Se acaba el año. Podría comentar a modo de resumen muchas cosas relevantes q han ocurrido, pero creo q debemos hacer todos una reflexión muy seria sobre el inmenso poder de los jueces q podemos decidir sobre la libertad de cualquier ciudadano...
... y todo lo q influye en el ejercicio de ese poder, ya no solo el propio “temperamento judicial” (ético, técnico, y en el peor de los casos ideológicos), sino también la presión de los medios y el inevitable papel de los diversos informes q manejamos, médicos, policiales etc...
... a veces, cuando se corre tanto en este carro intimidante de trabajo y responsabilidad, conviene frenar y pensar. Pensar no solo en el dolor de la familia de Laura Luelmo y en el papel q juega ahí la filtración de datos y la posición de la GC...
... también en la situación de Zaplana y la necesidad de mantener a raya esa “íntima convicción” q puede ir bien encaminada, pero no siempre encaja en las garantías inexcusables q rigen el proceso y en particular la prision provisional...
... o en la situación de Magentí q ha sido puesto en libertad tras meses de prisión provisional pq ahora la AP no aprecia indicios sólidos de implicación en los asesinatos de Susqueda. Los jueces tenemos q reflexionar mucho...
... pero también tienen q reflexionar profundamente los cuerpos policiales, los medios de comunicación y todos nosotros cuando como ciudadanos, consumimos y reclamamos resultados inmediatos, certezas sin matices, y espectáculo. Sería un estupendo propósito para el año q viene.
