Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Jorge VI, el padre de la reina Isabel:
Nuestra historia empieza el 14 de diciembre de 1895, ese mismo día pero 34 años antes, había muerto el bisabuelo de nuestro protagonista, Alberto, el esposo de la Reina Victoria, así que sus padres no sabían cómo se lo iba a tomar la reina ya que ese día le producía tristeza.
Su padre, el futuro Jorge V, estaba temeroso y no sabía cómo decirle a la Reina, pero un familiar le recomendó ponerle el nombre de su difunto esposo, y esperar la reacción de ella.
El plan funcionó, ya que la monarca recibió con alegría la noticia del nacimiento del niño, “el nombre de Alberto”, dijo la soberana, “es sinonimo de todo lo bueno y aunque nace en un día triste, tengo muchas ganas de conocer al bebé”.
Pero la abuela materna del niño, consideraba que ese nombre era de mala suerte, así que también fue bautizado con el nombre de “Jorge”, “Alberto Federico Arturo Jorge”, para ser exactos y le fue otorgado el título de Alteza Real Príncipe de York.
Resultó ser un niño con problemas de salud, además sus padres no fueron mus cercanos y le criticaban el ser zurdo, de hecho contrataron institutrices que le obligaron a escribir con la mano derecha y para colmo, tenía las rodillas chuecas y tuvo que usar aparatos ortopédicos.
Fue el segundo hijo de los 6 hijos que tendrían sus padres, así que estaba algo lejos de la línea de suceción, era el cuarto así que las probabilidades de llegar a ser rey, eran relativamente pocas, además sus problemas de salud y tartamudeo le hacían un candidato improbable.
Tras la muerte de su bisabuela, y luego de que su abuelo fuera coronado rey bajo el nombre de Eduardo VII, su padre pasó a convertirse en príncipe heredero y su hermano mayor tenía puestos todos los reflectores en él, al ser el sucesor lógico de ambos hombres.
Y cómo nuestro protagonista no era el heredero, su educación fue estrictamente militar, aunque no era un buen estudiante, de hecho se sabe que en 1909, luego de ingresar como cadete en la academia naval, Alberto terminó como el último alumno de su clase.
En 1910 su abuelo murió y su padre se coronó como rey bajo el nombre de Jorge V, nuestro protagonista continuó sus estudios en la academia naval y a pesar de sus notas, fue aceptado como aspirante oficial a la marina, algo tuvo que influir que fuera parte de la familia real.
Se sabe que fue a la Primera Guerra Mundial, la llamada Gran guerra y que participó en la batalla marítima más importante de todo el conflicto, la Batalla de Jutlandia, luego les cuento en Instagram sobre ella pero no estuvo en combate directo porque enfermó del estomago.
Cuando se creó la Real Fuerza Aerea Británica, fue enviado a ella y ahí estuvo hasta el final de la guerra, pero a finales de 1919 abandonó su carrera militar para enfocarse en estudiar lo que le apasionaba, historia. Asistió al Trinity Callege donde también se formó en economía.
Viajó por el mundo y su vida se volvió mucho más publica, visitaba minas, fábricas y convivía con el pueblo, aunque no era muy querido porque su personalidad y tartamudez lo hacían ver débil, además muchos lo criticaron porque lo vieron jugando tenis con un hombre de color.
Se sabe que durante un viaje a Jamaica, jugó un partido de tenis con un local y algunas personas se escandalizaron por ello, pero otros lo vieron como el acto de una mente progresista que veía igual a todos los hombres.
El que era una súper estrella era su hermano mayor, ya les contaré en otro hilo la vida de este polémico señor pero les adelanto que era muy querido por el pueblo (al menos en ese entonces) y con el tiempo la gente le fue haciendo menos caso a nuestro protagonista.
Pese a todo, nuestro protagonista era considerado un juven guapo y con un gran porte, y además audaz, porque nada mas conocer a la joven Isabel Bowes Lyon le propuso matrimonio pero ella se negó, Jorge después le volvió a proponer matrimonio pero ella lo volvió a rechazar.
Pero Jorge no se rendía y le volvió a proponer matrimonio a Isabel, ella al ver tanta insistencia de su parte, le dijo …
…que sí, y el 26 de abril de 1923 se casaron en la abadía de Westmisnter, con el título de duques de York, se intalaron en White Lodge al sur de Londres y el matrimonio tuvo dos hijas, Isabel, la futura reina de Inglaterra y Margarita, la futura condesa de Snowdown.
