Murió Maura, la mujer que se quemó por la explosión de una bombona de gas en su casa en #Petare. Duró un mes en el Luciani. Al final le faltó el hemocultivo para detectar la infección pulmonar que agarró en el hospital, el rayos x y la terapia intensiva cuando empeoró.
En Venezuela siguen faltando las unidades de quemados. Son insuficientes. Cuando pasó el incendio de Amuay, Chávez prometió una para Punto Fijo. Siguen habiendo solo tres en todo el país y tenemos una industria petrolera y de gas cada vez más insegura.
Las bombonas escasean. En un país sin luz, la gente se ha buscado una para poder cocinar, para comer. Hay gente que tiene bombonas en sus apartamentos siendo ilegal. Ya no llegan directamente a los barrios y la gente las lleva en el Metro, en el bus, en carretillas, al hombro.
Una bombona no debería golpearse, ni llevarse de forma horizontal. Deberían hacerle mantenimiento y cambiar las válvulas cada tres años. Pero el gas en el octavo país con mayores reservas del mundo se bachaquea y, con ello, también se le pone una mecha al peligro.
Googleen "explotó bombona de gas Venezuela" y verán qué tan común ha vuelto morir así en Venezuela, absurdamente, a punto de poner a hervir el agua para colar un café. La muerte de Maura, por cierto, no aparece en ese arqueo.
