Thread by @amezgravis

EL TIAR Y EL PACIFISMO CRIMINAL
#TIARyPacifismoCriminal

1) En muchas ocasiones el uso de la fuerza es opuesto a la paz. En otras, es lo único posible para restablecerla. Por ello, resulta tan condenable el uso de la fuerza en un conflicto que no lo amerita, como impedir su uso

2) cuando se requiere con urgencia.

Un conflicto es como una enfermedad: debe ser resuelto mediante el mecanismo adecuado para ello. En el campo médico se tiene claro que una medicina puede ser efectiva contra una determinada enfermedad pero no implica que sea

3) sano y aconsejable aplicar esa misma medicina para el tratamiento de otras enfermedades. Se tiene claro que ello podría ser mortal.
Lo mismo ocurre en el campo de la resolución de los conflictos, en donde existen diversos mecanismos que van desde la negociación, la mediación,

4) el arbitraje, la vía judicial, la lucha no violenta, hasta llegar al uso de la fuerza. Pretender resolver todo conflicto con el mismo mecanismo, es como pretender curar toda enfermedad con la misma medicina. También en el campo de los conflictos ello podría ser mortal.

5) Resolver una pequeña divergencia familiar por la vía judicial podría ser fatal para la relación. Pretender capturar a un peligroso delincuente por la vía de la negociación y sin el apoyo de la fuerza pública, también podría ser mortal. Asimismo, aplicar la lucha no violenta

6) a una dictadura convencional podría ser una forma efectiva de derribarla. No obstante, aplicar dicho mecanismo a una organización criminal y terrorista es simplemente suicida. Los mecanismos de resolución de conflictos no son fines en sí mismos, sino medios para alcanzar

7) la resolución del conflicto. Y es que la violencia puede ser tan dañina y peligrosa como el “pacifismo ideológico”. Una cosa es procurar la paz, y otra muy distinta es proscribir el uso LEGÍTIMO de la fuerza. Nadie que acude desesperado al vecino para pedir auxilio porque

8) una banda delictiva se encuentra en su hogar violando y asesinando a sus familiares querrá escuchar que este le diga: “Debes evitar la violencia. No llamaré a la fuerza pública; regresa y conversa con los criminales y trata de alcanzar una salida pacífica”.

9) Eso es el “pacifismo ideológico”. Lamentablemente eso es lo que estamos viendo en el caso de Venezuela. Pocos se atreven a hablar del uso LEGÍTIMO de la fuerza. Comenzando por el propio gobierno interino venezolano que nunca se ha atrevido a ello.

10) Escuchamos pomposos y gloriosos discursos en el Consejo Permanente de la OEA, abogando por la paz, y tratando, sin ningún tipo de rubor, de excluir el uso de la fuerza en el caso venezolano, a pesar de estar expresamente contemplado en el Art. 8 del TIAR.

11) Olvidan los diplomáticos que hacen eso que el "ius ad bellum" contemporáneo está constituido por un principio de derecho internacional que prohíbe como regla general el uso de la fuerza entre Estados. Pero nunca ha sido prohibido en la historia de la humanidad el uso legítimo

12) de la fuerza contra organizaciones criminales.
Mucho se ha avanzado sobre la teoría de la "guerra justa", desde los tiempos de San Agustín y de Santo Tomás, pasando por los aportes de Vitoria, Grocio, Vattel, Walzer o la postura actual de la Iglesia católica que la admite

13) bajo ciertas condiciones (Catecismo 2309). Pero es que en el caso de Venezuela, ni siquiera se trata de una guerra justa entre Estados. Se trata de brindar una coalición militar y humanitaria para combatir al conglomerado narco criminal y terrorista que usurpa el poder.

14) No es que el uso de la fuerza sea lo ideal. Lo que sucede es que dejar que un conglomerado criminal aniquile a toda una nación y ponga en peligro la paz y seguridad de todo el continente es mucho peor. Cuando se debe escoger entre una y otra opción, queda claro que

15) la primera es la que está moral y jurídicamente justificada. El uso de la fuerza en Venezuela está justificado porque no es un conflicto político. Hace muchos años que dejó de serlo. Actualmente las propias decisiones de la OEA y los informes de DDHH, reportan que no se trata

16) de un conflicto entre el gobierno y la oposición, sino entre una nación y un conglomerado criminal que usurpa el poder. Manejar la situación de Venezuela con los protocolos de conflictos entre Estados, y no bajo los protocolos para enfrentar a una organización criminal y

17) terrorista, es un craso error que ha costado ya demasiadas vidas y sufrimiento. Sería imperdonable dejar que la inacción en Ruanda o el retraso en Bosnia, se repitan en nuestro hemisferio.

Las sanciones económicas son manifiestamente insuficientes para detener la urgencia

18) humanitaria, y mucho menos para acabar con un conglomerado criminal sentado sobre cuantiosos recursos minerales estratégicos. Aquellos que profesan el “pacifismo ideológico” deben comprender que en realidad no promueven la paz, sino la violencia.

19) Deben entender que el uso legítimo de la fuerza dejará de ser necesario el día que ya no existan en el mundo criminales y terroristas. No es un pacifista quien niega el uso legítimo de la fuerza indispensable para defender a la oprimida nación venezolana.

20) No es un pacifista quien se opone a la defensa común de la paz y seguridad del continente. Quien todo ello hace es simplemente cómplice de la tiranía.

21) Cancilleres de los Estados miembros del TIAR, ustedes tienen una responsabilidad histórica y urgente que cumplir. Adelante, millones de personas claman por ello!

#TIARyPacifismoCriminal