Thread by @pvallin

A ver, sobre la Haterradora Horden Bidisterial, aka Bidisterio de la Berdá, que va a acabar con la prensa libre en España. (Me da una pereza olímpica esto, eh, pero vamos allá). Va hilo:

Para que la tal Orden comportase alguna afectación a la libertad de expresión o de prensa debería legislar "hacia afuera", es decir establecer pautas nuevas sobre el funcionamiento de los medios o los ciudadanos, incluir sanciones administrativas o modificar algún tipo penal.

Por supuesto, no hace nada de todo eso. Simplemente el Gobierno, o la administración, como queráis, establece "cómo vamos a actuar nosotros" para detectar bulos, valorar su extensión y gravedad, y mitigarlos emitiendo información que los contrarreste.

Es decir, por ejemplo: La Contra del diario donde trabajo entrevista a un agricultor ayurvédico (yo qué sé) que dice que comiendo kiwis se cura el cáncer. Y esto se hace tan viral que los enfermos dejan la quimio. La orden establece mecanismos para valorarlo y en su caso actuar.

¿Actuar cómo? Pues emitiendo información veraz y alertando del bulo. Pidiéndole a la peña que por dios vuelva a quimio aunque siga comiendo kiwis. ¿En qué afecta eso a la libertad de expresión? En nada. ¿A la reputación del cultivador jipi...? Bueno, allá él.

¿Puede ir más lejos? En su caso, (la orden atañe a materias de seguridad nacional, seguridad exterior, ciberseguridad, salud pública...) acudiendo a los tribunales o aplicando la legislación que ya existe. Repito, la legislación que ya existe.

El supuesto escándalo es que la orden reorganiza el procedimiento, y asuntos que antes vigilaban (por "vigilar" no se refieren solo a espiar, sino a leer, tuits, diarios o memes) distintos departamentos del gobierno ahora pasan a depender de secretaría de estado de comunicación.

Que la orden no afecta a derechos fundamentales lo prueba que los juristas que ponen el grito en el cielo admiten que no es por lo que la orden dice sino por lo que "sugiere". Me enternece esta confesión de que el pecado no es el bikini, sino nuestra mirada libidinosa.

No es que yo crea que este Gobierno, como todos, no está tentado de controlar la información. Si de esta orden surgiera un régimen sancionador (sobre todo en términos de sanciones administrativas, sin tutela judicial), habría motivo para preocuparse.

Sabemos, por otras leyes impulsadas por PSOE y UP, que hay legislación que sí toca zonas sensibles de la libertad de expresión. Dos ejemplos en trámite: La Ley de Memoria Democrática va a regular la exaltación franquista y esto sí es materia delicada en términos constitucionales.

Otro ejemplo: las leyes de Igualdad y derechos LGTBI y su forma de regular los delitos de odio (machismo, homofobia y demás). Delicado. De hecho, en términos liberales, los delitos de odio que no comporten amenaza o agresión no sé siquiera si deberían existir.

En este caso, como ocurrió con la Ley Mordaza, sí hay afectación a la libertad de expresión. Tan así que tenemos a raperos, tuiteros y cómicos condenados por la Audiencia Nacional. No sé qué hacen la FAPE y la APM que no están encadenadas ante el Constitucional. Bueno, sí lo sé.

En resumen, la orden ministerial será torpe o ineficaz o inoportuna, pero lo que no es seguro, tal como está publicada, es una amenaza a la libertad de expresión. Y eso en un país que lleva dos décadas legislando graves limitaciones de libertades civiles y derechos políticos.

La orden, por explicarlo en plata, significa que el gobierno se ha comprado radares nuevos para controlar los excesos de velocidad, pero ni cambia los límites establecidos ni modifica la ley de seguridad vial, ni siquiera sube la cuantía de las multas.

Los límites a la libertad de expresión son los mismos hoy que anteayer. Y de hecho son graves (y a mi modo de ver bastante inconstitucionales), pero están en la legislación que ya existe. Delitos de odio, ley mordaza, injurias al rey, ultraje a España...

¿Oísteis piar a FAPE y APM (o a cualquiera de estos "liberales" de corchopán) la semana pasada cuando el PSOE, PP, Vox y CC mantuvieron en el código penal los delitos de injurias al rey y ultraje a España? A que no. Pues ahí sí se afecta, y gravemente, la libertad de expresión.

Dicho todo lo cual, me parece estupendo que PP, Cs y Vox monten en cólera y hagan teatro contra el "Ministerio de la Verdad". Están en su derecho y es una estrategia política eficiente. Liberales ya sabíamos que no eran ninguno de los tres, así que ninguna novedad ni disgusto.

El problema es que han salido a hacer el indio otra vez las organizaciones de mi gremio. Cada cual que se ocupe de su oficio, y oye, los jueces están en guerra con el Gobierno por razones de sobra conocidas, así que allá ellos.

Pero lo de las asociaciones de periodistas, es que es un bochorno continuo, es que lo hacen a uno pasar vergüenza cada vez que pían. Ha ocurrido con ellas lo mismo que pasó con las asociaciones de víctimas del terrorismo durante los gobiernos de Aznar y Zapatero...

...convertidas en un simple operador político reaccionario. Las de mi gremio es que están para afanarse en ser un correveidile político de intereses por completo ajenos al oficio. Que está hecho unos zorros, dicho sea de paso, en todo lo que atañe a sus derechos laborales.

Por cierto, que los grititos y el escándalo con este asunto del Bidisterio de la Berdá son igual de sinceros que los de "La ley de Educación quiere acabar con el castellano". La ley en trámite solo repone la situación anterior a la ley Wert. Punto redondo.

Que también fue muy curioso lo de aquella ley. Trataba de proteger al castellano en Catalunya. ¿Por qué necesitaba protección? Porque Telemadrid decía (sí, Telemadrid) que había un apartheid idiomático en Catalunya. En fin, no sigo por ahí que con un jardín por día basta.

Bueno, lo que decía, que el "totalitarismo y la persecución del castellano" del proyecto de ley Celáa es lo que hubo en España desde 1980 hasta que en 2013 le metió mano la ley Wert. Vivimos 30 años en el totalitarismo idiomático y vosotros como si nada. Sois unos disolutos.

Y acabo, que bastantes amigos he hecho ya, insistiendo a los paladines de la libertad de expresión (si hubiera): atentos a las leyes de Memoria Democrática, Libertades Sexuales, LGTBI y a la postergada derogación de la Ley Mordaza. El resto son escándalos del carro de la farsa.

Ah, por cierto, este mismo numerito de santigüarse muy rápido ya se lo montaron las asociaciones de mi gremio a Carmena por abrir una web municipal donde informar de lo que hacía el ayuntamiento. Los pinioristas pedían "cerrarla" en nombre de "libertad de expresión". Porque, oye.