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Hay logros sociales conseguidos en el periodo democrático que son irrenunciables e incuestionables para la ciudadanía española (matrimonio homosexual, aborto, eutanasia, divorcio). Ningún partido que pretenda abolirlos logrará el poder en España. Todo eso hay que mantenerlo.
La cuestión es conseguir más derechos, que no existen hoy día. Con las reformas laborales iniciadas en los ochenta por el PSOE hasta hoy, hemos ido desde la desindustrialización de España a la uberización parcial del mercado laboral. Cada vez hay más falsos autónomos y TRADEs.
El proletariado español y todas las clases de trabajadores asalariados sufren incluso desigualdad entre ellos, porque no tienen acceso todos a recursos básicos y lo único que tienen en su fuerza de trabajo. Si son autónomos, tienen eso y, si acaso, su coche, su movil, etc.
La educación en Formación Profesional es contradictoria en este sentido. El Estado mayormente forma obreros cualificados, pero no los emplea, los deja a su suerte frente a empresas capitalistas de todo tipo. O les deja uberizarse.
Con el obrero no cualificado la situación es aún peor, pues son empresas las que lo forman. Y al estar estas cada vez más descentralizadas en sus operaciones, generan masas de trabajadores con una formación muy básica y precaria, que puede dejarles en la marginalidad social.
El Estado que forma obreros cualificados, y que legisla laboralmente sobre la situación de los no cualificados, aunque no les forma, debe garantizar a los trabajadores el acceso a los medios de producción, incluso la apropiación de los mismos, y la generación de empresas.
No se trata de frenar la libre iniciativa empresarial. Sino de priorizar, fomentar y generar libre empresa socialistas y obrera, en forma de cooperativas, de empresas mixtas o de empresas nacionales. El derecho a la riqueza del territorio nacional por parte del pueblo n propiedad
Ningún partido plantea esto. Pero la dictadura revolucionaria del proletariado no es incompatible con la libre empresa en tanto que medio que permita a los trabajadores que forma el Estado y que deja a su suerte sin formarles de tener acceso a los recursos de la nación.
El derecho a la riqueza de la nación, a su apropiación, a su explotación y a su gestión por parte de los trabajadores es un derecho a conquistar. Y es lo que permite romper el círculo capital-trabajo. No a la empresa capitalista, sí a la libre empresa socialista.
El objetivo de esto es que el capitalista sea innecesario, y que el obrero, como tal, deje de existir. El conflicto capital-trabajo se acaba cuando no hay ni capital ni hay "trabajo". Pero se puede empezar por el derecho a la riqueza nacional.
Así pues, para disputarle a la "izquierda" el voto hay que luchar por derechos nuevos, siendo los asociados al trabajo los fundamentales. Para disputarle el voto a la "derecha" hay que apropiarse de la idea de España, de la nación, asociada a la riqueza nacional. Pero no solo.
Hay que disputarle a la "derecha" la idea de familia. No solo la tradicional, sino la unidad familiar dentro de un hogar como red de apoyo mútuo. En el capitalismo, la familia ya no es la unidad básica de la sociedad, lo es el capital, la mercancía. La familia sufre esto.
La nación política es, sobre todo, territorio, población, recursos naturales y familias. La comunidad política que tenemos que construir ha de permitir a las familias su recurrencia, su sustento, el que todos sus miembros puedan comer y vivir bien y no dependan de terceros.
Sea el tipo de familia que sea (tradicional, monoparental, con matrimonio homosexual, etc.), ningún miembro de la misma debe verse fuera del derecho al acceso a los recursos del Estado, de su gestión y de su explotación.
Las clases de trabajadores son, sobre todo, clases donde hay familias. Y el capitalismo barrena la familiaen tanto que le estorba en su atomización de las personas hasta dejarlas sin lazos sociales, algunos de largo recorrido, de siglos.
A nivel de dialéctica de clases, estás son algunas ideas básicas. A nivel de dialéctica de Estados, la ruptura con el euro, la Unión Europea y la OTAN, del TISA, y una orientación panibérica, sin dejar de defender el internacionalismo obrero, podrían ser pautas a seguir.
España es una democracia liberal burguesa avanzada, muy radical en muchos aspectos. Y los españoles quieren conservar los aspectos más avanzados de esa democracia. Pero tenemos que ir más allá. Claro que hay que estudiar y revindicar el pasado, pero también construir el futuro.
Eso es todo en este humilde hilo de tarde de lunes. El derecho a la gestión de la riqueza nacional y al sustento de las unidades familiares de la Patria es un derecho a conquistar. La unidad, fortaleza y desarrollo de España, sus herramientas. FIN.
