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Esta imagen es un concepto de cuál podría ser el aspecto de Marte terraformado. Pero... ¿podemos transformar Marte y Venus para habitarlos? 
La terraformación de planetas es un concepto muy popular en la ciencia ficción. Es ampliamente usado. El término ya apareció ->
allá por 1942 en una historia corta (Órbita de colisión) de Jack Williamson. Y no es descartable que sea incluso anterior.
¿En qué consiste la terraformación? La teoría es simple. Transformar un planeta (o satélite) para hacerlo lo más similar posible a la Tierra
Basándonos en la experiencia que tenemos con la Tierra. Deberíamos ser capaces de alterar el entorno de un planeta de manera deliberada.
Pero la teoría es fácil. En la práctica las cosas son un poco más complicadas (por no decir mucho más complicadas)
En el Sistema Solar, los dos grandes candidatos para la terraformación son Marte y Venus. De hecho, ha habido diferentes propuestas ->
explicando cómo podríamos lanzarnos a la terraformación de ambos mundos. Pero vayamos por partes.
En este campo, también nos tropezamos con la figura de Carl Sagan. Publicó dos estudios al respecto.
El primero, en 1961, fue sobre la terraformación de Venus. En él, Sagan planteaba que podríamos sembrar la superficie del planeta con algas
sin embargo (hablaré con más detalle de su estudio en la parte de la terraformación de Venus), tiempo después descubrimos que era inviable
en 1973, también publicó otro estudio sobre la terraformación. En este caso de Marte, en la que planteó oscurecer la superficie del planeta
de tal manera que podría absorber más calor, derretir el hielo de sus polos, y comenzar a parecerse más a la Tierra.
En definitiva, lo que os pretendo contar con esto, es que la terraformación no es un concepto exclusivo de la ciencia-ficción.
Al contrario, es algo que ha sido estudiado y planteado por científicos a lo largo de los años, con especial atención en Marte
Así que voy a comenzar por ahí. Por la terraformación de Marte: los desafíos, posibles soluciones y beneficios que conllevaría.
Marte nos plantea varios grandes desafíos. Por un lado, su atmósfera es extremadamente fina e irrespirable.
La atmósfera de la Tierra está formada de 78% nitrógeno, 21% oxígeno y pequeñas cantidades de otros gases.
La atmósfera de Marte, sin embargo, es un 96% dióxido de carbono, 1,93% de argón, 1,89% de nitrógeno y pequeños rastros de agua y oxígeno
Otro gran problema es la presión de Marte. Su atmósfera tiene una presión equivalente al 1% de la de la Tierra al nivel del mar.
Y además, tenemos también el inconveniente de la radiación. La superficie de Marte recibe alrededor de 0,67 milisieverts diarios.
Ese valor es, aproximadamente, la quinta parte de lo que los seres humanos recibimos en un año en la Tierra. No es moco de pavo.
Así que si queremos vivir allí, necesitamos calentar el planeta, hacer que su atmósfera sea más densa y además respirable.
Esta imagen muestra cómo podría ser el proceso de transformación de Marte a lo largo del tiempo, y cómo evolucionaría.
¿Cómo conseguimos pasar de un extremo a otro? Se han propuesto diferentes métodos. Por ejemplo, crear un efecto invernadero en Marte
El amoníaco sería una opción interesante. Es un potente gas de efecto invernadero. Si lo introdujésemos en la atmósfera de Marte ->
conseguiríamos que se volviese más densa y aumentaríamos la temperatura. Además, por peso, el amoníaco es principalmente nitrógeno
y ese nitrógeno sería una base perfecta para, más adelante, combinarlo con el gas y crear una atmósfera respirable.
Dos pájaros de un tiro, y de manera bastante elegante. Pero hay otras posibilidades propuestas. Como la de Carl Sagan.
Al oscurecer la superficie de planeta reducimos su albedo. El albedo es, simplemente, la cantidad de luz solar que refleja un objeto celeste
Si reducimos el albedo (oscurecemos la superficie) provocamos que se caliente. ¿Cómo lo hacemos? Pues hay algunas posibilidades.
Por ejemplo, plantando plantas oscuras en las zonas polares, o recubriendo el planeta (con polvo que podría proceder de sus satélites).
Otra opción sería la introducción de organismos fotosintéticos, derretir los polos e introducir gases de efecto invernadero.
Esta propuesta, que quizá suene muy específica es de la NASA, la planteó en el año 1976. Y hay otras opciones...
Utilizar cianobacterias que produzcan oxígeno (para lograr que la atmósfera sea respirable) o usar clorofluorocarbonos ->
que son gases de efecto invernadero aun más potentes que el amoníaco. Otra idea, no menos exótica, es la de usar espejos...
Estarían en la órbita de Marte. El propósito sería dirigir energía a la superficie, para derretir los cascos polares y calentar el planeta
La otra opción es aun más bestia. Podemos calentar el planeta... lanzando asteroides contra su superficie. La idea no es mala ->
porque otra cosa no, pero asteroides en el Sistema Solar no faltan. El problema es que es poco práctico...
A todo esto hay que sumarle que hay otra dificultad que no es tan obvia. Marte apenas tiene campo magnético. Así que está expuesto ->
a radiación que hace muy complicada la vida en su superficie. ¿Cómo nos enfrentamos a esto? Pues la solución se dio este mismo año...
En el espacio, a una distancia determinada de Marte, se podría instalar un escudo magnético. Protegería al planeta de los efectos.
Aunque no se ha detallado qué tamaño debería tener (y también hay que contar con particularidades con cómo se construiría).
¿Cuál es el beneficio de terraformar Marte? El más evidente es que tendríamos un segundo hogar para nuestra especie.
Este es otro concepto artístico de Marte terraformado. Tener un segundo planeta podría aliviar la superpoblación de la Tierra.
Allí, habría nuevos recursos que utilizar, pero, además, al ser un planeta más frío que la Tierra, el dióxido de carbono y la contaminación
podrían incluso tener un efecto positivo en su atmósfera, a diferencia de lo que sucede con la Tierra.
¿El inconveniente? Que todo esto está muy bien, pero claro, poner en marcha estos planes es complicadísimo por diferentes motivos.
Por un lado, hace falta una cantidad de recursos enorme para transformar el planeta en un lugar habitable por nosotros.
Además, en la práctica, es muy posible que nos encontremos con consecuencias inesperadas, que podrían retrasar el proyecto o complicarlo
Y por supuesto, hace falta mucho, mucho tiempo para poder enfrentarnos a campañas de este tipo. No sería un proceso rápido.
