Thread by @vjmc

La mejor y más elaborada teoría de conspiración que últimamente he visto se refiere a la que propone que hay una racionalidad inmanente detrás de lo lo que es una extendida insatisfacción ciudadana. Los que andan en eso deberían volver a lo suyo. A mí me apenan, me dan lastima

Esa teoría de la conspiración dice que detrás de toda crítica o solicito de explicación hay una trama perversa que deja como unos bobos a los protocolos de los sabios de Sión (que son obviamente una teoría de la conspiración).

Ellos (los nuevos viejos conspiparanoicos) dicen que "primero inventaron lo del 187.11 y luego lo del TIAR", haciendo de una propuesta política una especie de inmenso pecado contra "la unidad". Imagino que interpretarán cualquier debate parlamentario como una herejía...

Estos nuevos adoradores de su nuevo dios del Olimpo dicen que en política no se dice todo. Detrás de esa afirmación esconden un giro argumental: No se dice todo, lo que no implica que no se diga nada, no se discuta nada, no se rinda cuentas de nada.

Luego, en medio de un grito de predicador protestante de Plaza Brión, dice que todos los que piensan o dicen algo diferente conspiran contra la unidad. Por cierto, una unidad que nunca ha existido y nunca han buscado, a menos que la equivalgan al Frente Amplio-MUD.

En los últimos días la sincronicidad a favor del silencio se ha exacerbado. Una especie de "alineación planetaria" se está expresando. Todos piden que no se critique a Guaidó. Todos exigen el sacrificio de nuestro silencio. La pregunta que debemos formularnos es ¿Por qué?

Se pueden proponer varias conjeturas. La primera es que sacralizando a Guaidó también hacen irrefutable su negociaciones en Barbados. Es verlo como fuente de una revelación incontrovertible.

La otra conjetura es que su anuncio del TIAR es una finta. Y tienen que hacer el esfuerzo de aplastar todo aquel que reclame que no se fue más allá. Por cierto, en la declaración de principios de estos teóricos de la conspiración está muy claro su rechazo.

Así como está muy clara su alineación con los diálogos. Llegan a decir dos cosas: que los 54 países reconocen a Guaidó (falacia de la falsa idolatría) y que esos países quieren diálogo (falacia ad Populum).

Estos prefieren decir que los países apoyan a Guaidó y no a un parlamento legítimo que invocó el 233 constitucional. Y colocan a los países a decir lo que ellos quieren. Es un esfuerzo patético que los retrata de cuerpo entero, tanto en su levedad intelectual como en su mala fé.

Pero allí están dando el testimonio de un país que ellos quisieran esté confinado en la idolatría más abyecta y creo que inútil.
Por cierto, ellos denuncian las redes por su polarización pero eso es lo que aportan, pero de una forma más vil.

¿Será que estamos condenados a estas "maestrillas" que enseñan a palos?

Así como el socialismo del siglo XXI no es mejor porque nos obligan al "aquí no se habla mal de Chávez", tampoco la alternativa será mejor porque algunos intenten hacer lo mismo con Guaido.

Fin.