¿Y Palestina?
Hilo va.
Hilo va.
Cada vez que escribo algún comentario a favor de la independencia de Cataluña, alguien me pregunta sobre Palestina. A veces son nacionalistas españoles que, creyéndose muy ingeniosos, pretenden hacerme caer en una contradicción.
Cómo es posible que un israelí, deben pensar, defienda la independencia de Cataluña, pero no diga nada de Palestina. Su intención es mostrar la incoherencia de quien apoya el derecho de autodeterminación de un pueblo mientras le niega ese mismo derecho a otro.
Pues lo lamento, porque esa estrategia tan perspicaz les sale siempre mal. Apoyo el derecho de autodeterminación de Cataluña de la misma manera que apoyo el derecho de autodeterminación de todos los pueblos. Incluyendo Palestina.
En otras ocasiones, me intentan convencer de que no puedo apoyar a los catalanes porque soy judío y, como todo el mundo sabe, Cataluña es un bastión del fundamentalismo islámico y los independentistas son todos antisemitas.
Lo lamento de nuevo. ¿No hay antisemitismo en Cataluña? Por supuesto que hay antisemitismo en Cataluña. Igual que en el resto España. Si ese argumento es válido para rechazar la independencia de Cataluña, también lo es para rechazar la unidad de España.
Pero volvamos a Palestina. Otras veces, quienes me preguntan por Palestina son independentistas catalanes, generalmente de izquierda, que se asustan al ver a un israelí apoyando su causa.
Cómo es posible que un israelí, se preguntan, cuyo país es el principal responsable de la violencia en Medio Oriente, nos manifieste abiertamente su apoyo. Mejor que se preocupe por Palestina, que le queda más cerca. Que condene la ocupación. Y la guerra en Gaza.
¿Qué haces por Palestina?, me preguntan a veces. La realidad es que hago mucho más por Palestina que por Cataluña. Porque por Cataluña no hago nada más que escribir tuits desde el sofá. Al ser israelí, este conflicto me preocupa mucho más a mí que a la izquierda catalanista.
Pero dejando de lado quién tiene más razón o interés en preocuparse por cada causa, considero que esos comentarios rozan el antisemitismo y voy a explicar por qué.
A un inglés que apoya a Cataluña, nadie le pregunta su opinión sobre el conflicto con Irlanda del Norte. A un chileno, nadie le reclama que su país haya usurpado tierra a los mapuches. A un argentino, nadie le recuerda el genocidio de indígenas durante la Conquista del Desierto.
A un alemán, nadie le recrimina que su país sea responsable del mayor genocidio de la historia de la humanidad. A un francés, a un marroquí y a chino nade les habla de Córcega, el Sáhara o el Tíbet. Sólo al israelí le piden explicaciones por Palestina.
Es en esa doble moral donde radica el posible antisemitismo. Sólo al israelí le piden esa pureza espiritual. Sólo él, si quiere levantar su voz para defender las causas que le dé la gana, tiene que demostrar primero que está limpio del pecado original.
¿Por qué? ¿De dónde viene esa fobia? ¿De dónde surge esa necesidad de actuar como un tribunal inquisitorial y realizar autos de fe? ¿Por qué no pueden aceptar el apoyo de un ciudadano de Israel?
Pero… ¿y Palestina? Bien, gracias. Seguiré defendiendo el derecho de autodeterminación de todos los pueblos, incluyendo Palestina. Porque soy israelí. Porque soy el primer interesado en resolver un conflicto que forma parte de mi vida cotidiana.
Y seguiré, también, apoyando la lucha catalana por la independencia, a pesar de españolistas ingeniosos y fóbicos catalanistas.
Fin del hilo.
Fin del hilo.
