Al Gobierno del señor Sánchez le han bastado dos semanas de vida para quebrar el statu quo internacional, para afrentar a una hermana, para revelar un conflicto irresoluble en su seno y para que sus miembros se usurpen competencias unos a otros.
HILO-Cuartilla
Consecuentemente, España dejaba de reconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela a partir de ese momento.
Cerrará hoy su gira europea con una visita a España.
Tras haberlo reconocido como presidente encargado, le cerraba las puertas que el resto de Europa sí le abría.
Esto es así de forma incontrovertible desde febrero de 2019.
Lo hizo de madrugada y en el interior de una aeronave atracada en el aeropuerto de Barajas.
Adicionalmente, tiene prohibida la entrada en territorio de la UE.
El Gobierno de España ha dado hasta cinco versiones contradictorias entre sí para explicar la reunión del ministro español con la usurpadora venezolana.
a) Debilita la posición de Guaidó, al que reconoce.
b) Fortalece la posición de Maduro, al que no reconoce.
c) Debilita las relaciones con Venezuela mientras terceras potencias la fortalecen.
España tiene DOS políticas en sus relaciones con Venezuela. Esto significa que existe un conflicto entre estas dos posiciones. Sólo puede haber UNA política exterior.
La acción de Gobierno NO es la de los señores Sánchez o Iglesias, es la acción de España.
Dicho en corto: es un ataque del Gobierno contra sí mismo.
a) El Gobierno de España está llamando usurpador al que ha reconocido como legítimo.
b) El Gobierno de España considera legítimo al que llamó usurpador.
c) Compromete las relaciones España-Venezuela.
Rajoy por incompetencia. Zapatero y Sánchez son corderos disfrazados de corderos entre leones.
a) Está en conflicto con los compromisos internacionales de España.
b) Usurpa las competencias de su colega la ministra de Asuntos Exteriores.
Hacerlo es una usurpación de funciones tan delirante como si el señor Ábalos se reuniera con la Junta de Jefes del Estado Mayor de las FF.AA.
El señor Marlaska no puede delegar sus responsabilidades en otro ministro con una llamada telefónica ni con un mensaje.
Ningún miembro del Gobierno puede reunirse con un actor político internacional a título privado. Las palabras y los actos de los miembros del Gobierno SIEMPRE comprometen a España y a todos los españoles.
Pero a la realidad nada le importan los titulares. El hecho ha supuesto una quiebra del statu quo y así lo perciben TODAS las potencias.
Es una descortesía. Y es, además, una afrenta política a Venezuela, una Nación hermana.
FIN