Si sois fans de James Bond, quizá os acordéis de una escena en The World Is Not Enough en la que Pierce Brosnan y el flequillo de Pierce Brosnan conducían su BMW por una estrecha carretera marítima rodeada de torres petrolíferas.
¿No os acordáis? Pues os lo recuerdo.
Pues ese lugar por el que conducía Bond era el pueblo azerí de Neft Dashlari, una superextracción petrolífera compuesta por decenas de pequeñas plataformas, un sueño de Stalin y, además, uno de los asentamientos más improbables del mundo.
Seguidme que vamos a conocerlo.
La historia de Neft Dashlari (escrito Neft Daşları en azerí, y que viene a significar algo así como "rocas petrolíferas") comienza en el 7 de noviembre de 1949, cuando ingenieros soviéticos se ponen a taladrar en un pequeño arrecife a 45 kilómetros de la costa del Caspio.
Tras unas cuantas horas de perforación, encontraron crudo de excelente calidad a unos mil metros de profundidad del lecho y decidieron que viva la Unión Soviética y vamos a perforar que te cagas para alimentar la maquinaria comunista de tan preciado líquido.
En ese preciso momento acababa de nacer la primera plataforma petrolífera marina del mundo. La llamaron Neft Dashlari.
Durante los siguientes meses la plataforma empezó a dejar de ser una plataforma y a convertirse en un monstruo de madera y acero de cientos de kilómetros cuadrados, formada por decenas de pequeñas plataformas unidas por puentes y carreteras kilométricas.
Curiosamente, pese a la enorme extensión superficie, los cimientos de Neft Dashlari apenas tienen unos 20 metros de profundidad.
El caso es que para acelerar la construcción, las zonas que necesitaban resistir más carga se cimentaron sobre los restos hundidos de siete grandes buques. Entre ellos, y un poco como homenaje, el Zoroaster, el primer petrolero del mundo, construido en 1870.
Gracias al empuje de la maquinaria soviética (y a unas condiciones laborales también soviéticas), Neft Dashlari fue creciendo y necesitando alojar a sus cientos de trabajadores. Así que aparecieron las primeras viviendas.
(Protegidas por el dibujo de Lenin)
Pero como del Caspio seguía y seguía brotando petróleo, Neft Dashlari también siguió creciendo hasta los 80, cuando era una pequeña ciudad con 5.000 habitantes estables, además de hoteles, restaurantes, panificadoras, un cine con 300 butacas y hasta un campo de fútbol.
Pero como ya deberíamos saber de Waterworld (o al menos de su resultado en taquilla), hay pocas cosas más peligrosas que una ciudad construida en medio del mar.
El caso es que, tras la caída de la URSS, los precios del crudo comenzaron a fluctuar, aparecieron nuevos yacimientos por distintas zonas del territorio y, claro, la existencia de Neft Dashlari comenzó a tambalearse.
Con el abandono de gran parte de la fuerza de trabajo, las carreteras y los puentes comenzaron a colapsar y de los 300 kilómetros que llegaron a estar en pie, en la actualidad apenas se mantienen 45.
Además, como el Caspio en realidad es un lago, experimenta crecidas. Pues en una de esas crecidas, varios bloques de viviendas quedaron sumergidos hasta la segunda planta llevándose por delante unas cuantas vidas, cuyos nombres aparecen en este memorial.
Ya entrado el siglo XXI, la producción de crudo de Neft Dashlari bajó a niveles más o menos testimoniales. El problema, según los economistas, es que desmantelar la ciudad flotante costaría más que dejarla ahí a su suerte para que languidezca y muera...
...así que las autoridades de Azerbayán decidieron hacer lo contrario. Decidieron revitalizarla.
En 2009, para el 60 aniversario de su fundación rehabilitaron unos cuantos edificios, construyeron otros y hasta colocaron un nuevo césped artificial en el campo de fútbol.
Y echaron un partido en el campo de fútbol. (Por el aspecto, ejem, atlético, de los jugadores parece un solteros contra casados, la verdad)
E inauguraron un restaurante-café-terraza totalmente nuevo.
