Un HILO sobre cómo la UE ha evolucionado de ser un club de libre comercio en beneficio de los ciudadanos a una máquina que los explota al servicio de la élite de su aparato.
Sus inercias internas la hacen tender hacia un incremento y endurecimiento del totalitarismo blando que practica desde su fundación en 1992.
Sin una refundación que la devuelva al statu quo previo a Maastricht, la UE nos helará.
Todos salvo uno.
Eran buenas intenciones que daban la espalda a lo que todo actor político debe mirar de frente: la realidad.
Sea el ordenamiento jurídico de una polis griega, Roma, un reino medieval, EEUU o China, las armas son la salvaguarda última de ese ordenamiento.
Al mismo tiempo, los Estados-Nación miembros de la UE han renunciado voluntariamente y de forma gradual a parcelas de su soberanía que han cedido a la UE.
La pérdida de influencia de los Estados miembros de la UE en el concierto internacional es directamente proporcional a sus cesiones de soberanía a la UE.
Esto se debe a la ausencia de un ejército propio a las órdenes de la UE.
¿Por qué habrían EEUU, Rusia o China de tomar en consideración a un actor internacional (la UE) que NO tiene capacidad de coacción sobre ellos?
Lo más importante, sin embargo, es qué sucede con la UE y sus relaciones con los ciudadanos de los Estados miembros mientras se mantenga el actual statu quo.
El número de Directivas, Reglamentos y otros actos legislativos del Parlamento Europeo se cuenta por miles.
La desbocada producción legislativa de la UE persigue fines que no son distintos a los de la dominación totalitaria: establecer las conductas humanas de carácter privado.
Exige de forma constante el adelgazamiento de los Estados-Nación que la constituyen para engordar sus competencias.
Los dirigentes de la UE se dirigen a Gobiernos legítimos y les dicen cómo deben actuar en determinados asuntos.
La insaciable voracidad de la UE y la sumisión de los gobiernos laboristas a la UE produjeron el Brexit.
No lo es. El dominio de dos miembros de la UE (Alemania y Francia) sobre los demás es peligroso. Puede acabar por volver a enfrentarlos entre sí una vez más en disputa por el dominio y el poder.
Su actual inercia a borrar del mapa a las naciones europeas generará una desolación que nos helará la sangre.
La UE NO puede NI debe dotarse de ejército. ¿Quién lo pagaría? ¿Dónde estaría su sede? ¿Quién tendría su mando?
Un ejército sólo puede tener un mando. Alemania y Francia acabarían por disputarse ese mando. Y Europa en llamas otra vez.