Es en democracia, pues, donde los individuos podemos ejercer mayor libertad a cambio de ser más responsables.
Es un diferendo viejo como el ser humano: la claridad de las leyes y su cumplimiento, contra un misticismo nebuloso y el refugio que simula.
Los creativos contra los faltos de imaginación.
Los valientes contra los cobardes.
Para unos, el bienestar es un tema de méritos y acuerdos; para otros, es un tema de regalos y graciosas concesiones.
No estamos viendo, pues, un escenario RACIONAL, sino emocional. Por eso los absurdos. Por eso las decisiones ridículas.
Quizá la libertad no es tan querida por todos, como suele creerse.
Quizá son mayoría quienes prefieren un padrote "justo" antes que ser individuos libres.
Yo creo, a veces, que ya no entiendo lo que está sucediendo, y siento la necesidad de alejarme y dejar todo por la paz.