Bienvenidos a "Mirando curvas”. Hoy compartimos una nota de Matt Ridley. Lo leo desde hace años, es un científico y divulgador de primera línea. Se lo relaciona con Steven Pinker, en el grupo de pensadores “optimistas”. Uno de sus libros más conocidos es “The Rational Optimist”. 
La nota es esta. Abiertamente toma partido por la Declaración de Great Barrington y su confianza en la inmunidad colectiva. Lo hace de manera no partisana, racional, evaluando pros y contras.
spectator.us/students-catch…
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Es anti intuitivo pero la actual diseminación del Covid puede ser lo menos malo que ocurra. Sin vacuna a la vista, el virus circulando entre los jóvenes está creando inmunidad que eventualmente frenará la epidemia. Oponer cuarentenas a la segunda ola sería peor que la enfermedad
Si no se puede extinguir una epidemia en su comienzo, la mejor estrategia es que los jóvenes se contagien primero. Los encierros aseguran que los vulnerables y los saludables se contagien con igual probabilidad. El cierre de las escuelas lleva a más muertes.
No hay salida buena de esta situación. No hay curso que implique cero sufrimiento. El tema es minimizarlo.
En este momento (UK) el virus se extendió entre los estudiantes. La semana pasada 70 mil estudiantes testearon positivo; de esos, sólo 3 fueron hospitalizados y ninguno murió. Por el contrario, el efecto psicológico del confinamiento sobre los jóvenes fue enorme.
Más números. En Newcastle, 770 positivos entre los estudiantes, el 90% totalmente asintomático.
Los asintomáticos son un problema para el control. En marzo, la enfermedad se esparció en hospitales y geriátricos, entre vulnerables y sus cuidadores, que iban de un lado a otro. Se encerró a toda la población y no se dio prioridad a los trabajadores de la salud.
Aquí, Ridley recuerda su posición inicial ante los confinamientos y el rechazo de la prensa británica a la política sanitaria llevada adelante por Suecia, pronosticando una catástrofe.
Y sin embargo no hubo catástrofe en Suecia. Siendo una sociedad más urbanizada que la británica, tuvo alta mortalidad en la primera ola (falló en los geriátricos) pero nada de segunda ola. La economía y la vida de las personas están mucho mejor.
Tampoco hay una gran segunda ola en Londres medida en fallecimientos, probablemente porque la cuarentena llegó con mucha gente ya contagiada.
¿La alternativa? La planteada por la Declaración de Gran Barrington, que ya comentamos (
https://twitter.com/Gus_Noriega/status/1313500539402022914?s=20): la protección localizada. “La extraordinaria verdad es que un estudiante que se contagie de Covid puede estar salvando la vida de la abuelita, en vez de amenazarla”.
Más voces y de creciente calidad oponiéndose a la idea de confinamiento generalizado y continuo. Seguiremos alerta.
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