EL AMOR EN TIEMPOS DE CUARENTENA
#HoyTeCuentoQue
He visto maravillado las noticias de las historias paralelas al acontecimiento mundial que hoy nos tiene confinados en nuestras casas.
La primera de esas historias es la naturaleza que se empeña en hablarnos.
#HoyTeCuentoQue
He visto maravillado las noticias de las historias paralelas al acontecimiento mundial que hoy nos tiene confinados en nuestras casas.
La primera de esas historias es la naturaleza que se empeña en hablarnos.
Jabalíes con sus crías en las calles, peces, gansos y delfines en los canales de Venecia, la melodía de las aves a toda hora del día en las ciudades, el aire más limpio. La naturaleza no solo nos demuestra que aún está de nuestro lado.
También nos enseña que ella es capaz de sanar cualquier herida que hayamos hecho con nuestro afán de crecer urbanamente más allá de los límites naturales. La madre Natura siempre nos ha gritado que estamos acabando con ella. Esta vez nos está dando un canto hermoso de esperanza.
Las aguas en otrora contaminadas han sanado naturalmente volviendo a su inmaculada forma cristalina. El sol brilla más, se respira mejor, hay más silencio.
No dejemos de oír esa melodía de la madre Natura. La que ha demostrado sanar cualquier herida que le hayamos inflingido.
No dejemos de oír esa melodía de la madre Natura. La que ha demostrado sanar cualquier herida que le hayamos inflingido.
La segunda de esas historias son las anécdotas de humanidad, y esas sí están muy cerca de nosotros. He sabido de médicos que ofrecen sus servicios por las redes sociales para cierta orientación y no abarrotar las salas de urgencia. Yo mismo lo hice, como médico veterinario...
He aprendido muchas cosas en esta interacción que he tenido con las personas que me piden apoyo.
Pero hubo una en especial.
Un usuario de Perú. Después de yo darle una recomendación para su mascota, me dio las gracias y me dijo que si necesitaba ayuda con alguien allá en Perú.
Pero hubo una en especial.
Un usuario de Perú. Después de yo darle una recomendación para su mascota, me dio las gracias y me dijo que si necesitaba ayuda con alguien allá en Perú.
Es bien sabido lo ocurrido con la xenofobia de nuestros compatriotas venezolanos en tierras de Perú, pero al ver ese gesto tan hermoso de este usuario me di cuenta que esa barrera se había roto por un momento. Me sentí honrado de su ayuda prestada y muy agradecido.
Una muy buena amiga se ha encargado desde casa a llamar a todas sus conocidas de la tercera edad para brindarles apoyo moral, sobre todo a las que tienen familiares fuera. Una voz del otro lado que te diga "todo está bien, estoy contigo" es suficiente para demostrar humanidad.
Se han estrechado lazos de amistad hermosos. He encontrado chistes, anécdotas, vivencias, historias tristes, información, apoyo... colores... He creado lazos con amigos cercanos y lejanos, con un móvil, sí, ya sé, pero es la forma de enlazarnos en estos tiempos de cuarentena.
He visto personal médico que hace lo imposible por ir a su trabajo (soy testigo directo), asumiendo el riesgo de contagio, de la inseguridad (lamentablemente hablo de Venezuela), de lo difícil del traslado. La vocación por encima de todo deja entrever eso, humanidad.
He leído de unos chicos que se ofrecieron a ayudar a personas de la tercera edad en cierta urbanización de Caracas para buscarles comida o medicinas y que los ancianos no salieran para protegerse del virus, tan peligroso para ellos.
He visto en Twitter personas que hacen adivinanzas, trivias, juegos mentales, chistes, etc., solo con el afán de entretener a otros usuarios en casa y así afrontar el aburrimiento. Hasta clases de cocina. Es casi infinita la cantidad de ayuda prestada para tal evento.
Toda esa amalgama de signos, anécdotas e historias están resumidas en una sola palabra: AMOR.
El amor hacia la naturaleza que nos canta, el amor profeso de la humanidad hacia el prójimo en estos momentos difíciles, el amor a los animales, a la felicidad, a nuestros amigos...
El amor hacia la naturaleza que nos canta, el amor profeso de la humanidad hacia el prójimo en estos momentos difíciles, el amor a los animales, a la felicidad, a nuestros amigos...
El amor se ha abierto paso en este momento aciago de enfermedad y muerte. Mi visión sobre esto es que debemos intentar convivir con lo aprendido y reconocer que el amor nos permite sanar y a la vez reencontrarnos. La cuarentena pasará, de nosotros queda seguir amando.