La vida de los duques era bastante feliz y discreta, aunque debido a sus apariciones en público, Jorge buscaba la ayuda de especialistas de lenguaje para que lo ayudaran a superar su tartamudez, pero nada ni nadie le ayudaba eficazmente.
Finalmente tras un humilllante discurso en Wembley en octubre de 1925, nuestro protagonista acudió con un terapeuta de lenguaje llamado Lionel Logue, el personaje que interpreta magistralmente Geoffrey Rush en “El discurso del Rey”.
Nuestro protagonista entabló una curiosa amistad con el especialista y gracias a la ayuda de Logue, pudo ir superando poco a poco su problema, en las curiosas sesiones cantaban, conversaban y hasta practicaban trabalenguas y al paso de los meses, hablaba casi de manera perfecta.
Por cierto, en esta foto pueden ver al verdadero Lionel Logue:
Ahora sí todo era felicidad pero en enero de 1936, el padre de Jorge murió y su hermano Eduardo ascendió al trono, la relación entre ambos hermanos se había enfriado ya que Eduardo era un eterno mujeriego y un juerguista, mientras que Jorge era todo lo contrario.
Su propio padre no lo consideraba adecuado para el puesto, pero con todo y todo, tras la muerte de Jorge V, el ahora Eduardo VIII, fue nombrado rey y los ministros le recomendaron buscar una esposa, pero él ya tenía una candidata, su nombre era Wallis Simpson.
Pero los ministros se escandalizaron cuando les dijo quién era, y es que además de ser una plebeya, era una estadounidense que se había divorciado un par de veces, así que le aconsejaron que se buscara otra esposa pero Eduardo les respondió que se buscaran otro rey y renunció.
El enfermizo Jorge se vio de pronto con la corona inglesa en su cabeza y asumió bajo el nombre de Jorge VI.
Su hermano se fue a vivir con Wallis y tuvieron una relación llena de altibajos, luego les hago un hilo de ellos, no se preocupen.
Cuando estalló la guerra y mientras Eduardo que tenía claras ideas pro nazis vivía la gran vida, Jorge trabajó incansablemente, hizo alianzas con los canadienses y los estadounidense y viajaba sin parar para darle animo a las tropas, se obsesionó con ayudar a su patria.
Incluso la entonces princesa Isabel, sirvió como mecánico en la guerra, el pueblo le adoraba, resultó ser el hombre perfecto para el puesrto, no había lujos innecesarios en el palacio y todos en Inglaterra se sentían orgullosos de su monarca.
Por eso su hija era bien vista como su sucesora, además el Rey no huyó de Londres, se quedó ahí y compartió el mismo peligro que todos los ingleses, sufrió lo mismo que ellos e incluso miembros de su familia murieron, Jorge decía que sólo así podía ver a los ingleses a la cara.
La primera dama de EE.UU., Eleanor Roosevelt visitó Inglaterra y llegó a declarar que le sorprendió que en el Palacio Real no hubiera ni calefacción, en verdad vivían austeramente y eso le valió el respeto de todos, además por esta época se eligió a Churchill como primer ministro
De hecho la historia de cómo Churchill y nuestro protagonista engañaron a Hitler, es bastante curiosa y épica, pero luego se las cuento por Instagram porque da para mucho con el formato de historias que les cuento por allá: 👉🏻 instagram.com/rafapoulain
Pero la historia de Churchill la pueden leer aquí:
Trabajó tanto durante la guerra, que el pueblo pedía a gritos su presencia en el día de la celebración de la victroria, así que el rey salió al balcón del palacio pero acompañado con Churchill y su familia, no quiso llevarse toda la gloria y ese acto tambien fue muy bien visto.
Pero desgraciadamente su salud había decaído mucho durante la guerra, había fumado más que nunca y se le diagnosticó un avanzado cáncer de pulmón, ademas con sus problemas de estrés y agotamiento, su hija tuvo que hacerse cargo de algunas de sus responsabilidades
Tras proteger a su nación, el Rey murió en 1952, mientras su hijase encontraba en Kenia, ella volvió para ser Reina y lo es hasta el día de hoy, muy pronto les contaré la historia de la Reina Isabel II, pero por lo pronto aquí termina la de su padre.