Pusieron aire acondicionado en todas las viviendas y hasta llenaron de geranios las terrazas.
Y, por supuesto, allí estuvo la tele y los medios azeríes para dar fe de la nueva cara de Neft Dashlari.
Sin embargo, es difícil saber que ha pasado en realidad con la ciudad flotante porque desde 2009 apenas hay imágenes y ni siquiera aparece en Google Maps o Google Earth.
Yo personalmente no creo que haya desaparecido en tan solo 10 años pero es razonablemente probable que tampoco se haya mantenido todo ese fasto y boato que se construyó para el aniversario porque, según las crónicas, apenas viven 1.500 personas y ya no lo hacen de forma estable.
Y aunque no sepamos el estado real de Neft Dashlari, siempre podemos imaginarla con la silueta que la URSS inmortalizó en un sello de 1971: carreteras serpenteando entre torres petrolíferas contra el sol poniente.
O como ese archipiélago neblinoso e imposible que recorre aguas contaminadas por las fugas de petróleo y que parece pertenecer a un relato de ciencia ficción más que a un lugar de nuestro planeta.
Claro que, seamos honestos, la URSS muchas veces parecía un lugar perteneciente a un relato de ciencia ficción.
Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos de Neft Dashlari, de Azerbayán y de #LaBrasaTorrijos de hoy.
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(Es la hora de pasar la gorra!)
Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.
Si queréis conocer más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
Voy a inaugurar un hilo que iré haciendo poco a poco para recomendar los mejores podcasts que descubro y/o estoy escuchando, porque creo firmemente que es el futuro de la comunicación hablada.
EL HILO DE LOS PODCASTS (que rara se pronuncia la palabra podcasts) 👇
99% Invisible. Para mí, la madre y el padre de los podcasts de no ficción y entretenimiento. Un prodigio creado por Roman Mars para contar las historias que dan forma a los objetos que nos rodean.
Hubo un arquitecto que construyó una casa junto al infierno para engañar a la muerte. Y la engañó tocando la guitarra, tomando muchas drogas y grabando 2717 películas porno
Y siguió siendo arquitecto.
En #LaBrasaTorrijos de hoy, Fernando Higueras y el Rascainfiernos.
HILO 👇
Una mañana de 1972, Fernando Higueras comenzó a cavar en el patio trasero de su casa en la calle Maestro Lasalle, en el madrileño barrio de Chamartín. No lo hizo con pico y pala, lo hizo con un lápiz encima de un papel de su estudio.
Pero cavó. Cavó 600 m3 de espacio y extrajo 600 m3 de tierra a siete metros bajo tierra.
Dos años después, donde antes había un jardín convencional, ahora había una casa única. La llamó rascainfiernos.
Puso una hamaca y se tumbó a leer un periódico de hacía 13 años.
Hubo un hombre que diseñó coches, barcos, una nave espacial del tamaño de un planeta y estuvo a punto de construir una cúpula que cubriría medio Nueva York
Y todo eso lo hizo después de su "suicidio"
En #LaBrasaTorrijos de hoy, Bucky Fuller y la cúpula sobre Manhattan.
HILO 👇
El 27 de abril de 1967 se inauguró la Exposición Universal de Montreal. Entre los pabellones de la Expo estaba el de los Estados Unidos. Una monumental cúpula de acero y plástico acrílico que envolvía tanto el propio edificio como los árboles y la vegetación de alrededor.
Debajo de la cúpula paseaban el presidente de los USA, Lyndon B. Johnson y el diseñador de la misma, Richard Buckminster Fuller.
Estos dos señores. (El serio es Johnson y el sonriente es Fuller)
La cosa es sencilla: la globalización es una marea imparable y las marcas dominan nuestra vida.
Es así. En cualquier ciudad del mundo hay un Zara y un Starbucks y un Apple Store y, por supuesto, un McDonalds.
Incluso en la India.
Y tiene gracia que existan McDonald's allí porque la India es uno de los países más vegetarianos del mundo y la mayoría de la gente no come ni ternera (obvio) ni cerdo. Y McDonald's vende hamburguesas.