativas Ainolop y Airgnuh, que habían violado los derechos de sus trabajadores, fueron sancionadas. Pero no lo fue Añapse, que había cometido violaciones incluso más graves. Añapse era muy influyente.
El sector C.A.T. estaba dividido, con un sector dispuesto a luchar por seguir destapando la falsa cooperativa y otro celebrando, sorprendentemente, la dura represión que sufrían sus compañeros. En muchos casos, llegaban incluso a participar en ella.
Toda esta represión y todas estas medidas tomadas contra el sector de C.A.T. no han conseguido nada. No sólo la situación es la misma, si no que cada vez son más los trabajadores que quieren su propia cooperativa.
Yo hace 15 años que estoy en el sector C.A.T. y estoy entre los que desean la nueva cooperativa. Antes estaba en el sector M.A.D. Un gran sector; hay que decirlo.
No estoy de acuerdo con usar medidas represivas contra los trabajadores de una cooperativa. No es humano, no es moral y no es democrático. Yo defiendo que se negocie y se decida democráticamente seguir en Añapse o formar una nueva cooperativa.
Estos trabajadores habían tenido sus propios convenios y legislaciones mucho antes de que Añapse fuera fundada como tal. Y tienen su propia forma de entender la cooperativa y de hacerla funcionar. Y eso es sagrado.
En Añapse decían: ‘Sin violencia se puede hablar de todo’, pero lo que quieren decir es: ‘Sin violencia se puede hablar de todo lo que nosotros consideremos oportuno’. Es que a veces se dejan las frases a medias.
Y por ahí no. Si es así, no es una cooperativa. Sigue siendo una empresa privada.
Gracias por leer!
Salut i Cooperativa!
Gracias por leer!
Salut i Cooperativa!
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