Thread by @hectoralexx

La sanción de la Comisión de Honestidad y Justicia a Morena a Lilly Téllez:

¿Un acto de intolerancia?

(Hilo)

En la actualidad -y desde la caída del Muro de Berlín- los partidos políticos en todo el mundo tienden a ser ideológicamente plurales, porque eso, en democracia, les abre posibilidades de ser electoralmente competitivos y lograr mantener su registro.

Difícilmente vamos a encontrar ya partidos que se limiten a ser de un solo sector o de clase, pues eso les reduce simpatías, traducidas en votos.

Sin embargo, eso no quita que todos tengan, obligadamente, una serie de principios básicos.

En el plano ideal, los militantes de cada partido y funcionarios de él emanados, tendrían que someterse no sólo a las leyes, sino a dichos principios ideológicos.

Hay, desde luego, un desfase entre ese plano ideal y la realidad, donde sobra evidencia como para decir que no hay partidos cuyos integrantes actúan totalmente basados en esos dos marcos de conducta. Pero ese es otro debate.

Lo que se tiene que poner de relieve es lo siguiente:

Un partido tiene sus propios estatutos, principios y proyecto de gobierno distinto a los de otros partidos.

Y esa distinción es lo que el partido ofrece a la ciudadanía en elecciones.

Ante ello, va un ejemplo.

Supongamos que un partido ofrece en su proyecto de gobierno durante elecciones el "respetar la rectoría del Estado en la industria petrolera".

Sin embargo, ya en el poder, los funcionarios emanados de ese partido apoyan la privatización del sector.

De ese modo, esos funcionarios no sólo atentan contra su disciplina partidaria.

También cometen fraude a sus electores, porque independientemente de por qué el ciudadano votó por ellos, sí hay obligación de buscar apegarte lo más posible al proyecto que como partido ofreciste.

Morena es un partido que tiene un decálogo de principios.

En el punto nueve defiende derechos humanos, sexuales y reproductivos y está a favor del aborto.

En el punto ocho defiende la soberanía nacional.

La senadora Lilly Téllez, en marzo, emitió postura contra el aborto.

El 5 de noviembre, saludó la pretención ingerencista de Trump.

El 9 de noviembre criticó el asilo del Gobierno a Evo Morales.

Lo anterior no son simples opiniones de una ciudadana cualquiera, sino tomas de posición de una funcionaria que tiene un amplio margen de maniobra en un espacio clave de decisiones colectivas: el Senado.

Dicho de otro modo: sus "opiniones" pueden incidir en la vida de todos.

Y sus posturas fueron atentados contra el decálogo de principios de Morena, porque ella como senadora pertenece a la bancada de ese partido.

De ahí que sea completamente necesaria la sanción que la CNHJ del partido le expuso.

Tal sanción consiste en la separación de la bancada de senadores de ese partido. No es una "expulsión" de Morena-como maňosamente dicen algunos medios-, porque Téllez no es militante (fue candidata externa).

No hay ningún acto de "intolerancia" porque Téllez "piensa distinto".

Téllez está OBLIGADA a ceňirse a los documentos básicos del partido a cuya bancada pertenece.

Si no lo hace, debe irse. Hay otros partidos donde sus ideas retardatarias serían bien recibidas.

Alegar que con esa decisión la CNHJ comete un acto de "intolerancia" es absurdo.

Es como si un partido antirracista expulsara de su seno a un miembro del KuKluxKlan.

Hay que ser tonto -o intrigante- para decir que ese acto de congruencia es "intolerante al que piensa distinto".

"Diversidad" en un partido no significa que cada quien hará lo que le dé la gana.

Diversidad significa que sí hay un núcleo básico de valores al cual ceňirse.

Cómo lograr esos valores, y los aspectos secundarios de éstos, es lo que sí admite la discrepancia.

Hoy en que los partidos son cada vez más incoherentes y pisotean sus propios principios, debe aplaudirse que aunque sea en un caso, Morena emita una sanción consecuente que protege sus principios y defiende a lo principal: a los ciudadanos que votaron por ese partido y proyecto.

Pero en vez de hacer eso, muchas voces públicas salen a victimizar a Téllez.

Lamentable que secunden una peligrosa tendencia contemporánea: envolverse en una malentendida "diversidad de pensamiento" para solapar opiniones lacerantes.

Todos los partidos deben fortalecer su coherencia ideológica interna mediante una sólida formación política de sus integrantes y órganos de vigilancia. Cosa que en Morena existe muy precariamente.

Del mismo modo, la sociedad debe aprender que hay opiniones que no sólo no son admisibles en los partidos que se dicen progresistas, sino que no tendrían que ser admisibles en ningún marco civilizado y que se precie de democrático.

Más allá de partidos, debe combatirse la tontería contemporánea y peligrosa de que la diversidad de pensamiento implica dar por válidas cosas que no lo son, como las mentiras, el discurso de odio o aseveraciones que atentan contra derechos humanos o condiciones no escogidas.

Si la seňora Téllez es congruente, que se mueva ella por propio pie del partido en cuya bancada está.

Y que Monreal no apele a esa mal entendida "pluralidad" para admitir personas anti-derechos en un partido que nació luchando por ellos.