Me pregunta hoy un amigo si es cierto que estamos tan mal en el hospital. La respuesta corta es que sí, que estamos muy mal. Pero hay que explicarlo más, porque a veces sorprende escuchar declaraciones que sugieren que no estamos tan mal. ¿Por qué pasa esto? Porque nos comparamos
Nos comparamos con marzo o con abril. Y marzo o abril fueron el horror. Lo inenarrable. Así que por supuesto no estamos tan mal como entonces. Y esperemos que NUNCA vuelva a ocurrir nada parecido. A cualquiera que estuviéramos en primera línea se nos encoge el corazón de pensarlo
Pero seguimos estando muy mal. Esto va por barrios, pero en Salamanca tenemos unos 150 pacientes ingresados. Y 25 pacientes en UCI. Y esto no es que sea mucho, es que es MUCHÍSIMO, algo fuera de toda proporción y muy difícil de manejar. Nos debemos ni podemos acostumbranos
Para cualquier hospital, tener 150 pacientes ingresados a la vez por una misma enfermedad es algo totalmente inaudito. En Salamanca no ha ocurrido nunca, excepto en el pico de la primera ola (ahí multiplicamos esa cifra). Es un volumen enorme de pacientes. Y necesitan atención
Esa atención no es sólo la cama hospitalaria o de UCI, que también, es sobre todo el personal que les atiende. Y como no escapa a nadie, es imposible atender adecuadamente todo lo que atendíamos hace un año MÁS los pacientes COVID-19. El sistema se satura y no funciona bien
Por mucho que nos esforcemos, y aunque se garantice la atención de todos los procesos graves y urgentes, el funcionamiento del hospital al final se resiente. Sin olvidar el riesgo de contagio de pacientes que no tienen COVID-19 al aumentar el número de casos de forma global
Y el personal también se satura. Y también comienza a "funcionar" mal por puro agotamiento, estrés, y desánimo. No trabajábamos igual hace un año que ahora. Hay una carga física: turnos, guardias, llevar el EPI... Y una carga mental: riesgo de contagio, estrés y no ver el final
No ver el final está siendo de lo más desalentador en esta pandemia. En la primera ola nos volcamos en la lucha contra el COVID-19 como si fuera una carrera de 100 metros lisos, para descubrir unos meses más tarde que esto es una dura carrera de fondo. Y sin final en la lejanía.
En los hospitales podemos recibir a los pacientes que ingresan y tratarlos lo mejor posible, cada vez con más dificultades por la sobrecarga. Y tal vez haya algún tratamiento eficaz pronto y tal vez tengamos una vacuna en unos meses, pero de momento solo nos queda PREVENIR
La forma de controlar la pandemia ahora mismo está en la sociedad, no en los sanidad. Esperemos que pueda controlarse o llegar a un equilibrio, dentro de la gran sobrecarga que supone un "equilibrio" dentro de las cifras actuales. Sobrecarga enorme aunque, a veces, no lo parezca
Y la pregunta clave, usando un dato que está al alcance de todos, sanitarios y no sanitarios: ¿hasta qué punto nos hemos anestesiado y acostumbrado a esta maldita pandemia que 400-500 muertos a la semana pueden llegar a parecer que "no estamos tan mal"? rtve.es/noticias/20201…
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Los casos en España siguen subiendo. Y los muertos. Es difícil llegar a la situación de marzo pero es que JAMÁS debemos permitir acercarnos siquiera a esa situación. Marzo y abril fueron el horror, el desastre y prácticamente el colapso del sistema. Hemos hablado poco de esto...
... y tal vez no sea bueno contar los detalles porque son difíciles de digerir. Pero la situación empeora y debemos recordar.
