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Aunque suene extrañamente paradójico debemos recordar lo siguiente:
1. No se puede defender la libertad, ni siquiera creer genuinamente en la libertad si se trafica con las libertades de los demás, de expresión, de opinión, de afiliación.
#Hilo
1. No se puede defender la libertad, ni siquiera creer genuinamente en la libertad si se trafica con las libertades de los demás, de expresión, de opinión, de afiliación.
#Hilo
2. No se cree verdaderamente en la libertad si se usa el poder o se malversan las instituciones para cobrar a los demás el ejercicio de su libertad. O sea, si se practica la censura o se usa la opinión del otro para excluirlo y desacreditarlo. El que así actúa no es liberal.
Lo peor que puede ocurrir a las instituciones es la perversidad de sus líderes, o sea, decir que creen en la libertad pero actuar en contrario.
No me refiero al debate, sino al uso del poder encomendado para perseguir y aplastar al que no piensa igual.
No me refiero al debate, sino al uso del poder encomendado para perseguir y aplastar al que no piensa igual.
La falsa libertad es una impostura en manos de los impostores que se lucran de decirse liberales pero no actúan como tales. Bufones disfrazados de sacerdotes, además absolutamente incultos. Ni un folletico como para aprender lo básico. Por eso no les sale bien ser liberales.
Fin
Fin
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