Thread by @linterna

En @linterna analizamos las noches del 21-22N para ver cuál fue la relación entre lo que pasó 'offline' y el debate desordenado en Internet. Y, al final, qué tanta coordinación hubo (1/12) 👇
lasillavacia.com/silla-llena/re…

(2/12) Sobre la acción coordinada

Si hubo un plan para generar pánico en Cali y Bogotá, se desarrolló sobre todo en las horas previas a la crisis de la noche a través de WhatsApp. No evidenciamos coordinación en Twitter de cuentas falsas ni bots rusos, como se ha teorizado.

(3/12) Varias de las cadenas de WhatsApp cumplían la misma receta: camisas blancas, palos y turnos; audios idénticos en versión masculina y femenina y videos reciclados que se usaron como prueba en ambas ciudades.
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(4/12) La clave estuvo en la narrativa

Tanto en Cali como en Bogotá se propagaron cadenas de WhatsApp que hablaban de ataques de vándalos a conjuntos residenciales. Así se definió un 'otro' versus 'nosotros'. La amenaza estaba afuera y quería entrar.

(5/12) A pesar de la inverosimilitud de algunos mensajes, la amenaza que presentaban era contundente: se conectaba con los hechos del día, sucedía en un estado de orden público excepcional y alimentaba el miedo a otras comunidades y sectores.

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(6/12) Se activaron las micro-redes

La amenaza externa, que se reforzó y retroalimentó por rumores que venían de afuera, convirtió las unidades o conjuntos residenciales, y los grupos digitales donde se reúnen –las redes cercanas–, en islas.

(7/12) La amplificación

Tanto en Cali como en Bogotá los reportes de vandalismo, las cadenas de mensajes y los llamados a la acción, entraron en Twitter y otras redes en la noche, cuando ya era evidente un estado de contagio entre la ciudadanía.

(8/12) Lo que vimos de Twitter

Revisamos cerca de 70K tuits entre las 3PM y la medianoche del viernes. Encontramos que el 91% de las cuentas solo produjo un tuit. Del 9% restante, solo 28 produjeron más de 5 tuits; es decir, no hubo una producción masiva desde pocas cuentas.

(9/12) Además, analizamos denuncias en Twitter sobre vandalismo en Bogotá y encontramos claramente actividad orgánica de cuentas que buscaban alertar a las autoridades y medios de comunicación. Si no fuera así, cuentas desconocidas serían centrales en la red.

(10/12) Tampoco encontramos evidencia en las denuncias de cuentas falsas, que estarían amplificando la sensación de pánico. En un caso encontramos simplemente un grupo de fans que movió masivamente un mensaje.

(11/12) Más allá de lo sucedido en las conversaciones de WhatsApp que no podemos observar, lo que hubo en Twitter fue una mezcla de amplificación irreflexiva, miedo orgánico y oportunismo.

(12/12) Si bien quedan muchas dudas, algo está claro: en condiciones extremas, y en medio de un ambiente de desconfianza y susceptibilidad, el pánico es viral y el miedo es el verdadero influenciador.