Una pregunta clásica de la filosofía moral (y la religión) es la pregunta sobre el origen del mal, en particular el mal en, de y hacia los seres humanos. Y, más específicamente: cómo es posible ese tipo de mal que desde Kant llamamos el "mal absoluto" o "mal radical". Abro hilo. 
No hace falta ser Kant para saber que los seres humanos llevamos el mal y el bien dentro de nosotros. Lo saben hasta los guionistas de Star Wars, Matrix y Harry Potter (y los autores de una larga lista de obras de teatro y novelas desde los inicios de la literatura).
Solemos pensar que alguien (sea una serpiente, una manzana o el propio dios) "nos lo puso ahí", aunque seguramente la pregunta no tiene mucho sentido. Y nos gusta creer que tenemos elección, que en eso consiste precisamente el ejercicio más fundamental de nuestra libertad...
Somos nosotros los que debemos elegir el camino del bien o el camino del mal. Pero hoy no me interesa tanto la pregunta individual. A nivel individual, los humanos somos ciertamente capaces de cometer verdaderas atrocidades. No hay más que ver lo que algunos despiadados asesinos
en serie psicópatas han llegado a hacer. Pero si hay un caso claro de alguien que justamente no "ha elegido" hacer el mal ese es el caso del psicópata. Me importa aquí cómo puede darse el mal absoluto, el mal radical organizado colectivamente, y su banalización
Es bien conocido que esta fue la pregunta fundamental que Hannah Arendt trató de responder en su libro Eichmann en Jerusalem. Cómo alguien como Adolf Eichmann, no particularmente inteligente, sin ningún plan maquiavélico preestablecido, sin ningún sentido de la trascendencia,
pudo llegar a colaborar a tan alto nivel en la organización logística del Holocausto? Pensémoslo también en un ejemplo que a mí me resulta más cercano, el de las Juntas Militares argentinas, responsables de la "desaparición" de 30.000 ciudadanos entre 1976 y 1983.
Que podría explicar que un joven oficial de la armada, con una vida absolutamente normal, desayune con su familia, lleve a sus hijos a la escuela, y después acuda a la ESMA y torture salvajemente hasta la muerte a personas inocentes, incluyendo mujeres embarazadas y adolescentes?
Cómo puede ese mismo oficial, que ha estado arrancando uñas, clavando agujas en los ojos, seccionando miembros con un hacha, regresar a cenar a casa, mirar a a los ojos a sus hijos y preguntarles cómo les ha ido en el cole mientras comen milanesas con puré?
Es una pregunta realmente difícil de responder. Pero existe un acuerdo generalizado en q, si bien es cierto q el mal lo llevamos dentro los seres humanos, y a veces elegimos seguirlo, también lo es q el mal absoluto sólo se produce a nivel colectivo, cuando nos unimos con otros
Eichmann, el torturador argentino y la banalización subyacente a sus acciones, sólo son posibles dentro de un complejo sistema políticosocial orientado al mal, que abre la puerta al monstruo. El siglo XX nos ha enseñado q el totalitarismo ha sido particularmente "efectivo" en eso
Y también hemos aprendido que la mejor estrategia de defensa frente a ese monstruo, que sólo despierta a nivel colectivo, es también colectiva: la democracia. Tzvetan Todorov (a quien he leído por recomendación de @QuimBrugue) sostiene que si el mesianismo totalitarista supone...
el primer enemigo de la democracia, y a veces puede llegar a crecer dentro de ella, el individualismo extremo del neo-liberalismo, q vendría a ser una reacción opuesta intuitiva frente a la amenaza de represión totalitaria, acaba igualmente socavando las bases del bien colectivo
puesto que el mal absoluto, como ya hemos dicho, sólo puede ser combatido a nivel colectivo, no individual. Y a este par de enemigos feroces de la democracia, Todorov añade la forma más reciente de mesianismo, el populismo que resurge por todas partes en este siglo XXI.
Pero la pregunta relevante, entonces, es cómo la democracia puede defenderse al mismo tiempo de todas estas formas de mesianismo -el totalitarismo, el neo-liberalismo y el populismo-, que pueden engendrar igualmente el monstruo del mal absoluto?
Y aquí es donde nos queda más trabajo por hacer. Porque ni en Todorov, ni en la mayoría de pensadores y teóricos contemporáneos encontramos respuestas precisas a esta pregunta. Aquí va el que creo que debería ser el punto de partida en esta investigación, uno que remite a...
la mejor tradición republicana de la democracia, que viene de Rousseau y Kant, de Jefferson y Mill, llega a Kropotkin y Tolstoi, y en el siglo XX culmina en nuestros héroes políticos más importantes: Gandhi, Martin Luther King o Mandela, entre otros:
"Cuando el hombre está solo, le es fácil ser bueno. En cuanto se junta con otros, se vuelve malo. Y cuanta más gente hay reunida, mas difícil le resulta a cada uno abstenerse de lo malo. Por eso es tan importante, tan necesario el amor. (cont)
(cont.) Sólo con amor se pueden reunir los hombres sin volverse peores". Lev Tolstoi, Diarios, 23-06-1909.
El deber de amor universal, para Tolstoi, se instancia en la idea de fraternidad, sin la cuál no existe verdadera democracia.
Os deseo a todos un magnífico y fraterno 2019!
El deber de amor universal, para Tolstoi, se instancia en la idea de fraternidad, sin la cuál no existe verdadera democracia.
Os deseo a todos un magnífico y fraterno 2019!
