[HILO] Las últimas horas con vida de Víctor Jara. 
El 10 de septiembre del ’73 estaba todo preparado para que el Presidente Salvador Allende diera un discurso en la casa central de la Universidad Técnica del Estado (hoy la USACH) en el marco de la exposición “Por la Vida Siempre”. Evento en el que además participaría Víctor Jara.
El propósito de Allende era anunciar un plebiscito que encauzara institucionalmente el caos social producto del desabastecimiento y las colas, evitando así un Golpe de Estado. Lo que no intuyó es que este intento, alertado a las FFAA, aceleró las acciones para su derrocamiento.
Alrededor de las 10 AM del 11 de septiembre, Víctor Jara se despidió de su esposa, Joan Turner, y de sus hijas Manuela y Amanda, y salió de su casa en calle Piacenza Nº 1144. A sabiendas de que estaba en marcha un Golpe de Estado, decidió estar en su lugar de trabajo: La UTE.
El investigador folklórico y director de teatro se puso a disposición de Cecilia Coll, amiga y jefa del depto. de Extensión Artística. “Lo escuché en un momento hablar esa mañana con su mujer, Joan, lo que me reafirmó que Víctor tenía claro cuál era su responsabilidad ese día”.
Producto del bombardeo a la Moneda y el posterior toque de queda, Víctor se vio obligado a pernoctar en la Universidad permaneciendo en el Laboratorio de Física de la Escuela de Artes y Oficios de la UTE.
Un estudiante que también pasó la noche relata: "Esa noche me quedó grabada su expresión porque se veía muy sereno, preocupado y triste. Estaba abrazado a su guitarra lo que lo hacía muy particular, a diferencia de las demás personas que estaban asustadas o con pánico”
El 12 de septiembre la Universidad es atacada. Gran parte de la infraestructura del recinto es destruida y las 600 personas que permanecían en la institución, incluido Víctor Jara, son detenidas sin oponer resistencia. Son trasladados al Estadio Chile (hoy estadio Víctor Jara).
Múltiples testigos afirman que Víctor fue rápidamente identificado por los militares en la fila de ingreso y brutalmente golpeado. A continuación el relato de uno de los testigos de los vejámenes que recibió el cantautor recogida en la investigación adjunta de un fallo del 2018:
El jueves 13 de septiembre Joan Jara se entera de la detención de su marido a través de la televisión, quienes afirmaban que “un gran número de extremistas habían sido detenidos" en la UTE. Esa misma tarde recibe un llamado anónimo:
El anónimo joven era Hugo González detenido el 12 de septiembre en la vía pública por el toque de queda, y llevado al Estadio Chile. Lo que omitió a Joan es que Víctor además le contó que había sido amenazado. Wolfgang Tirado, entonces prisionero fue testigo del hecho:
Producto de la llegada al Estadio de pobladores de la Legua que habían resistido a las FFAA, se desvió la atención hacia Víctor permitiendo que sus colegas lo pudieran asistir. El estudiante Boris Navia cuenta que le cortaron el pelo con un cortauñas para ocultar su identidad.
"Él miraba por un solo ojo (...). Le limpiamos la sangre de su cara y un carpintero de la UTE le pasó su vestón para darle abrigo. Un soldado le regaló un huevo crudo. Dijo que se lo comería como lo hacían los campesinos de Lonquén: lo perforó en la parte inferior y lo succionó".
Víctor contó que había sido golpeado durante gran parte de la noche por el mismo oficial del ingreso, quien resultó ser hermano de un hombre con el cual había tenido un altercado en el Colegio Saint George por cantar "Preguntas por Puerto Montt" (alude a Edmundo Pérez Zujovic).
El 15 de septiembre salieron algunos prisioneros en libertad. Según cuenta un testigo todos redactaron pequeñas notas dirigidas a la familia. Víctor pidió lápiz y papel y empezó a escribir lo que todos pensaban era una nota para Joan, su mujer. Sin embargo escribió lo siguiente:
"Somos cinco mil
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frio, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
en esta pequeña parte de la ciudad.
Somos cinco mil
¿Cuántos seremos en total
en las ciudades y en todo el país?
Solo aquí
diez mil manos siembran
y hacen andar las fábricas.
¡Cuánta humanidad
con hambre, frio, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura!
Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
uno saltó al vacío,
en el espacio de las estrellas.
Un muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse todos los temores
uno saltó al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra el muro,
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
Sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo
pero todos con la mirada fija de la muerte.
¡Qué espanto causa el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
Sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es acto de heroísmo
¿Es este el mundo que creaste, dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas solo existe un número
que no progresa,
que lentamente querrá más muerte.
¿Para esto tus siete días de asombro y trabajo?
En estas cuatro murallas solo existe un número
que no progresa,
que lentamente querrá más muerte.
Pero de pronto me golpea la conciencia
y veo esta marea sin latido,
pero con el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos
que no producen.
y veo esta marea sin latido,
pero con el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Que griten esta ignominia!
Somos diez mil manos menos
que no producen.
¿Cuántos somos en toda la Patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas
Así golpeará nuestro puño nuevamente
¡Canto que mal me sales
Cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas
Así golpeará nuestro puño nuevamente
¡Canto que mal me sales
Cuando tengo que cantar espanto!
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
De verme entre tanto y tantos
momentos del infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto
Lo que veo nunca vi,
lo que he sentido y que siento
hará brotar el momento…"
momentos del infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto
Lo que veo nunca vi,
lo que he sentido y que siento
hará brotar el momento…"
Víctor Jara fue interrogado al menos dos veces en los camarines del Estadio Chile, ubicados en la zona nororiente del subterráneo. Allí fue sometido a diversas torturas, entre ellas la fractura de sus manos a golpes de culata. El 15 de septiembre fue su último día con vida.
Luego de 45 años y tras un proceso que se inició el 2005 el poder Judicial sentenció a los autores del hecho. Según la investigación, a Víctor Jara se le disparó 44 impactos de bala.
Gracias por leer!
Fuentes: 1.- ciperchile.cl/2009/05/26/los… 2.- ciperchile.cl/2014/09/03/los… 3.- culto.latercera.com/2019/09/18/ult… 4.- pjud.cl/home?p_p_auth=… 5.- elpais.com/cultura/2009/1…
Fuentes: 1.- ciperchile.cl/2009/05/26/los… 2.- ciperchile.cl/2014/09/03/los… 3.- culto.latercera.com/2019/09/18/ult… 4.- pjud.cl/home?p_p_auth=… 5.- elpais.com/cultura/2009/1…
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