El ingreso mínimo vital esta mal planteado y generará más problemas que beneficios: genera corrupción (incentiva la economía sumergida), y desincentiva el trabajo, al margen de distorsiona negociación salarios y es tremendamente inflacionista.
Había muchas maneras "micro" de dar salida y respuestas para que nadie se quede atrás. El IMV es tosco y genera peligrosas distorsiones en la democracia al incrementar número de personas dependientes Estado, haciéndolas cautivas del Partido que apoye este tipo de medidas.
En España (que tiene uno de los mayores % de gasto asistencial países OCDE) hemos visto los efectos económicos, sociales y políticos que ha tenido el PER en Andalucía. Una ayuda que genera dependencia y fragiliza a quién la recibe, no es una ayuda, es otra cosa.
