(1) La crisis #COVID19 no es sólo una crisis sanitaria, ni tampoco únicamente una crisis económica. La pandemia está resultando en una crisis democrática global.
(2) La libertad individual y los sistemas democráticos se revelan como menos eficientes que las autocracias en la contención de la pandemia. Está en cuestión un estilo de vida y un modelo político que creíamos el mejor de los posibles.
(3) La #COVID19 es la tercera ola destructiva que las democracias liberales sufren en dos décadas. La primera ola fue la globalización dirigida por la eficiencia en costes, que deslocalizó grandes sectores industriales a países emergentes. Eso debilitó las clases medias.
(4) La segunda ola fue el cambio tecnológico, que automatizó la economía y permitió la emergencia de grandes plataformas casi monopolísticas. Más y más empleos fueron sustituidos por algoritmos. Las clases medias que desaparecían eran las que sustentaban democracias.
(5) La tecnología es una fuente de prosperidad infinita. Por primera vez , podríamos disponer de información, energía, o alimentos en abundancia, a coste marginal cero. Pero la combinación de tecnología y capitalismo financiero genera gran desigualdad en las viejas democracias.
(6) El mejor ejemplo de todo ello es EEUU, la primera economía del mundo, con niveles desigualdad insoportables. 40 millones de americanos eran pobres. 40 más lo son tras #COVID19. La pobreza y la desesperación son la antesala del populismo, la demagogia y las tensiones sociales
(7) Y sólo faltaba la pandemia para acabar de poner contra las cuerdas a las viejas democracias. Globalización deslocalizadora, cambio tecnológico automatizador y crisis sanitaria internacional. El caldo de cultivo perfecto para la emergencia de liderazgos autoritarios
(8) Hay que volver a reconstruir el centro. Hay que consolidar nuevas clases medias, recomponer la economía y generar empleo estable de calidad. Y para ello, es preciso reinvertir con fuerza en industria avanzada. No hay futuro sin industria, y no hay industria sin innovación.
(9) El debate político debería centrarse hoy urgentemente en dos cosas: (1) cómo paliar la crisis sanitaria en el corto plazo; y (2) cómo generar empleo productivo y de calidad en el medio plazo. Todo lo demás, en este momento, es secundario.
(1) La vuelta al colegio en otoño va a suponer un reto de enrome magnitud. El nivel de incertidumbre respecto al #covid19 es muy elevado. La asimetría de los rebotes, también. La dependencia de los mismos con los usos y costumbres sociales parece evidente
(2) Parece claro también que en España, tanto a nivel de Gobierno Central como de CCAA, existe un elevado nivel de desconcierto y descoordinación respecto a lo que va a suceder.
(3) El problema es un claro problema de innovación: una organización (el Sistema Educativo en su conjunto) se enfrenta a un repentino cambio en las variables de entorno. De hecho, no es “repentino”: hemos tenido seis meses para planificar escenarios y proponer soluciones
(1) El plan de reconstrucción europea, "Next Generation UE" es una extraordinaria noticia. Momento federal, hamiltoniano en Europa (recordando a Alexander Hamilton, 1er Secretario de Tesoro de EEUU, que impulsó con deuda federal la unión de estados norteamericanos)
(2) 750.000 M€, un esfuerzo colosal. Pero no es sólo para la recostrucción. Es una ofensiva de supervivencia, para el diseño de un espacio de democracia, mercado y tecnología europeo, único y unido, en un mundo emparedado entre EEUU y China
(3) El canto del cisne de Europa, el espacio de paz, libertad y bienestar más próspero de la Historia. Un intento de construir murallas de competitividad. Ningún gran país europeo (ni Alemania, ni Francia), tienen dimensión y economías de escala para competir contra EEUU o China
(1) Siento una enorme tristeza por el anuncio del cierre de las plantas de Nissan en Barcelona. Con esos empleos se van muchas ilusiones, se truncan vidas y se desvanece parte de nuestra esperanza y nuestro futuro.
(2) La marcha responde a razones de reordenación estratégica de las operaciones de la compañía, debidas seguramente a su relación con Renault y al peso de ésta en Europa
(3) Pero también a corrientes de fondo de la industria del automóvil. Un sector considerado "fortaleza" hasta hace pocos años, que se ha visto sometido a una disrupción sin precedentes por la convergencia del vehículo eléctrico, compartido y, en el futuro, quizá autoconducido.
Un mes de confinamiento por #coronavirus. Nada volverá a ser igual. Vamos a plantear algunas cosas que deberemos tomarnos en serio a partir de ahora:
Necesitamos ESTRATEGIAS DEMOCRÁTICAS DE DATOS. Agregar datos es agregar poder. Hoy, sólo lo hacen las grandes corporaciones digitales y los estados totalitarios. Hay que replantear modelos democráticos de uso de datos, para el bien común y compartido.
Necesitamos ESTRATEGIA INDUSTRIAL. Las industrias de alto valor añadido son poco sensibles en costes al lugar de producción. Dispositivos médicos, textiles avanzados, maquinaria de precisión, biofarma, nuevos materiales... Hacerlos aquí y exportarlos globalmente.
La crisis del #coronavirus dejará muchas lecciones. Vamos a acelerar la implantación del teletrabajo. Quizá, por fin, acabe la absurda cultura de la reunión continua, se extienda la videoconferencia y se imponga un liderazgo más orientado a la confianza, en lugar de al control.
También vamos a revisar el despliegue de las cadenas de suministro globales. Se ha producido una disrupción, un choque desde la oferta, por la discontinuidad en las mismas. Se acelerará el reshoring, el retorno de actividades productivas a países "cercanos"
Quizá la carrera por la vacuna sea un ejemplo de competición y cooperación. Innovacion orientada a una misión: resolver (urgentemente) un problema humano. De ahí también sacaremos lecciones.