La amenaza secesionista del gobernador jalisciense Enrique Alfaro y otros plantea estar contra la "centralización" encarnada por AMLO.
Aquí un breve antecedente de ciertos personajes repulsivos que también querían una separación parecida.
(Hilo)
Aquí un breve antecedente de ciertos personajes repulsivos que también querían una separación parecida.
(Hilo)
México es un país multicultural y diverso, que en muchas ocasiones se ha querido dividir, erróneamente, en un norte "rico", un sur "pobre" y una Ciudad de México "mantenida" por otras entidades.
Eso es falso.
Van notas sobre algunos precursores de ese ideario.
Eso es falso.
Van notas sobre algunos precursores de ese ideario.
Rigoberto López Valdivia fue un ogro sinarquista nacido en Arandas, Jalisco, en 1920, en el seno de una familia fanática del ala más violenta e intransigente del catolicismo: los cristeros.
Hombre de pocas luces y muchas ideas conspiracionistas, anhelaba volver al teocentrismo.
Hombre de pocas luces y muchas ideas conspiracionistas, anhelaba volver al teocentrismo.
Fue no sólo amigo sino colaborador del señor Salvador Abascal Infante, precursor del sinarquismo irracional mexicano, cuyo fanatismo fue tal, que decidió educar a sus hijos por su cuenta, para que no se contaminaran del "comunismo" de la educación pública mexicana.
(Algunos de sus hijos han sido rotundos cavernícolas: Carlos M. fue el misógino secretario del Trabajo de Fox; Salvador Jr. fue diputado antiderechos del PAN y Juan Bosco un fundador de la horda de Frenaa. Eso nos habla de la nula calidad de educación que recibieron de su padre)
Por lo demás, es famoso el intento secesionista de Abascal Infante, quien fundó en 1942 una colonia supuestamente escindida del resto del país -María Auxiliadora en Baja California-, donde se ejercerían los "valores cristianos".
Rigoberto López Valdivia era igual de atrasado que Abascal Infante.
Tan retardatario y fanático era, que no vio al PAN lo suficientemente conservador (a pesar de su raíz nazi documentada en la revista La reacción (?) de los años treinta) y militó en grupo vandálico de Los Tecos.
Tan retardatario y fanático era, que no vio al PAN lo suficientemente conservador (a pesar de su raíz nazi documentada en la revista La reacción (?) de los años treinta) y militó en grupo vandálico de Los Tecos.
López Valdivia escribió algunos textos más cínicos de la ultraderecha mexicana.
En ellos, aducía que en Jalisco "había poco mestizaje" y "mucha hispanidad" porque los españoles que ahí llegaron "se vieron en la necesidad" de acabar con los indios, "porque eran muy beligerantes".
En ellos, aducía que en Jalisco "había poco mestizaje" y "mucha hispanidad" porque los españoles que ahí llegaron "se vieron en la necesidad" de acabar con los indios, "porque eran muy beligerantes".
Asumía que esa zona debía regirse entonces por los principios culturales "hispanistas" -léase "católicos"-, ya que en sus raíces no había influjo de pueblos originarios, reviviendo así la fantasía de que la zona que hoy es Jalisco fuera una especie de "Nueva Galicia".
No está de más aclarar que el influjo hispanista de la extrema derecha mexicana es una fachada del nazismo.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, con el desprestigio absoluto y mundial de los nazis, uno de los pocos reductos del fascismo fue la España franquista.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, con el desprestigio absoluto y mundial de los nazis, uno de los pocos reductos del fascismo fue la España franquista.
Una parte de la extrema derecha mexicana, así, se volcó al repunte del franquismo y a tomar distancia de los nazis -aunque fueran muy parecidos-, bajo un pretexto religioso: señalaron que arropaban el catolicismo español y no aprobaban el "paganismo" de Hitler.
Es curioso ver cómo esos personajes expresaban esas ínfulas separatistas. Abascal con su "castillo de pureza" en Baja California y López Valdivia con su sucursal de España en México, en el fondo querían deslindarse de su país natal por razones sectarias y racistas/anti-indígenas.
El día de hoy, esas ansias de escisión son reproducidas por politicastros como Gabriel Quadri, quien con fiereza acusó en enero de 2019 que Oaxaca, Chiapas y Guerrero eran lastres y causantes del "bajo desarrollo" económico de México
En esa bravata no sólo había mentiras, sino un componente profundamente racista, que en nada se diferenciaba de las obsesiones separatistas de Abascal o de López Valdivia, de ideas tan miserables contra los pueblos originarios mexicanos o tan arraigadas en prejuicios medievales.
El día de hoy es curioso que en Jalisco, cuna de López Valdivia, vuelva a presentarse un discurso escisionista, encabezado por el señor Enrique Alfaro, que busca con eso asumir un rol antagónico ante AMLO y una posible candidato presidencial en la flaca caballada opositora.
La bravata de Alfaro es desideologizada y se disfraza de una supuesta crítica al "centralismo" y "falta de presupuesto".
Pero que alguien le informe que quienes han tenido ideas separatistas parecidas a él no son políticos progresistas sino cavernarios de visión sectaria.
Pero que alguien le informe que quienes han tenido ideas separatistas parecidas a él no son políticos progresistas sino cavernarios de visión sectaria.
(Quizá el ideólogo a sueldo que lo comparó con Mariano Otero -de nombre Krauze, si no mal recuerdo-, si se dice historiador, podría explicarle el papel lamentable que ha jugado la extrema derecha en México)
La bravuconada de Alfaro no pasará a mayores. Pero no está de más que sepamos que aunque se las dé de progresista, sus actos sectarios lo hermanan con esa ideológica ultra.
Si el góber quiere más dinero, que aplique austeridad republicana y se deje de tonteras divisonistas.
Si el góber quiere más dinero, que aplique austeridad republicana y se deje de tonteras divisonistas.
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