Thread by @GFdeVenezuela

Dedicaremos nuestros tweets de hoy a una viajera del tiempo anónima y pintoresca: la tarjeta postal caraqueña, la cual logró atesorar la belleza, colorido y elocuencia de los paisajes, arquitectura, detalles y curiosidades de aquella Caracas pueblerina, sencilla y de techos rojos

Esa tarjeta postal que, desde la última década del siglo XIX y hasta mediados del XX, se dedicó a recoger todas las facetas posibles de la ciudad y de la vida en ella, se convirtió sin pensarlo en protagonista, garante y huella imborrable de nuestra memoria gráfica e histórica

La tarjeta postal caraqueña no se limitó a retratar solo paisajes naturales, plazas, monumentos o edificaciones; por ellas posaron infinidad de caraqueños con su especial naturalidad, sencillez, humildad y picardía, legándonos un crisol de rostros, miradas, sonrisas y emociones

Es extraordinaria la capacidad de evocación que las viejas postales caraqueñas nos despiertan hoy, abriéndonos una hermosa ventana desde la cual poder contemplar, entre la nostalgia y una amalgama de sentimientos y emociones, nuestra historia a lo largo del tiempo

Aún con el pasar de los años nuestra postal siguió inquieta, sin quedarse tranquila frente a los cambios del entorno: nació en blanco y negro, se adornó con sepia y oro, innovó con la estereoscopia y se impregnó de colores, siempre viva y refulgente como embajadora caraqueña

En estas labores de promoción recorrió el mundo y se comunicó en todos los idiomas, retornando muchas veces a casa por la misma vía del correo o en las manos de inmigrantes europeos, a quienes enamoró y convenció con sus imágenes de venir a empezar una nueva vida en libertad

Muy pocos fueron los detalles y motivos que escaparon de ser plasmados en las pintorescas postales caraqueñas, en las que hubo también lugar para el humor, la picardía y la poesía, como nos los muestra este set de postales de "La Hidalguía" publicado en 1901

La Cita.
I. ¿Vendrá el?

La dama suspira mirando el sendero y cuenta las horas que, lentas, se van...
Y con sus ojos dulces y rostro hechicero espera en la cita a su fiel caballero, que es un bello adonis y apuesto galán

La Cita.
II. Sin embargo, mucho me lo ha prometido

Creyendo del novio ser triste juguete,
su flébil mirada dirige al confín,
Luego, sonreída, contempla el billete
donde el caballero feliz le promete
que a la media noche bajará al jardín...

La Cita.
II. Oh!, los hombres

Y pasan las horas y el doncel no llega,
"tal vez otra amante me robe sus besos",
murmura la dama y al celo se entrega
mientras su pupila de llanto se anega
y su cuerpo tiembla con rudos excesos!

La edición de las postales caraqueñas fue un enorme esfuerzo de muchas manos, corazones y voluntades, quienes creyeron en ella y la apoyaron con todos los recursos disponibles en cada momento histórico

Entre éstas destacaban las postales de "El Cojo Ilustrado" (1892-1915), las cuales sirvieron de base para otros editores que, agregando títulos, dibujos, colores y otras modificaciones las mantuvieron siempre vigentes a pesar de los años

📰 El Cojo Ilustrado 291, 15/02/1904

Otras postales de hermosa fotografía, artística edición y cuidados detalles nos llegaron de la mano de Bernardo Rooswaag; Gathmann Hermanos; Joyería y Relojería "La Perla", de B. Pujol; F. Müller y Jesús María Chirinos de "La Margarita"

📰 El Cojo Ilustrado 303, 01/08/1904

Nuevos aires y tiempos de cambio le dieron una nueva vida a las postales caraqueñas entre 1950s y 1970s, aprovechando su papel como testigo fiel de las transformaciones sufridas por la ciudad, convirtiéndola en promotora de una #CaracasModerna que se abría paso al desarrollo

Hoy, en tiempos cambiantes y bajo el dinamismo de las tecnologías de información, nuestra postal se resiste a morir, vistiendo el look de la digitalización para seguir siendo el soporte vital de nuestra memoria gráfica e histórica...

¡Gracias a todos por aceptarla en casa!