Un hombre que...
...ante los problemas nunca se amilanó, no puso pretextos y salvando a su país, logró que los ingleses volvieran a valorar la monarquía que desde la muerte de la reina Victoria no tenía buenos niveles de popularidad, y así se termina esta historia, que nos enseña que...
La vida de muchas personas exitosas no está llena de triunfos como muchos piensan, está llena de caídas y fracasos pero jamás se rindieron y se levantaron una y otra vez.
Recuerda eso en tus malos momentos y jamás te rindas, sólo tienes que seguir y resistir.
Fin.
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Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Maradona:
En una villa nació, fue deseo de Dios,
crecer y sobrevivir a la humilde expresión,
enfrentar la adversidad con afán de ganarse a cada paso la vida.
En un potrero forjó una zurda inmortal
con experiencia, sedienta ambición de llegar,
de cebollita soñaba jugar un mundial y...
No es cierto, pero antes de empezar recordemos que Maradona, hizo cosas geniales y también tuvo errores, dejemos el fanatismo de lado y disfruten el relato, que será largo así que vayan por una botana 😉 y
simplemente disfruten este relato que tendrá un poco de todo.
Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de la maldición de los Kennedy:
Esta historia se las conté hace mucho, pero como aún no se podían meter tantos caracteres en Twitter, tuve que dejar muchos datos fuera para que el hilo no fuera tan largo, pero hoy ha llegado el día de contar la historia completa de la terrible maldición que rodea a los Kennedy.
Ellos eran, y son considerados por muchos una especie de familia real en EE.UU., sin embargo su nombre no sólo viene acompañado de prestigio, tambien viene con lo que muchos llaman “una maldición” debido a las tragedias que le han ocurrido a varios miembros de dicha familia.
Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Wilm Hosenfeld, el hombre que salvó al pianista.
Hace unos días les conté la historia de Wladyslaw Spilman, aquel hombre cuya historia fue llevada al cine en 2003 y que fue contada gracias a la humanidad que mostró un oficial alemán cuya historia fue silenciada muchos años porque todos los nazis tenían que ser malos.
Nuestra historia empieza el 2 de mayo de 1895 en la ciudad alemana de Fulda, Hosenfeld nació en el seno de una familia católica medianamente acomodada, sabemos relativamente poco de su vida, pero si seguimos de cerca su carrera militar podemos ir armando su historia.
Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Sor Juana Inés de la Cruz:
Nuestra historia empieza en San Miguel de Nepantla en el actual Estado de México, desgraciadamente no se sabe con exactitud su fecha de nacimiento, algunos sostienen que nació el 12 o 13 de noviembre de 1648 y otros que nació en 1651.
Eso pasó porque el acta de bautismo de Sor Juana data de 1651, pero las fuentes cercanas a su época dicen que nació en 1648, y entonces ahí empezó la polémica y hasta el día de hoy los historiadores no se ponen de acuerdo.
Pongan atención que hoy les voy a contar la verdadera historia de la Madre Teresa:
Nuestra historia empieza el 26 de agosto de 1910 en la actual Skjope en Macedonia del Norte, que nada tiene que ver con la “Macedonia” de Alejandro Magno, sólo se robaron el nombre, pero esa es otra historia.
El punto es que nuestra protagonista nació ahí, y lo hizo bajo el nombre de Anjezë (Agnes) Gonxha Bojaxhiu, sus padres eran una familia muy acomodada que venía de Albania y tuvieron 3 hijos: Aga, Lazar y finalmente, nuestra protagonista.
Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Beethoven:
Nuestra historia empieza en Bonn, una pequeña ciudad del Sacro Imperio Romano Germánico, hay cierta controversia en cuanto a sus antepasados, muchos creían que tiene origen noble pero en realidad sus bisabuelos eran campesinos que se trasladaron a Bonn en busca de una vida mejor.
Se cree que de ahí viene el “Von”, pero dejemos su nombre para otra ocasión y sigamos con sus antepasados, uno de ellos tenía su mismo nombre, era su abuelo, que creció en la tranquila Bonn y se dedicó a la música con tal éxito que llegó a ser director músical en la corte.