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1. Qué complejo es todo este asunto. No hay duda de que Irán está detrás de todo esto, ya que es quien obtiene más ventajas inmediatas. De entrada le da un golpe a Arabia Saudita, su acérrimo enemigo desde hace siglos. Luego, provoca movimientos en el mercado petrolero.
2. La reacción inmediata a la reducción del 50% de la producción petrolera en Arabia Saudita ha sido un incremento en los precios del crudo. Eso beneficia a Irán, un país cuya economía en crisis depende del petróleo. Rusia está en el mismo caso. Pero...
3. A largo plazo va a ser una medida contraproducente. En primera, porque le confirma a los saudíes que cada vez es más necesaria una alianza estratégica con Israel. El acercamiento entre estos dos países cada vez es más intenso, aunque no oficial. Pero eso podría cambiar pronto.
4. La consecuencia es que Irán pronto va a toparse con una alianza formal en su contra: Israel, Arabia Saudita, los Emiratos, Egipto, y de paso Pakistán, potencia nuclear que es aliada incondicional de los saudíes. Imagínenlo: el dinero sunita y la tecnología israelí. Una bomba.
5. En el mediano y largo plazo, Irán no puede enfrentarse a eso. Necesitaría la ayuda de Rusia, pero Putin es demasiado listo (cabrón, pero inteligente). Sabe que Irán no ofrece buenos negocios a futuro, y en cambio una alianza Israel-A. Saudita sí. Y muy jugosos.
6. Por eso, Putin lleva muchos años consintiendo a Israel. Ha permitido que su aviación destruya toda la infraestructura militar iraní en Siria y a veces en Líbano e Irak. En los operativos israelíes han sido eliminados altos mandos iraníes, sirios y de Hezbollá. Y Rusia callada.
7. Pero hay otro efecto, un poco más a largo plazo, todavía más contraproducente para Irán: Al mundo ya no le interesa un petróleo caro. Justo en esta crisis, lo más seguro es que Estados Unidos entre al quite vendiendo más petróleo para controlar el precio. Pero hay más.
8. Esa medida de urgencia va a hacer que las empresas gringas se forren de dinero, pero eso sólo es coyuntural. A mediano plazo, el objetivo será volver a tirar el precio del petróleo. Será una medida punitiva seria contra Irán (y contra Rusia, de paso).
9. Pero a largo plazo, el objetivo será voltear hacia las energías alternativas y limpias. Cada vez es más evidente que el negocio del futuro está allí, y los empresarios gringos salvajes cambiarán de rubro no por conciencia ecológica, sino por instinto empresarial.
10. Por eso se ha señalado que la innovación tecnológica es el petróleo del siglo XXI. La capacidad que tenga un país para innovar y mejorar todas sus áreas estratégicas, como la energética, será la principal fuente de riqueza en las próximas décadas.
11. Irán está retrasadísimo en eso. Es lógico: Está gobernado por una casta sacerdotal de mentalidad medieval, fundamentalista y aferrada a que todo -economía, política, sociedad- debe regirse por una interpretacióan retrógrada de sus creencias religiosas.
12. Arabia Saudita tampoco le ha invertido mucho a la innovación tecnológica, pero por eso le resulta tan ventajoso hacer una alianza con Israel, una de las principales potencias mundiales en ese rubro. Así que llevan las de ganar.
13. Imagínense que llegue a integrarse un bloque económico estilo Unión Europea, pero liderado por Arabia Saudita e Israel. Van a poner a bailar al mundo a su ritmo. Podrán competir (pero también comerciar) con EUA, Rusia y China sin ningún problema.
14. Trump, vagamente, y Putin, mucho más que Trump, entienden que un Medio Oriente estable y productivo les conviene. Por eso los pleitos Rusia-EUA en la zona ya no siguen la norma de la Guerra Fría. El único país que parece no entender nada es Irán.
15. Por eso se aferra a un proyecto expansionista y colonialista, algo propio del siglo XIX, pero carísimo e ineficiente (carajo, si los gringos y los rusos ya lo entendieron). El resultado es que Irán está desfondando su economía del modo más inútil.
16. Irán se gasta todo el dinero en sus proyectos para mantener el control de Irak, Siria, Líbano y Yemen. Por supuesto, el dinero generalmente acaba en Rusia. Por eso Putin ha cuidado que nadie destruya a Irán. Pero no es amor. Sólo es negocio.
17. ¿Ahora entienden por qué es un peligro seguir apostándole al petróleo como negocio, con criterios ancestrales que ya no tienen vigencia? Ese es el peligro de fondo para México en esta coyuntura internacional que está muy fuera del control de Morena (Ja!).
18. A lo que deberíamos estarle apostando es a la innovación tecnológica. Pero no. Nuestro presidente, medieval como si fuera ayatola de rancho, está enamorado de los trapiches y las refinerías. Mientras, el mundo sigue girando sin que López lo entienda.
19. Los ayatolas iraníes por lo menos se van a ir con la patológica satisfacción de saber que murieron en el intento por reconstruir la gloria del Imperio Persa. Nuestro ayatola local no se va a dar cuenta de su derrota, y peor aún, nos va a dejar más jodidos que Irán.
20. Moraleja: Gobernar sí tiene ciencia. Sí se necesita en el poder a gente que no se haya tardado 14 años en acabar la universidad, y que demuestre su nivel de formación intelectual en detalles sutiles pero importantes, como el modo de vestir y de hablar.
21. Es decir: Necesitamos un presidente, no un ayatola región 4. Pero ni modo. Ahí están esos 30 millones que votaron por eso. A mí no me echen la culpa. Yo no voté por López.
