Durante la semana había habido rumores de amaños, denunciados públicamente por Ortuondo.
En el minuto 37 el pichichi De Diego (33 goles) adelantó a los colchoneros.
Tras el descanso el Linares lo intentó a la desesperada con oportunidades del capitán Carles y del joven Béjar que más tarde conocimos como Quini.
El Atlético lograba el campeonato sin haber sido líder ninguna jornada.
Gil, feliz.
Lo curioso del caso es que tanto Ortuondo como los jugadores Vallina, Expósito y Martínez acabarían en el Atlético al año siguiente.
Martínez, por cierto, había sido el autor de la mano que supuso el penalti del 2-0.
¿Eran los tentáculos de Gil tan alargados?.
Veréis...
Tocaba reinventarse como ciudad y como club.
De esta manera nació el CD Linares.
La memoria del viejo Linares CF perduró hasta en “Los ladrones van a la oficina”.