Thread by @JuanJAmado

Hilo
Muchos de los 71 diputados apelan a la ética de la solidaridad al justificar el uso fondos que les son asignados (ya sea mediante las antiguas partidas circuitales, diversas planillas, o cualquier otro mecanismo), para ayudar a los más necesitados; sean de su circuito o no.

Me parece que es necesario desempacar los varios conceptos trenzados en este intento de justificación:

1. Los diputados son electos con funciones definidas, que están en la constitución y otras normativas. Están ahí escritas desde hace tiempo y todos podemos conocerlas.

2. Ellos, al igual que cualquiera que trabaja (incluso a cualquier empresa), recibe un ingreso acorde con su actividad.

3. La mayoría de los ciudadanos somos conscientes de las realidades de los más necesitados, y a menudo aportamos en su beneficio. Algunos con dinero, otros con tiempo, otros con trabajo en ONGs o similares, otros con pequeñas acciones cotidianas a manera individual.

Conozco muchas empresas que apartan un presupuesto para becar a hijos de sus colaboradores, gente que dona sangre, que organiza actividades para recolectar fondos, etc. Cada uno de estos entes, lo hace de acuerdo a sus posibilidades.

A veces se puede ayudar, y se ayuda; a veces no se puede. Una señora mayor, que es voluntaria en una sala de maternidad me ha pedido varios años seguidos donaciones de Pampers. Muchas veces he podido; algunas no. Eso es normal. Siempre se hace el mejor esfuerzo.

En el micro cosmos mental de los diputados ellos parecen justificar el uso desmedido de planillas brujas, aduciendo que es un tipo de función social indispensable, y que quienes las critican son indolentes de la precaria situación de muchos panameños.

"Ustedes no saben, la cantidad de gente que nos contacta para pedirnos ayuda". "No le podemos negar un plato de comida a nadie". "No podemos dejar a ningún perrito en la calle". "Son personas humildes, que necesitan el trabajo".

La verdad es que los ciudadanos sí sabemos la cantidad de gente que los contacta para pedirles ayuda, porque a nosotros también nos contactan. Llaman, escriben, piden colaboración y participación en todo tipo de eventos y gestiones de ayuda, y generalmente, el panameño responde.

De modo que, el argumento de la sensibilidad humana, no funciona aquí. Todos ayudamos, pero ayudamos con nuestros recursos.
Como ciudadanos, ese recurso es usualmente nuestro salario.
Como empresa, ese recurso es un presupuesto que se saca de los ingresos de la empresa.

Si los diputados se sienten inclinados a ayudar, en las causas que ellos consideren apremiantes, que lo hagan de su salario. Al utilizar planillas, o fondos provenientes del Estado, están redirigiendo dinero que los ciudadanos hemos puesto, a su conveniencia.

En ese tema, recordemos que en varios casos examinados, incluyeron en planillas gente que desconocía estar bajo contrato con el estado, y otros quienes recibían un pequeño % del salario y el restante retorna a algún agente (presumiblemente en componenda con el emplanillador)

Esto hace que la flácida excusa del compromiso social sea mucho más repugnante.

Luego están los diputados que en dualidad de funciones, ocupan cargos en federaciones deportivas a las cuales se les asigna fondos vía Pandeportes. Al rasgar un poquito la superficie, ha quedado en evidencia que estos fondos tuvieron cualquier otro destino, menos el legítimo.

Al hacer presión sobre el tema, nuevamente la retórica de los diputados se torna populista, clasista, y deshonesta queriendo hacer ver que quienes critican las exóticas compras lo hacen porque no quieren que los pequeños tengan lo necesario para practicar el deporte.

Mucho más cercano a la verdad es que difícilmente existe algún panameño decente que no quisiera que ver fortalecido al deporte. Nadie critica el uso de fondos porque prefiere que no haya apoyo para las ligas deportivas, ni celebra instalaciones deterioradas, ni falta de insumos

Lo más evidente es que, gobierno tras gobierno, hemos visto como siempre se habilita algún canal mediante el cual el ejecutivo pueda pasarle fondos al legislativo. Así ha sido con partidas circuitales, con el FES, FIS, PAN, las planillas, y Pandeportes

Una asamblea debe ser una congregación de gente competente, con ética, compromiso con el país, versada en los temas a debatir, y con el suficiente sentido común como para saber donde consultar,

y así nutrir la discusión, destilar las mejores ideas, y aprobar solo los mejores nombramientos para los puestos clave.

Ojalá en estas elecciones logremos escoger un órgano legislativo que se acerque más a esta descripción.
#NoALaReelección