1. Vamos a platicar de un severo problema del socialismo: La incapacidad de entender cómo se genera la riqueza. Drama que podemos ver ahora que López exige mucho a las empresas, pero se rehúsa a hacer concesiones fiscales. Lo que nos espera es un desastre. Te cuento...
2. Marx hizo muchas y muy interesantes explicaciones sobre todo el asunto del trabajo, la producción, el valor, el precio, la plusvalía, y ese tipo de tecnicismos. Pero no hay que olvidar un detalle: Las hizo cuando el Capitalismo estaba en pañales.
3. Si por una parte los postulados de Marx son cuestionables, por otra parte son completamente inadecuados para estas épocas. El Capitalismo evolucionó mucho desde entonces, y los neo-marxistas no parecen haberse enterado.
4. Una idea básica del marxismo es que el estado debe mantener el control absoluto de la economía. El trasfondo es que el estado es el único que puede generar riqueza sin que se caiga en el defecto de la "acumulación capitalista". Esto, en realidad, es un severo error.
5. La dinámica de acumulación es más feudal que capitalista. El Capitalismo evolucionó de tal manera que su base actual no es la acumulación, sino el flujo de la riqueza. El sistema deja de funcionar cuando el flujo de dinero se detiene.
6. Es fácil de entender: Si mis clientes no tienen dinero, mi negocio se va al carajo. Por eso no puedo simplemente acumular la riqueza y desplumar a todos. El sistema capitalista necesita que se genere riqueza y que esta pase por todas las manos para que todos puedan COMPRAR.
7. Si quitas o lesionas cualquier componente de esa estructura, lo arruinas todo. Si no hay quien produzca, o si no hay quien venda, o si no hay quien compre, la economía colapsa. Y justo ese es el riesgo en la actual crisis por el coronavirus.
8. El confinamiento al que estamos obligados hace que mucha gente deje de comprar. Las tiendas dejan de tener ganancias, se quedan con el producto y no necesitan volverse a surtir con el productor, que entonces también deja de recibir dinero.
9. De toda esta actividad se generan los impuestos. Todos lo pagan: productores, vendedores, compradores. Así es como el gobierno se financia y obtiene los recursos para sus propios gastos, que van desde la burocracia hasta los programas sociales.
10. Entonces, si este flujo se colapsa, el primer afectado es el gobierno. Deja de recibir dinero en impuestos y es cosa de tiempo para que sus finanzas se vengan abajo. En ese momento, todo queda en riesgo: salarios, programas, pensiones, etcétera.
11. El problema es que alguien con corazón de burócrata -como López- puede vivir en el engaño de que el gobierno puede ser autosuficiente. Es el paradigma falaz heredado de empresas como Pémex, que crearon la ilusión de que un gobierno podía generar su propia riqueza.
12. Ese esquema funcionó durante unos años, pero al final se agotó. Hoy las empresas petroleras de cualquier país trabajan en coordinación con la iniciativa privada, porque se ha demostrado que es el modo más eficiente de generar riqueza petrolera. López no lo entiende.
13. La situación actual es grave por varios flancos. La simple cuarentena va a colapsar las dinámicas económicas. Durante un mes, o tal vez más, se va a comprar poco; eso, eventualmente, hará que se produzca poco. Ese problema no va a terminar con la cuarentena.
14. Aunque se levanten las restricciones a salir a la calle, mucha gente habrá perdido su empleo para ese momento. Sin empleo, no tendrán dinero. Sin dinero, no harán compras. Sin compras, vendedores y productores seguirán en crisis.
15. Así que el golpe será repentino. En un santiamén todo colapsa. Pero la recuperación será lenta. Hay que reconstruir todo otra vez, paso a paso. Por supuesto, se supone que el gobierno debe tener recursos para ayudar a que esto se arregle lo antes posible.
16. Los gobiernos de los países más desarrollados ya abrieron la cartera y anunciaron inyecciones poderosas de dinero. EUA, sin ir más lejos, va a inyectar 2 millones de millones de dólares para paliar la crisis. Eso no resuelve el problema, pero amortigua su impacto.
17. Otra estrategia muy eficiente en estos casos son las exenciones fiscales. Es decir, durante la fase crítica el gobierno deja de cobrar impuestos. ¿No suena contraproducente esto? Significa que el gobierno deja de recibir dinero. Pero, en realidad, es lo más lógico.
18. Simplemente hay que entender en dónde comienza la cadena: No comienza con el cobro de impuestos, ni con el reparto de dinero del gobierno en programas sociales. Comienza con la producción, y continúa con la distribución de lo que se produce.
19. Por lo tanto, en un caso extremo como el que estamos enfrentando, lo lógico es que se permita que los ciclos de producción y distribución reinicien con la menor cantidad de presiones posibles. El objetivo es asegurar su reactivación para que entonces el gobierno pueda cobrar.
20. López, limitado intelectualmente, mediocre estudiante y vejete delirante, no entiende nada de esto. Por eso su gobierno exige que los gobiernos gasten lo que no van a tener, y no les ofrece ningún tipo de estimulo fiscal. Al contrario...
21. Apelando a un nacionalismo de pacotilla, el SAT apela al patriotismo de los mexicanos para que no dejen de pagar impuestos. Es decir, a que se sacrifiquen. Y lo que necesitamos no son sacrificios, sino producción y ventas. Justo lo que el gobierno no está fomentando.
22. El resultado sólo puede ser una crisis prolongada. El puro impacto de la pandemia habría jodido la economía por todo este año. Pero el impacto de la insensatez de López la va a joder por varias décadas. México no va a salir tan fácilmente de esto.
23. En contraste, los países capitalistas que han apostado por la libertad económica son los que tiene todo para reactivarse: Pueden exentar impuestos a la ciudadanía y las empresas, y pueden inyectar fuertes sumas de dinero para paliar el impacto negativo de la crisis.
24. Así que sólo sucederá lo mismo que viene sucediendo desde todo el siglo XX: El Capitalismo se consolida, y los países con economías basadas en paradigmas socialistas se hunden.
No es el fin de la Historia, pero sí un desenlace previsible.
No es el fin de la Historia, pero sí un desenlace previsible.
