Justicia social es que cada uno pueda llegar donde su trabajo le permita. Y para eso, es obvio, hace falta promover el trabajo, no ponerle trabas.
Cuando detraes más renta de la estrictamente necesaria para promover la “justicia social”, estás matando el tejido productivo.
¿Cómo se han adaptado los programas educativos de primaria y ESO a la revolución tecnológica? Yo se lo digo: de ninguna manera.
Esto supone que el estado, ese que garantiza la “justicia social”, genera una brecha tecnológica que favorece a quienes pueden pagarse la educación privada.
A mano.
Sin ordenador.
En 2019.
¿Qué partido ha planteado la reforma de contenidos del sistema educativo?
Cuando lleguen los chinos, sabremos todos lo que es la frustración; la de verdad.