Un capítulo completo de mi tesis está dedicado a los buses y paradas de Nordelta, y su uso por empleadas domésticas. Y les digo: todo esto es cierto, y más.
En Nordelta (ND), a las empleadas no las dejan entrar caminando ni en bici, y les ponen muchos problemas para acceder en moto o auto. Solo pueden hacerlo en buses privados, licitados por el propio barrio.
Durante años la línea de transporte público 60 ha querido servir al barrio pero los residentes se han negado tajantemente. Como me dijo uno: «¿Te imaginás? Tendríamos todo lleno de negritos meándonos el lago».
Otra me comentó: «¿Pero vos has visto la gente que anda en el 60? ¡Son los Roldán, pero más sudados!».
Los Roldán:
Los Roldán:
Tanto temen el tránsito de extraños no-autorizados que ,cuando los vecinos de otros countries exigieron que el camino estructurante de ND fuera público, prefierieron invertir US$3MM en uno alternativo que le diera vuelta antes que abrir el suyo.
El Municipio apoya el cerramiento de ND y la exclusión del transporte público porque, a cambio, ND invierte millones de dólares cada par de años en infraestructura. Pregúntenle a Massa.
Entonces, a las empleadas domésticas no les queda más alternativa que tomar el transporte privado, lo que suelen hacer en Pacheco. La parada, pese a estar a 3km de ND, en una vía público, está vigilada y controlada por sus propios guardias y señalética:
Los buses privados van y vienen de Capital, y los suelen usar las residentes. Al volver, es frecuente que les pidan a los choferes que no se detengan en la parada, argumentando que ya van muy apretadas o que les molesta el olor de las chicas.
Esto me dijo uno de los choferes de esos buses, parte de una conversación fascinante:
Las prácticas para dividir el mundo en categorías sociales tiene otra expresión espacial: si hay empleadas domésticas en las paradas, los residentes no se les acercan, y viceversa. El que llega primero se sienta, y no se convive.
Para complementar, esto no es sólo un asunto de clase, también de género, ya que los trabajadores hombres no pueden usar estos buses y deben acceder por otra puerta.
Último: las empleadas domésticas tienen, de por sí, pocas oportunidades de socialización, más aún en barrios cerrados. Los trayectos son vitales para intercambiar información sobre prácticas laborales, chismes y abusos, y eso también lo resienten –y evitan– los residentes.
Espero publicar el libro pronto. Hay tanto por decir, tanto por mostrar, tanto por comprender, tanto por cambiar.
Está desactualizado, pero aquí un cuadro comparativo con los valores del transporte. Es indignante todo lo extra que deben pagar las empleadas domésticas (y que no siempre recuperan).
Ah, bueno, ¡y la policía! Como saben, en Provincia los privados pueden contratar sus servicios (!!), así que sus funciones se cruzan y desdibujan. Fueron muchas las veces que se me acercaron amenazantes, amagaron con llevarme detenido o me golpearon.
Otro(s) tipo(s) de violencias: encabezando el lugar donde las obligan a esperar hasta por horas cada día (lo sé, pasé ahí dos años) un gran aviso luminoso las invita a pasar sus vacaciones en Aruba o en la Riviera Maya.
Y ojo que sólo he comentado las paradas y los buses. Los controles de acceso, y las regulaciones que rigen a las empleadas domésticas dentro de ND y de los hogares son otro tema enorme. Como dice Roy en Blade Runner, «he visto cosas que vosotros no creeríais».
El control exacerbado es porque los alrededores son percibidos como amenazantes y salvajes; tanto, que algunos niños han re-bautizado el juego «Casita robada» como «Negros de mierda».
Podría pasar años contándoles más cosas, y eso que no hemos entrado a la tesis misma, a cómo explico todo esto. Lo dejaremos para el libro y para la película, que ahí está también, a medio editar ❤️
Si les interesa, acaban de publicar un corto documental sobre los discursos de «falsa familiaridad» que envuelven e invisibilizan el empleo doméstico; es en Chile, pero sus temas se ven –con variantes- en toda Latinoamérica: boap.uib.no/index.php/jaf/…
Me preguntan por los otros caps: todos tratan de Nordelta en los ejes racismo, pureza y confort, con temas como las distinciones que hacen entre vecinos, sus instituciones legales (tienen Tribunales de Disciplina), la fundación mítica del barrio, la vida con sus empleados, etc.