- Fue el horror porque una cama la podían ocupar varios pacientes el mismo día, porque fallecían o iban a la UVI. Imaginaos estar en la cama de al lado
- Fue el horror porque muchas parejas y casi familias enteras ingresaban a la vez en el hospital (¡esto está volviendo a pasar!). Imaginaos que estáis ingresados y vuestra pareja fallece en la UVI sin poder despediros de él o ella o tener ingresados a la vez a varios familiares
Imagina una carrera en la que te echas el sprint final nada más comenzar. Pero tienes que seguir corriendo. Y te dejan de aplaudir. Y hay que seguir avanzando sin saber muy bien dónde vas ni cuánto queda para terminar. Y sigues corriendo. Así es la pandemia para muchos sanitarios
En este momento el cansancio que refieren los sanitarios que han atendido (y siguen atendiendo) directamente pacientes COVID-19 es bastante importante. Por supuesto, también los que los atendieron en marzo y abril y ahora no o a los que les ha tocado ahora.El cansancio es general
Lógicamente los que no han dejado de atender pacientes COVID-19 o han estado más tiempo a turnos o con más guardias es lógico que estén más cansados, pero sí es cierto que la pandemia ha caído como un mazazo en el sistema sanitario en sus profesionales
¿Cómo podemos explicar que oficialmente hoy se diga una cosa y mañana otra -véase tema de mascarillas- o que se dude en cosas tan básicas como la vía de transmisión del virus? Aquí se mezcla la propia naturaleza de la ciencia con la gestión del conocimiento en el mundo actual ⤵️
Sin olvidar que sin duda estamos ante la enfermedad de la que más rápido se ha conseguido información en la historia de la humanidad pero, a la vez y para su impacto, faltan aspectos y datos esenciales para su manejo (p. ej., un tratamiento eficaz o aspectos de la transmisión)
Lo primero, la propia metodología de la ciencia. Que lleva aparejada necesariamente controversias científicas, estudios erróneos, corrección de datos, dudas, discusiones en público de científicos, etc. Todo esto es normal y forma parte de la propia ciencia
Me sorprenden las posturas de algunos científicos en EEUU radicalmente opuestos al confinamiento (incluso a toda estrategia actual, sigue hilo). Supongo que tiene que ver con la situación política y con el liberalismo (resumido al final en “a pasar el virus y el que tire tira”)
Así, no hay problema en afirmar que todo está mal (desde el confinamiento hasta trazar contactos). Estrategias que recordemos que hay países y regiones de países (incluso en España) en las que sí han funcionado y funcionan
También se afirma sin reparo que “no hay que preocuparse” por la gente de menos de 40 años si pasa el virus. Esto no deja de ser una variante del sologripismo, más o menos refinada. Como dije aquí, es una estrategia muy “teacher-friendly”
Han pasado ya 6 meses desde que se inició la pandemia pero me sigue impresionando la mirada de muchos pacientes recién ingresados en la zona Covid. Esa mirada asustada y huidiza, llena de miedo y de dudas, y que define tan bien la situación
Esa mirada es entendible por el shock del diagnóstico y por toda la parafernalia del aislamiento. Y porque tendemos a ponernos en lo peor que puede pasar. Después de todo, ¿quién sería optimista tras ser PCR+, ingresar en zona Covid y tener una neumonía? No parece que pinte bien
Intentas tranquilizar al paciente. Le explicas que la mayoría de casos evoluciona bien, que vamos todos “vestidos” para que no se disemine el virus, no porque esté particularmente grave, que estaremos pendientes en todo momento, que hablaremos por teléfono con sus familiares...
“Beber sin sed. Guía para elegir bien lo que bebes”
Excelente y riguroso libro, como no podía ser de otra forma, de mi amigo @JulioBasulto_DN y @carloscasabona
Una magnífica y práctica lectura para desconectar del COVID-19. Y quería señalar dos aspectos concretos muy relevantes
El primero que “la copita de vino no es buena para la salud”. Debería estar ya claro pero por si acaso se explica muy bien en el libro. Y para ir abriendo boca os dejo mi hilo (qué sensación tan rara al buscar hilos pre-COVID...) donde también se explica
Y el segundo es para advertir sobre los muchos riesgos de las bebidas edulcoradas. “Aunque la mona se vista de seda, bebida edulcorada se queda”. Los riesgos de consumir de forma continua y repetida estas bebidas son grandes sobre la salud (obesidad, diabetes, etc.)